#84

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—Claro...—dices tú, un tanto sorprendida por tan repentina invitación.

Acompañas a Rodrigo hasta el lugar del cual él te había hablado hace unos momentos, un snack-bar ubicado al final de la cuadra. El lugar está bastante concurrido, y un buen número de personas se agrupan alrededor de un televisor, observando con gran expectación un partido de fútbol en el que juega la selección nacional.

—Normalmente este sitio es bastante más tranquilo...—te dice Rodrigo, en cuanto tú y él toman asiento—. Pero hoy día, con el partido...

—No hace falta que te disculpes por nada, Rodrigo...—respondes tú, amablemente—. La verdad es que hasta ahora este me parece un lugar bastante bonito, y...

— ¡GOL! ¡GOOOL! —vociferan al unísono varias las personas que se hayan reunidas alrededor del televisor, interrumpiendo lo que estabas a punto de decir. Tú no quisieras preocupar a Rodrigo, pero lo cierto es que la actitud mostrada por esos sujetos escandalosos te hace sentirte un poco incómoda. Esos tipos parecen bastante agresivos, y algunos de ellos incluso parecen estar borrachos a pesar de lo temprano que es.

—Tal vez deberíamos irnos y volver otro día...—sugiere Rodrigo, quien entonces parece haber advertido tu incomodidad.

Si le dices a Rodrigo que lo mejor sería marcharse ahora mismo, lee la parte #82.

Si decides quedarte un rato más, lee la parte #101.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora