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Martínez es un lunático, de eso no te cabe duda alguna. Pero es un lunático sumamente peligroso, comparable a un fanático religioso capaz de cometer actos de violencia en nombre de su fe, así que lo único que puedes es seguirle la corriente y fingir que has aceptado formar parte de su orden de asesinos.

Escuchas con fingido entusiasmo la larga prédica del anciano, la cual se extiende hasta el amanecer...Pero justo antes de que tengas la oportunidad de marcharte, Martínez te designa una misión que supuestamente ha de complementar tu fallida prueba de iniciación, en la que deberás asumir el rol del nuevo asesino de la estrella roja y matar a uno de los criminales que él te da a escoger, siendo la gran mayoría de estos pederastas y violadores que aún están bajo investigación policial.

—La mayoría de estos bastardos ya le ha pasado algún soborno a algún juez o policía...Ellos ya creen estar a salvo de todo castigo, pero usted les dejará bien claro que sus vilezas no quedarán impunes, ni aun ofreciendo todo el dinero del mundo...

Tú aceptas la misión que te ha sido designada, sin mucho convencimiento. La fecha en que deberás actuar será el próximo viernes, apoyada por los informantes de Martínez, quienes te comunican muchos datos concernientes a la rutina de quien se convertirá en tu futura víctima.

En los días siguientes, consideras la posibilidad de traicionar a Martínez y revelar sus planes a la policía local, pero sabes que estás siendo vigilada día y noche por muchos de los subalternos de ese psicópata pretencioso, quienes demuestran ser tan o más devotos de su causa en pos de una "nueva forma de justicia".

No te queda más que desempeñar el rol de asesina...Así que el viernes siguiente, te pones la máscara y el disfraz que Martínez te entregó y vas en busca del violador al que debes ajusticiar. Y cuando por fin lo tienes en tu poder...Algo extraño sucede.

Una suerte de instinto sádico se despierta en ti, haciendo que encuentres una gran satisfacción al hacerlo sufrir, al hacer que sufra y se retuerza. La suya no es una muerte rápida, sino atroz, terriblemente lenta y dolorosa. Y tú disfrutas plenamente cada segundo de su agonía.

Tal vez las ideas de Martínez no te hayan convencido en lo más mínimo, pero tú ciertamente vas a disfrutar mucho ser la nueva asesina de la estrella roja...

FIN

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora