179- Libra X Escorpio

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   –Tienen que hacer un trabajo práctico en parejas –dijo su profesora de filosofía–

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–Tienen que hacer un trabajo práctico en parejas –dijo su profesora de filosofía–. Cómo este es un fin de semana largo, van a tener tiempo. Quiero que visiten un lugar único, saquen fotos, escriban, graben. Quiero que describan lo más detalladamente posible lo que sintieron al estar en esos lugares.

Todos comenzaron a murmurar, viendo con quién harían el trabajo.

–Ya armé los grupos –todos se callaron de mala gana–. Piscis con Capricornio... –comenzó a decir–... Libra con Escorpio...

Libra miró a la chica que estaba sentada en la primera fila. Nunca le había hablado. Ella no tenía muchos amigos y era una de las primeras de la clase. A decir verdad, le daba un poco de miedo a Libra.

Cuando se terminó la clase, él se acercó a ella.

–Entonces ¿A donde vamos? –preguntó Libra.

–Hay un lugar, está a una hora en auto, es el lugar perfecto –dijo ella– ¿El sábado?

Él asintió, y ella salió del salón, dejándolo solo.

Llegó el sábado, y Libra no sabría decir porqué estaba tan nervioso. Nunca había escuchado que Escorpio hubiera lastimado a alguien ni nada, pero había algo en su forma de caminar o de hablar que te decía que tuvieras cuidado.

Intentando relajarse, subió a su auto y condujo hasta la dirección que le había indicado Escorpio y le avisó que ya había llegado. La chica salió de un enorme y moderno edificio. Llevaba unos jeans negros y una camisa leñadora azul con un nudo en la cintura.

–¿Tenes todo? –preguntó ella.

–Si, traje para escribir y una cámara ¿Trajiste las linternas? –Escorpio asintió.

La primera media hora del viaje transcurrió en silencio. Escorpio miraba distraídamente por la ventana, y Libra no sabía como sacar conversación, cosa extraña en él. Al final terminó encendiendo la radio para llenar el silencio incómodo.

Comenzó a sonar "Uma Thurman" de Fall Out Boy, y, casi sin darse cuenta, Libra comenzó a cantar. Vio de reojo como Escorpio esbozaba una sonrisa y comenzaba a cantar un poco más bajito. Libra subió el volumen, y antes de que se dieran cuenta, los dos estaban cantando a los gritos.

–"I can move mountains, I can work a miracle, work a miracle, oh oh oh. Keep you like an oath, may nothing but death do us apart TURURURU..."

Para cuando la canción terminó, los dos estaban riendo.

–Amo esa canción –dijo Escorpio, todavía con una sonrisa en su rostro. Libra no pudo evitar pensar que se veía hermosa.

–Es genial –coincidió él, intentando no distraerse del camino.

No volvieron a decir nada en lo que quedó del viaje, aunque de vez en cuando cantaban en voz baja alguna de las canciones que pasaban.

–Es acá –dijo Escorpio.

–Pero es solo un bosque –dijo Libra, bajando la velocidad.

–Vos frena.

Obedeció y detuvo el auto a un lado de la ruta. Escorpio bajó, y a él no le quedó otra opción que seguirla. Se adentraron en el bosque, hasta que se encontraron con una construcción enorme. Parecía una mansión abandonada. Era mayormente de madera, y prácticamente se fundía con el bosque. Las enredaderas crecían por las paredes y se colaban por las ventanas.

–Wow... –murmuró Libra, mientras comenzaba a grabar.

Siguió a Escorpio adentro. Las plantas habían comenzado a crecer en el interior de la mansión también, pero los muebles seguían ahí. Mesas, sillas, cuadros, todo estaba en su lugar.

–¿Cómo conociste este lugar? –preguntó Libra, sin dejar de grabar.

–Creo que era de mi tatarabuelo o algo –dijo ella.

Pasaron por el recibidor, un comedor, lo que parecía ser una sala de estar y una cocina hasta que llegaron a una enorme habitación vacía. Un enorme candelabro colgaba del centro y había un par de sillas junto a las paredes, pero el resto estaba vacío.

–¿Qué es esto? –preguntó Libra, grabando a su alrededor.

–Un salón de baile, supongo –respondió Escorpio, intentando absorber cada detalle de ese lugar. Aprovechaba cada oportunidad que tenía para ir a ese lugar, pero nunca sabía cuando se iba a caer a pedazos.

–Entonces hay que bailar.

Escorpio lo miró con el ceño fruncido, aunque con algo de curiosidad, mientras él dejaba sus cosas en el piso y se acercaba a ella.

–¿Me concede esta pieza? –dijo él, con una sonrisa tan tierna que Escorpio no pudo negarse.

Una de las manos de Libra bajó hacia la cintura de Escorpio, mientras que tomaba la otra. Comenzaron a bailar al compás de una canción que solo ellos podían escuchar. Dieron vueltas y pasearon por la habitación.

–Esto es muy ridículo –dijo Escorpio, aunque la estaba pasando bien.

Libra soltó su mano y la suya se deslizó hacia la cintura de la chica, para acercarla más a él. Escorpio se apoyó en el hombro de Libra, mientras se movían lentamente, y no pudo evitar cerrar los ojos.

–Imaginate que estamos rodeados de personas –murmuró él–. Es el ¿Mil seiscientos? –parecía una época apropiada–. No deberíamos estar bailando juntos, estás comprometida, te vas a casar en unos días, pero no lo querés.

–¿No? –murmuró ella, sonriendo, todavía sin abrir los ojos.

–No, solo tiene dinero –sintió como la sonrisa de Escorpio se ensanchaba–. Pero siempre me quisiste a mi, que soy un... ¿Qué soy? –preguntó, esperando que Escorpio lo ayudara.

–Mmmm –pensó ella, alejándose un poco para poder mirarlo a los ojos.

No logró formar una idea, porque los ojos de Libra la atraparon. Era un poco más alto que ella, cosa que era algo extraña, ya que ella era bastante alta. Su sonrisa era demasiado linda y sus ojos tenían un brillo inocente, pero sus manos se sentían firmes en su cintura.

Sin pensarlo, Escorpio le robó un beso. Fue a penas un roce, un segundo, pero fue más que suficiente como para que Libra se olvidara de donde estaba parado. Su única reacción fue besarla otra vez. Ese beso fue un poco más largo, más romántico. Las manos de Escorpio se deslizaron por los hombros de Libra, dejando un cosquilleo a su paso.

Cuando se alejaron, Libra apoyó su frente en la de Escorpio, todavía sin querer alejarse de ella. A pesar de que Escorpio quería, sabía que no podrían quedarse allí para siempre.

–Tenemos que terminar el trabajo –murmuró.

A Libra no le gustó mucho la idea, pero de todas formas se alejó de ella y volvió a recoger la cámara. Siguieron caminando por la casa, mientras ella iba haciendo comentario. De vez en cuando atrapaba a Libra grabándola a ella en vez de a la casa, y no podía evitar ponerse algo roja.

Pasaron la hora del viaje de vuelta discutiendo como serían sus vidas en el mil seiscientos. No llegaron a ninguna conclusión especifica, pero era divertido imaginarlo. En un punto, Libra tomó la mano de Escorpio, y se negó a soltarla en todo el trayecto. Nunca lo admitiría, pero a ella le gustaba la forma en la que tomaba su mano, y como la miraba.

–Nos vemos el lunes –dijo él, después de estacionar frente al edificio de Escorpio.

Ella lo besó en la comisura de los labios, dejándolo algo desorientado otra vez.

–Hasta el lunes.


Este One Shot es para @CStranger_Girl espero que te haya gustado 💙

One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora