187- Geminis x Escorpio

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–...entonces él dijo que estaba enamorado de mi y que quería que estuviéramos juntos –decía Géminis mientras comía helado, sentada en la mesada de la cocina de Escorpio–, así que obviamente tuve que salir corriendo.

–Creí que este te gustaba –dio Escorpio, aunque conocía demasiado bien a Géminis, habían sido mejores amigos toda la vida. A ella no le gustaba eso de ponerse de novia.

–Bueno, si, pero no para tanto.

Géminis era una chica preciosa, y tenía muchos pretendientes. Pero era coqueta y no le gustaban los compromisos. Prefería tener la libertad de hacer lo que quisiera cuando quisiera. Podía tener a cualquier persona que quisiera, excepto a Escorpio. Habían sido amigos por mucho tiempo, y ninguno podía negar que había atracción física, pero había algo que los detenía. Querían cosas totalmente diferentes. Géminis prefería algo sin muchas reglas, nada serio, mientras que Escorpio quería todo lo contrario.

–Algún día va a haber alguien que te haga cambiar de opinión –dijo Escorpio.

–Puede ser –Géminis se encogió de hombros–, pero, mientras tanto ¿tenés tequila?

Era una especie de tradición para ellos emborracharse mientras veían películas, y esa noche no fue la excepción. Después de varios shots, estaban sentados en el piso de la sala del departamento, la risa les salía fácil y no estaban prestando mucha atención a la película.

–Ayer tuve un sueño muy raro –dijo Escorpio, arrastrando las palabras–. Estábamos en tu casa, y estábamos hablando normal y de repente yo te daba un beso.

–¿Cómo? –preguntó Géminis, algo desorientada.

–Así.

Él le robó un beso corto. Se mantuvo cerca de ella, y se miraron a los ojos por unos segundos, antes de que Géminis lo besara con más intensidad. Antes de que pudieran darse cuenta, ella ya estaba sentada sobre el regazo de Escorpio.

A la mañana siguiente, Géminis despertó algo desorientada. Le dolía un poco la cabeza, pero lo que más le sorprendió fue notar que estaba en la cama de Escorpio. Sin saber como reaccionar, se visitó y se fue lo más rápido posible sin despertarlo ni dejarle ninguna nota o mensaje. Simplemente salió corriendo, como hacía con todos los demás.

Escorpio no salió de su casa en todo el día ni intentó hablar con Géminis. Ya no sabía como se sentía respecto a ella. Creía que la veía solo como una amiga, pero lo que había pasado la noche anterior definitivamente cambiaba todo. También estaba algo herido. Ella había escapado de él al igual que con los otros. Se sintió mal pensar que tal vez ella lo veía como a cualquier otra conquista. Lo que había pasado esa noche había sido un error, pero ya no podían hacer nada al respecto.

No hablaron por varios días. Se evitaron a toda costa. Ninguno quería afrontar las consecuencias de lo que habían hecho ni hablar del tema, pero tampoco podían fingir que no había pasado. Sabían que tarde o temprano tendrían que afrontarlo, pero ninguno estaba listo para hacerlo.

Siguieron así por casi dos semanas, hasta que Géminis escuchó que alguien tocaba el timbre de su departamento. Abrió la puerta para encontrarse con Escorpio, y estuvo a punto de cerrársela en la cara. No sabía que hacía él ahí, pero se sentía muy incómoda. Sabía que debería haberle hablado en los últimos días, pero se había asustado, y él tampoco se había esforzado mucho por hablarle.

Por primera vez en su vida, Géminis no sabía que decir, así que simplemente lo dejó pasar. La tensión podía cortarse con un cuchillo, y ninguno dijo nada por un rato, lo que no hizo más que ponerlos todavía más nerviosos. Tenían miedo de arruinar su amistad, tenían miedo de descubrir que estaban enamorados.

–Creo que deberíamos hablar de lo que pasó el otro día –dijo Escorpio al final.

–No creo que haya mucho que decir –dijo Géminis, intentando terminar la conversación.

–¿Te gusto?

El ser directo siempre había sido una característica especial de Escorpio, y Géminis se sorprendió un poco porque se lo preguntó de esa manera. Y no tenía una respuesta. No sabía si le gustaba. Una parte de ella recordaba esa noche y quería estar con él, pero otra parte lo seguía viendo como su mejor amigo, no podía hacerle eso a su amistad.

–No sé –dijo al final.

Escorpio se acercó a ella hasta que sus narices se rozaron y podían sentir la respiración del otro. Ella alzó un poco la cabeza para mirarlo a los ojos. Sintió como su corazón se aceleraba, y le dieron ganas de besarlo.

–¿Te gusto? –volvió a preguntar, pero esa vez lo susurró.

En ese momento, Géminis lo besó. En parte porque quería hacerlo, y en parte porque no quería responder su pregunta. Fue un beso lento, y ninguno se quiso alejar cuando terminó.

–¿Querés quedarte a cenar? –preguntó Géminis, sin separarse, y él asintió.

Pasaron la noche entre risas y besos, pero no hablaron del tema. Tal vez sentían algo por el otro, tal vez era solo atracción física, pero ninguno estaba listo para descubrirlo en ese momento.


Este capítulo es para @Art_LiaLev espero que te haya gustado 💙

One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora