#67

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Por absurdo que parezca, lo que Domingo Menéndez propone te resulta una idea sumamente atractiva...Desde hace mucho tiempo que has querido darle su merecido a los bastardos que rigen la sociedad, así como también a la escoria criminal que prácticamente se ha adueñado de las calles en cada ciudad del país...

Si, tal vez tú también tienes el alma de un asesino dentro de ti después de todo.

—De acuerdo, me uniré a tu causa...—dices, esbozando una sonrisa un tanto maliciosa en tu rostro—. ¿Qué es lo que debo hacer?

Domingo Menéndez te sonríe, y te conduce de la mano hacia una habitación contigua, en donde te encuentras con otra figura enmascarada.

—Amada mía, permíteme presentarte a mi maestro...Él será la persona que ha de iniciarte en las verdades enseñadas por nuestra orden, destinadas a brindar la redención que nuestro país tanto necesita...

—Las presentaciones están de más—responde aquel otro enmascarado, acercándose a ti—Después de todo, usted y yo ya nos conocemos...

Frunces el ceño, confundida ante semejante declaración. Pero mucho mayor es tu sorpresa cuando el maestro del asesino se quita la máscara, revelándote su rostro: ¡Se trata nada menos que del conserje Martínez!

— ¿Martínez? Pero... ¿Qué acaso usted no estaba...? ¡Oh, por Dios! ¡Si yo misma encontré su cadáver!

Lee la parte #61.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora