–Tengo un problema –dijo Virgo, entrando a la casa de su mejor amigo, Sagitario. Lo había visitado sin avisarle, pero habían sido amigos por tanto tiempo que era normal que alguno simplemente entrara a la casa del otro de la nada y dijera que se quedaba a dormir o a cenar.
–¿Que pasa? –preguntó Sagitario. No era normal que ella le dijera que tenía un problema, o al menos que lo hiciera tan nerviosa. Por lo general estaba enojada y quería mandar el mundo a la mierda.
Ella cerró la puerta que daba a la calle y se sentó al lado de su amigo. Estaba muy nerviosa, no podía parar de moverse, ni siquiera cuando se sentó, porque su pierna empezó a temblar, y ella no hizo nada por controlarla.
–Un chico me invitó a salir. –dijo rápidamente.
El se sorprendió. No porque alguien la hubiera invitado a salir, sino por lo nerviosa que parecía ella. Es decir, era solo una cita, y, hasta donde él sabía, que alguien te invitase a salir no era un problema, sino todo lo contrario.
–¿Y el problema es...? –preguntó él, confundido.
–Que no se como actuar frente a los chicos ¿Y si lo arruino? –ella se sintió tonta al decirlo, pero sabía que podía confiar en su amigo y que él no se lo diría a nadie.
Sagitario empezó a reírse a carcajadas, era un miedo bastante irracional, en su opinión. El chico era una persona, no un extraterrestre, no debería ser muy complicado interactuar con él. Virgo lo golpeó con una almohada hasta que él se disculpó.
–Lo siento –dijo, todavía riendo –Pasas la mayor parte de tu tiempo conmigo, y soy un chico ¿Que tan diferente puede ser? No deberías preocuparte tanto.
–¿Podes ayudarme a prepararme?
Al principio, Sagitario se negó, pero ella terminó convenciéndolo, así que se dirigieron a la casa de Virgo.
Llegaron dieez minutos después, y decidieron empezar por elegir el atuendo. Ella le mostró varias opciones, pero ninguna era muy bonita o se veía extremadamente incómoda y poco práctica, por lo que Virgo se negaba a usarlo. Siguieron buscando hasta que los dos estuvieron de acuerdo en que se pusiera un vestido negro bastante cómodo, pero que de todas formas se veía lindo y le llegaba un poco por encima de las rodillas, así que no correría riesgo de tropezarse o de que se le levantara. Además, se puso zapatos sin tacón, ya que los detestaba y no sabía caminar en ellos.
Después, siguieron con el maquillaje. Como a Virgo no le gustaba usarlo demasiado porque le sacaba mucho tiempo, robaron las sombras y los labiales de su hermana, que tenía varios bolsos llenos. Solo había un problema; ninguno de los dos era demasiado bueno maquillando.
–Parezco un payaso –declaró ella, cuando vio el resultado de seguir un tutoría en Youtube. El labial le hacía los labios prácticamente deformes por haberlos delineado por fuera con rojo, sus ojos parecían los de un mapache por ese intento de smokey eyes, y ni siquiera mencionemos el contorno... Se sacó todo lo más rápido que pudo, hasta que sus ojos volvieron a la normalidad y sus pecas salieron a La Luz,
–Es que es demasiado, se ve exagerado–dijo Sagitario, mirando el tocador. No sabía para que servían la mitad de las cosas, así que agarró tres que sabía medianamente para que servían. –Ponete esto, eso y usa ese elemento de tortura medieval arrancador-de-pestañas.
Ella agarró el gloss, el corrector y el rizador de pestañas, que según él era algo diseñado para matarte de dolor. Con los labios brillantes, sus pestañas más notorias que nunca, sin ojeras y con sus pecas a la vista, se veía de verdad hermosa, a diferencia de como había quedado gracias al tutorial imposible de seguir.
–¿Y mi pelo? –preguntó, viendo que su improvisado rodete estaba empezando a deshacerse. No podía ir así.
Sagitario lo desarmó y lo peinó para que quedara de lado y no se viera muy peinado, pero seguía siendo bonito, a pesar de parecer un poco descuidado. Lo mejor es que ella no tenía que preocuparse por despeinarse.
–Ya debería estar por pasarme a buscar –murmuró ella, mirando el reloj, ansiosa. –Leo dijo que tengo que sonreír y no recalcarle todo lo que dice mal. –respiró profundo.
–No le hagas caso a Leo, hace lo que quieras –dijo él, mientras bajaban las escaleras para esperarlo. –Sino ¿Como vas a saber que le gustas?
Ella asintió, Sagitario tenía razón. No tenía por qué preocuparse, el chico no la hubiese invitado a salir si n le gustaba ¿No?
Y esperaron. Las siete se volvieron las ocho, y después las nueve, y antes de que se dieran cuenta eran las once. Era claro que él no iría. Tampoco respondía los mensajes o llamadas de Virgo. Ella se desilusionó bastante, y cuando él lo notó, actuó rápidamente.
–Voy a pedir pizza y buscar una película, vos anda a ponerte algo cómodo –dijo Sagitario.
Ella sonrió tristemente y se puso un pijama. Pasaron el resto de la noche comiendo pizza y helado y viendo cada película de Marvel que pudieron encontrar (que no eran pocas, por cierto) a pesar de que ya se sabían la mayoría de memoria, ya que eran fans desde pequeños, hasta habían leído casi todos los cómics.
Justo a mitad de "El solado del invierno" Virgo se dio cuenta de que prefería mil veces estar viendo las películas de superhéroes con las que siempre estuvo obsesionada, en su casa, con su mejor amigo que en una cita incómoda en la que probablemente haría sentir mal a su pareja en los primeros minutos con su frialdad y correcciones. Además de que probablemente le costaría encontrar un tema de conversación con aquel desconocido. Una parte de ella se alegró de que no haya ido. Pero otra parte estaba decidida a golpearlo a penas lo viera. Puede ser que no haya querido ir a la cita, pero eso no quitaba el hecho de que la había dejado plantada.
Este capítulo es para @kyomi-chan1435 espero que te haya gustado 💙
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One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)
RomanceEl título lo dice todo, estas son historias de un capítulo sobre los signos del zodiaco. YA NO SE ACEPTAN MÁS PEDIDOS