#36

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Si bien en un principio experimentaste cierto grado de satisfacción al contemplar el más que merecido ajusticiamiento de aquel pederasta, en cuanto tú tomas plena conciencia de lo que acaba de ocurrir, no tardas en verte invadida por una monstruosa sensación de culpa y asco que termina haciéndote vomitar copiosamente en el suelo.

Por mucho que te rehúses a aceptarlo...Por mucho que Miguel Bigo haya merecido morir de esa forma, lo cierto es que no hay forma de negar lo que hiciste: Tú acabaste con la vida de otro ser humano de forma brutal y plenamente consciente.

Tú también eres una asesina.

Lee la parte #42.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora