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—Estas loco —le dijo Capricornio a Virgo, su mejor amigo —No podes solo ir y preguntarle a Cancer porqué esta investigando sobre la Necromancia.
—Ni que fuera una bruja —dijo Leo, el otro mejor amigo de Virgo —Además, no va a matarlo porque muestre interés en la magia oscura.
Y ahí apareció ella, entró al salón de clases y se sentó en el mismo lugar de siempre, la primera fila, justo al lado de la puerta. Faltaban diez minutos para que comenzara la segunda clase del día, y ella ya se quería ir a su casa a dormir.
—Están hablando de vos —dijo Aries, su mejor amiga.
—Déjalos.
Ya estaba acostumbrada. Aparentemente, una chica que vaya en motocicleta a todos lados, vista de negro y sienta un gran interés hacia la brujería no se consideraba como algo "normal" así que las personas hablaban mucho de eso, claro, cuando no estaba Escorpio cerca. Escorpio era el hermano menor de Cancer, pero era un muy buen boxeador, así que las personas evitaban meterse con él o su familia.
A la hora del almuerzo, Cancer comía sola, ya que Escorpio y Aries se habían esfumado de la faz de la Tierra. Estaba por irse, cuando alguien se sentó a su lado.
—Hola —era Virgo.
—¿Que pasa? —preguntó ella, sonando un poco bastante brusca.
—Escuché que te interesa la necromancia...
—Si ¿Por qué es tan raro? Soy descendiente de una bruja de Salem que se especializó en Necromancia, o eso dicen los archivos, pero no pude encontrar nada al respecto. En especial porque ya no me dejan meterme en la sección prohibida de la biblioteca.
—A mi si me dejan. —declaró Virgo.
Después de clases, ambos se dirigieron hacia la biblioteca y pasaron toda la tarde revisando viejos libros sobre brujería. Cancer estaba totalmente concentrada en la investigación, pero Virgo no podía evitar mirarla de vez en cuando. Nadie podía decir que no era bonita, pero no era solo eso. Era la pequeña arruga entre sus cejas cuando encontraba algo interesante, esa sonrisita que esbozaba cada vez que leía algo que ya sabía, como arrugaba su nariz cada vez que no podía encontrar su cuaderno entre las pilas de libros...
–¿Que miras? –preguntó ella.
El tono suave, casi tímido con el que habló sorprendió a Virgo. Por lo general, no ella no hablaba, y, cuando lo hacía, era con un toque de sarcasmo. Nunca la había escuchado hablar con tanta suavidad.
–No eres como pensaba –comentó él, sabiendo que estaba metiéndose en la boca del lobo.
–¿Y como pensaste que era? –preguntó ella, volviendo a su tono de siempre.
–No se... tal vez un poco más cruel, un poco más fría. Definitivamente no creía que pudieras pasar tanto tiempo en una biblioteca. –respondió Virgo, ganando confianza –También creí que no serías tan desordenada.
La canceriana miró hacia el desastre de libros y anotaciones que habían en la mesa donde estaba trabajando. No tenía ganas de ordenarlo.
–¿Y eso es bueno? –preguntó ella, fingiendo desinterés.
En realidad, le importaba lo que Virgo dijera. La mayoría de las personas la evitaban, en especial por miedo a ser rechazados, lo cual sorprendía a la castaña, porque no era malvada, solo que no sabía como rechazar a alguien sin lastimarlo. Pero él se estaba fijando en ella, como persona, no en como actuaba cuando la gente le hablaba, sino como actuaba cuando estaba tranquila.
–Es bueno, muy bueno –dijo él.
–¿Por qué?
El lo pensó. "Porque me gustas más así" no le pareció una respuesta prudente, así que fue por un lado más... filosófico.
–Todos tenemos un lado bueno y un lado malo, pero lo que importa es cual decidimos mostrar. Y, ahora, estas mostrando el lado bueno, así que confías en mi. En cambio, cuando estás con personas que no conoces, muestras ese lado malo para protegerte. Como si fuera un caparazón.
Ella volvió a los libros de brujas, no le gustaba el camino que estaba tomando la conversación, no le gustaba hablar de su caparazón o lo que sea que fuese. Prefería no discutir al respecto. Es más, prefería cuando creía que nadie se daba cuenta.
–Además –agregó él, armándose de valor, como hubiese hecho Aries –me gustas más así.
Ella no sabía que decir. Si, Virgo era lindo y todo, él no era el problema, el problema era todo lo que conllevaba enamorarse. Osea, la posibilidad de salir lastimada. Esa no era la intención del chico, pero eso no era ninguna garantía para ella.
–Creo que ya va a cerrar la biblioteca –dijo él, al ver que ella no respondería.
Ella acomodó los libros que había sacado y ambos caminaron hasta la casa de ella en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos.
–Adiós –dijo ella, antes de darle un beso en la mejilla más largo de lo necesario.
A penas la chica cerró la puerta, él pudo ver a Escorpio, el hermano de Cancer, fulminándolo con la mirada desde La Cocina. "Deberías haberla besado" le dijo su conciencia, mientras se iba.
Ella subió a su habitación y se echó sobre la cama, pensando "¿Que tan mal podría salir? Es Virgo, no es como si fuera a engañarme o algo".
Este capítulo es para @tewifizz espero que te haya gustado 💙 ¿Les gustaría segunda parte?
