La caja metálica no te produce ninguna confianza, razón por la cual decides intentar liberar al prisionero por tus propios medios: Es así es como, revisando una de las paredes cercanas, terminas descubriendo una especie de panel con botones, los cuales tú empiezas a presionar uno por uno, esperando que dicho mecanismo te brinde alguna forma de ayuda para el cautivo. Pero en vez de eso, lo que hacen dichos botones es liberar una especie de líquido ácido que empieza a caerle por salpicaduras al prisionero, quemándole la piel.
Contemplas horrorizada como es que la piel del rostro de aquel hombre se corroe y desprende por pedazos en cuestión de segundos, teniendo él sin embargo todavía fuerza suficiente como para gritar desesperado en su agonía, suplicándote que lo salves de semejante tortura, pero por más botones que presionas, el ácido no deja de caer en dicho recinto, razón por la cual tú procedes a abandonar el lugar tan rápidamente como tus piernas te lo permiten.
Mientras huyes, tú alcanzas a oír los gritos del prisionero, con quien su último aliento te maldice:
— ¡PERRA MISERABLE! ¡OJALA TE PUDRAS EN EL INFIERNO...!
Estás tan perturbada por lo que acaba de suceder, que no consigues pensar con claridad...Ni siquiera sabes bien cómo es que terminas llegando a otra oscura habitación, dentro de la cual se libera un gas somnífero que te aturde al punto de nublar tus sentidos, perdiendo el sentido en cuestión de minutos.
Lee la parte #62.
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Sola con el Asesino
Mystery / ThrillerEste debió haber sido un viernes como cualquier otro, pero no lo fue. Hoy tuviste que quedarte hasta tarde en la oficina donde trabajas. Y esta misma noche, sin que tú te des cuenta de ello, hará su aparición un inesperado visitante... ¿Lograrás so...