#60

59 3 0
                                    

Apenas unos cuantos segundos después de haber terminado con la miserable existencia de Rodolfo Villa, tú oyes pasos a tus espaldas: En cuanto vuelves la mirada, tú descubres al mismo asesino enmascarado que te trajo hasta ese lugar terrible, quien al contemplar el brutal resultado de la prueba que te impuso, procede a darte un sonoro aplauso.

—Lo sabía—te dice, con tono victorioso—. Sabía que tú y yo éramos almas afines, amada mía...

Acto seguido, procede a quitarse la máscara, revelando el atractivo rostro de un hombre joven, a quien tú reconoces como Domingo Menéndez, un estibador encargado de laborar en el depósito de la oficina donde tú trabajas.

—Felicidades. Has pasado la prueba con honores. Eres digna de forma parte del nuevo que mi maestro y yo vamos a crear, ayudados por gentes como tú...

Es entonces cuando otro enmascarado aparece detrás de Domingo Menéndez, el cual también procede a desenmascararse enseguida, revelando que se trata nada menos que del viejo Martínez.

¿Cómo es esto posible?

— ¿Martínez? Pero...Usted...Usted fue asesinado... ¡Yo encontré su cadáver en la oficina!

Lee la parte #61.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora