CAP. 3 LAS SEIS LÍNEAS DE LA VERDAD

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El momento en el que Bai Xiaochun asomó su cabeza por la ventana inmediatamente atrajo la atención del joven con cara de cretino. Furioso, gritó, “¡Así que tú eres el que me quitó mi lugar!”

Era muy tarde para que Bai Xiaochun escondiera su cabeza de vuelta en la ventana. Inmediatamente puso una expresión inocente en su rostro y dijo, “¡No, no fui yo!”

“¡Mentiroso! ¡Eres tan bajito y flaco, obviamente eres nuevo aquí!” Xu Baocai apretó sus manos en puños y miró furiosamente a Bai Xiaochun. Estaba tan molesto que parecía que podría explotar en cualquier momento.

Sintiéndose acusado injustamente, Bai Xiaochun se asomó: “¡Realmente no tuvo nada que ver conmigo!”

“¡No me importa! Dentro de tres días en la pendiente sur de la secta, ¡tú y yo vamos a tener una pelea a muerte! Si tú ganas, entonces no tendré otra alternativa más que aceptarlo. Si tú pierdes, entonces tendré mi puesto de vuelta.” Xu Baocai metió sus manos en su túnica y sacó un Anuncio de Sangre, el cual arrojó por la ventana de Bai Xiaochun. El anuncio estaba cubierto de innumerables versiones del carácter «MUERE», todos escritos en sangre.

Bai Xiaochun miró a todos los caracteres de «Muere» y no pudo evitar notar la intención asesina que emanaba de ellos. Se le heló el corazón. Entonces recordó que Xu Baocai acababa de mencionar una «pelea a muerte» y quedó boquiabierto.

“Hermano mayor, ¡esto no es gran cosa! ¿Por qué tuviste que ir y usar tu sangre para escribir tantos caracteres? ¿No te… dolió?”

“¿¡No es gran cosa!?” Xu Baocai rugió, rechinando sus dientes. “¡Humph! He vivido frugalmente por siglos. ¡Y ahorré piedras espirituales por siete años! ¿¡Siete años, me oyes!? ¡Solo así pude permitirme sobornar a la Guardia de Honor para conseguirme un lugar en Los Hornos! ¿Y luego decides meterte tú? ¡Esta enemistad jamás será reconciliada! ¡Dentro de tres días, será el día en el que mueras!”

“Creo que yo paso,” dijo Bai Xiaochun, levantando el Anuncio de Sangre con temor entre su pulgar y su índice, y tirándola por la ventana.

“¡TU!” se enfureció Xu Baocai. De repente, sintió la tierra temblando, y se dio cuenta de que había una montaña de carne de pie frente a él. Era difícil decir cuánto tiempo estuvo el Gran Gordito Zhang de pie allí, pero allí estaba, en un lado, juzgando fríamente a Xu Baocai.

“Noveno Gordito,” dijo, refiriéndose a Bai Xiaochun, “estás encargado de los platos junto al Segundo Hermano.” Luego miró de vuelta a Xu Baocai. “En cuanto a ti, ¡deja de causar tanto alboroto! ¡Saca tu culo de aquí!” Agitó la cuchara en el aire amenazantemente, haciendo que apareciera una corriente de viento.

La expresión de Xu Baocai decayó y retrocedió algunos pasos. Quería seguir discutiendo, pero al ver la mirada impaciente en el rostro del Gran Gordito Zhang, arrojó una mirada venenosa a Bai Xiaochun y se fue.

Cuando Bai Xiaochun pensó sobre ello, se dio cuenta de que considerando la mirada cruel que le dio Xu Baocai, estaba seguro que aparecería de nuevo en algún momento. Por lo tanto lo mejor que podía hacer en esta situación era quedarse en Los Hornos. Lo más probable es que, Xu Baocai no se atrevería a volver a causar problemas.

Los días pasaron. Bai Xiaochun lentamente se acostumbró a trabajar en Los Hornos durante el día y cultivar el Arte del Control de Caldero de Qi Violeta durante la noche. Sin embargo, el progreso era lento. Eventualmente llegó al punto en el que podía aguantar por el tiempo de 4 respiros, pero no más, dejándolo muy frustrado.

En una noche en particular en medio de su sesión de cultivo, de repente escuchó una gran conmoción entre sus gordos Hermanos Mayores.

“Cierra la puerta, Cierra la puerta! Apúrate, Segundo Gordito Huang, cierra la puerta!”

A Will Eternal - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora