62- Leo x Escorpio

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    Era imposible no saber quien era Leo

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    Era imposible no saber quien era Leo. Sabías que se acercaba cuando escuchabas sus tacones resonando en el suelo. Todos la reconocían a penas veían su melena castaña. Era la chica más hermosa de su escuela, tenía medio mundo babeando, y lo sabía. A pesar de eso, ella solo había tenido un novio, y cuando le dejó, todos vieron como pasó de usar vestidos blancos a jeans negros. Y, aunque de que había sido un cambio bastante drástico, tanto en su aspecto como en su personalidad, todos estaban de acuerdo en algo; seguía siendo igual de preciosa.

   Y, si alguien no conocía a Escorpio, era porque vivía debajo de una piedra. Expulsado de su anterior escuela por razones desconocidas por la mayoría, el muchacho había llamado la atención de muchos desde el momento en el que llegó. Nunca le faltaron admiradoras, a pesar de que nunca le prestó atención a ninguna. Nadie sabía nada de él. Ni donde vivía, ni si tenía novia. Solo se había hecho amigo de una persona; Capricornio, y él hablaba tan poco como su amigo. Lo único que sabían de él era que le gustaba el fútbol, porque era parte del equipo junto con Aries.

   Cualquiera creería que deberían ser amigos, ya que ambos tenían a medio mundo bobo y hacían notar su presencia, pero la verdad era que no habían cruzado ni dos palabras. Siempre estaban en extremos opuestos. A ella no le interesaba conocer a Escorpio, y él no pensaba mucho en Leo. Ni siquiera compartían clases, porque él era un año mayor.

–Mis padres no están y el idiota de Aries invitó a sus amigos –le explicaba Leo a su mejor amiga, Tauro, por teléfono el viernes a la tarde –Y como todos tienen la edad mental de nenes de cinco años, yo tengo que cuidar que no incendien la casa.

   A pesar de que el ariano era el mayor, parecía que su hermana le llevaba un par de años mentalmente, por lo que siempre tenía que cuidar que no hiciera ninguna estupidez.

–Podemos ir mañana –dijo Tauro, refiriéndose a un nuevo local de ropa.

   Leo aceptó y siguieron hablando hasta que sonó el timbre. El signo de fuego cortó y fue a abrir, ya que Aries no parecía tener la intención de hacerlo. Del otro lado estaban los mejores amigos de su hermano, Sagitario, Géminis y Acuario, y un chico que nunca había ido a su casa, Escorpio. Ella por lo general solo abría la puerta y volvía a su habitación, pero sintió curiosidad al ver al cuarto chico, que nunca había ido a su caso.

–Se te está cayendo la baba –le dijo a Géminis, fría.

–¿Donde está Aries? –preguntó Escorpio.

–Arriba –respondió la chica, intentando que no se le notara lo incómoda que le ponía la mirada de Escorpio, que estaba clavada en sus ojos.

   Los chicos subieron y ella se quedó en La Cocina un rato. "¿Por qué no lo invitó antes?" se preguntó la leonina, pensando en Escorpio. No se había dado cuenta de lo lindo que era hasta ese momento.  

   Más tarde, ella estaba cenando sola en La Cocina. A penas podía escuchar las voces de su hermano y sus amigos arriba. De repente, escuchó como todos bajaban ruidosamente. 

–¿Que hiciste de comer? –preguntó Aries

–Para mi, carne –respondió ella –Para ustedes, nada. 

–¿Por qué?

     "Porque no tengo ganas de estar tres horas cocinando para que todos ustedes se lo coman en quince minutos" pensó ella. 

–Porque ya estas lo suficientemente grande como para saber calentar una pizza sin quemar la casa. 

   Ella siguió comiendo tranquila, mientras veía como los chicos intentaban encontrar algo para cenar en la heladera. No pasó por alto el que Escorpio estaba parado a un costado de la barra donde ella estaba comiendo, en vez de asaltando la heladera con los demás. Fingió no haberlo visto cuando notó que él la estaba mirando. 

    Al final, Aries decidió pedir pizza en vez de cocinar. Leo terminó de comer y se dirigió a su habitación. 

     Escorpio la observó irse. Capricornio le había contado que ella era mucho más animada antes de terminar con su novio, y que nadie sabía por qué habían terminado. 

–¿Que te cuesta contárnoslo? –preguntó Géminis, como todas las veces que iba a la casa de Aries. Todos querían saber porqué la relación de la hermana del anfitrión había terminado. 

–Se los voy a decir –dijo él –pero si alguno se lo cuenta a alguien los mato –todos asintieron –Resulta que el chico tenía otra novia, y cuando Leo se dio cuenta de que era la otra se puso como loca. Pero, al día siguiente, estaba así. Fría. Fue muy raro. 

    Todos los chicos intercambiaron miradas. Sagitario había conocido a Leo de toda la vida, y le sorprendió bastante que ella se comportara así. 

–Y por ahora no esta interesada en nadie –agregó, mirando mal a Géminis. 

     Acuario cambió de tema y terminaron de comer. Eran las cinco de la mañana cuando todos los chicos se habían quedado dormidos, excepto Escorpio, quien ya estaba pasado de sueño. El decidió bajar hacia la sala de estar y sentarse en el sillón hasta que le agarrara sueño. Pero él no era el único despierto en la casa.

     Leo había empezado una nueva serie ese día, por lo que la seguía viendo a esa hora. Decidió bajar por un vaso de agua, y se pegó el susto de su vida al ver a Escorpio ahí sentado.

–Casi me matas del susto –dijo ella, después de respirar profundo.

     El esbozó una sonrisa.

–Lo siento. 

     Ella terminó de servirse agua y estaba a punto de irse, pero él la frenó, necesitaba que se quedara un rato más.

–Aries nos contó lo que pasó con tu ex –comentó.

–Maldito traidor... –murmuró ella.

–A mi me pasó algo muy parecido.

     Eso captó totalmente la atención de Leo. Sabía que muy poca gente sabía cosas sobre Escorpio, y ahora él estaba a punto de contarle algo demasiado personal.

–Yo tenía una novia –empezó a contar él –era dos años mayor que yo. Llevábamos unos meses cuando un chico apareció diciendo que era el novio de ella. Nos agarramos a golpes. Me expulsaron de esa escuela y ella lo eligió a él. Además, me caí sobre la mesa y me hice esto. –le mostró una cicatriz en su brazo derecho.

     Leo tomó el brazo del chico para poder ver la marca de cerca. Era bastante grande, seguro se había cortado con un borde mientras caía. Ella hizo una mueca de dolor al imaginar como se hizo el corte. 

–Debió haber sido muy feo –comentó ella, y él asintió.

–Después de eso, él aparecía cada día fuera de mi casa para terminar la pelea –continuó Escorpio –Por eso nos mudamos. 

      El signo de fuego suspiró y dudó antes de contarle. Nunca se lo había dicho a nadie, ni siquiera a Tauro.

–Cuando termine con mi novio –empezó a contar ella –El empezó a mandarme mensajes horribles diciendo que si no volvía con él me secuestraría –fue bajando la voz mientras hablaba –Todavía lo hace –eso último fue un susurro.

     Escorpio, más que nada por instinto, la abrazó. Había algo que lo hacía querer matar a ese idiota. 

–¿Por qué no lo bloqueas? –preguntó él, sin alejarse de ella.

–Lo intenté, pero apareció fuera de mi casa y no quiero preocupar a Aries. –murmuró. –No le digas a nadie esto. –el negó con la cabeza –Prometelo. 

    Ella levantó su meñique para cerrar la promesa, pero él, en cambio, la besó suavemente, sorprendiéndola.

–Lo prometo.


   Este capítulo es para @naditha789 espero que te haya gustado 💙

One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora