Este debió haber sido un viernes como cualquier otro, pero no lo fue.
Hoy tuviste que quedarte hasta tarde en la oficina donde trabajas. Y esta misma noche, sin que tú te des cuenta de ello, hará su aparición un inesperado visitante...
¿Lograrás so...
—Ayuda...Ayuda, por favor...—musitas tú, débilmente, mientras vas acercándote al camión.
Nadie responde. Ese camión ha de hallarse completamente vacío, tal como te había parecido desde un primer momento.
Empiezas a sospechar que dicho vehículo podría pertenecer al asesino enmascarado que te persigue cuando repente alguien emerge de la parte posterior del camión. Tú ya estás a punto de pedirle ayuda a esa persona...Justo antes de darte cuenta de que quien ha bajado del camión es un personaje de aspecto amenazador, cuyo rostro está cubierto por una grotesca máscara, semejante al rostro de una muñeca deforme.
—No...¡NO!— alcanzas a decir antes de emprender la carrera nuevamente, tratando de escapar lo más lejos posible. ¡Tú estabas segura de haber dejado el asesino atrás! ¿Cómo es posible que haya aparecido en ese sitio? ¿O se tratará acaso de algún cómplice suyo?
Sea cual sea la respuesta a esas preguntas, de poco te vale hacer cualquier clase de conjetura al respecto: El siniestro enmascarado no tarda en darte alcance, y asestándote un golpe certero consigue noquearte de forma instantánea.
Lee la parte #12.
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