#93

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Presa del miedo, sientes un intenso de huir de ese lugar cuanto antes.

Te apartas de Rodrigo, y echas a correr sin rumbo, sin poder siquiera poder pensar claramente hacia donde te diriges

— ¡No! ¡Espera! —te grita Rodrigo, desde la distancia, intentando darte alcance.

Él no entiende el porqué de tu reacción. ¿Cómo podría hacerlo? Él no tuvo que pasar por lo que tú pasaste, apenas consiguiendo sobrevivir de milagro al encuentro con un peligrosísimo homicida.

Y ahora, el terror que experimentaste esa misma noche parece estar a punto de adueñarse de ti nuevamente... ¡Tienes que huir de allí, alejarte de ese lugar cuanto antes!

Sin embargo, tu huida es frenada repentinamente por el ruido de una explosión que ocurre a no poca distancia de donde te encuentras, y el shock que te provoca semejante suceso por poco hace que te caigas de espalda al suelo.

Por suerte, Rodrigo no tarda en darte alcance, asistiéndote en el acto: Tú rompes en llanto, y él te abraza, intentando reconfortarte por medio de palabras gentiles, las cuales por desgracia no son suficientes para menguar la turbación que ha empezado a invadir todo tu ser.

Dios... ¿Qué es lo que está pasando en esta ciudad? ¿Qué es lo sucederá con ustedes ahora?

Lee la parte #99.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora