#18

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Sientes que todo ha acabado para ti. No hay nada que hacer: Ya has sido descubierta, y no hay ni rastros de la policía en los alrededores. No te queda sino esperar lo peor...

El asesino golpea una y otra vez la puerta del retrete con tal intensidad que el cerrojo metálico parece estar a punto de salirse de su sitio. Muy pronto la puerta será derribada y tú quedarás a merced de este criminal.

Estás muda de espanto y pálida como un cadáver, sin ser todavía capaz de resignarte a tu suerte.

¡Ojala tuvieras una alternativa de acción frente a lo que está a punto de ocurrir! Y es entonces cuando una idea temeraria y absurda cruza tu mente, producto de tu insoportable desesperación: La idea de intentar defenderte del asesino usando cualquier cosa que tengas a mano...

Se te ocurre que tal vez podrías usar la tapa de la cisterna del inodoro como arma. Es el objeto más pesado a tu alcance durante estos momentos...Por otro lado, su peso también podría ser una desventaja, ya que no estás segura de si realmente podrás usarlo con la rapidez necesaria.

¿Te arriesgarías a intentarlo? El cerrojo del retrete está punto de ceder.

Si usas la tapa de la cisterna del inodoro, lee la parte #25.

Si intentas pensar en otra cosa, lee la parte #23.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora