Libra había empezado la universidad hacía unas pocas semanas. Todo era nuevo para ella, la ciudad, las personas. Hasta el momento, todo había salido tal como lo había planeado. Había hecho nuevos amigos, y por ahora entendía todo lo que le explicaban en clase. Por desgracia, lo bueno no dura mucho.
Todo empezó a caer en picada cuando conoció a Leo. Sus amigos se alejaron de ella. Ya no prestaba atención en clase. Solo estaba con él. Y una parte de ella sabía que estaba mal y que deberían terminar, pero decidió darle una oportunidad más.
–Hoy vamos a cenar con mis amigos. –dijo Leo –Y vas a venir.
Libra no discutió, ya que odiaba las peleas y prefería evitarlas a toda costa. De todas formas, solo era una cena, no podía ser tan malo.
A las ocho, ella ya tenía puesto su vestido negro y el cabello recogido en una coleta alta. Ahora, solo tenía que esperar a que Leo llegara para recogerla, pero él no llegó hasta media hora después.
Cuando llegaron, Libra se quedó helada al ver a su ex novio, Acuario. Habían estado juntos hacía unos tres años, y él se había mudad poco después de haber cortado. No se habían visto nunca más.
Por las siguientes dos horas, Leo se dedicó a ignorar a su novia y a jugar videojuegos. Solo le hablaba de vez en cuando, y era para ordenarle que le llevara algo. Ni siquiera la miraba.
Acuario, a diferencia de la mayoría de sus amigos, notaba eso, y le molestaba bastante. EN especial el que ella no hiciera nada al respecto. No podía soportar verla ahí, parada, sin hacer nada para que el idiota pare de comportarse como su jefe.
–Sabes que podes hacerlo vos ¿No? –le dijo a Leo, cuando se hartó.
–¿Y para que lo voy a hacer yo si ella lo puede hacer en mi lugar? –dijo el signo de fuego, sin sacar la vista de la pantalla.
El ex de Libra miró al signo de fuego con los ojos en blanco, pero no dijo nada más. Sabía que no tenía caso intentar convencerlo, era una de las personas más testarudas que había conocido. Se limitó a salir de la casa para poder pensar en paz.
–¡Libra! –exclamó Leo, haciendo que ella se sobresalte –Ve y comprame cigarrillos.
Ella salió sin decir nada, agradeciendo poder salir de ese lugar. A penas cerró la puerta, se encontró con Acuario. El empezó a caminar junto a ella, sin preguntar a donde iban.
–¿Por qué estás con él? –preguntó, después de un rato.
Libra solo se encogió de hombros. Ya no lo sabía. Simplemente estaban juntos, y no quería pensar en terminar con él.
–Leo es un idiota –dijo Acuario, negando con la cabeza –Te va a lastimar. Mucho. Lo he visto. Chicas con carácter reducidas a sus esclavas. Y no creas que las dejó de ver. Su deseo de aumentar su ego es más grande que cualquier otro sentimiento o vinculo. Solo conocí una chica que él de verdad amó, y la perdió a los pocos meses en un accidente de auto.
–El nunca me dijo eso. Es más, dejó bien en claro que no quería hablar de sus relaciones pasadas –dijo Libra, algo incómoda. Empezó a acelerar el paso –Mejor nos apuramos o se va a enojar. La última vez que tardé... –dejó de hablar en ese instante. Era mejor no decirlo.
–¿Que pasó? –preguntó Acuario, preocupado –¿Que pasó la última vez? –ella no respondió. –Libra ¿Que te hizo? –ella no dijo nada –¿Te pegó?
–Fue solo una vez... –murmuró ella.
Acuario negó con la cabeza, furioso. Podía sentir la sangre retumbando en sus oídos. Ahora, quería matarlo a golpes por haber tocado a Libra. No podía dejar que se vuelva a acercar a ella, o las cosas terminarían peor.
–No importa. Lo hizo –dijo, tomando la mano de la chica para que dejara de caminar –Y no vas a volver ahí, porque puede pasar otra vez. Y otra. Y otra. Nunca es solo una vez. Te voy a llevar a tu departamento, cerca con llave y no lo dejes entrar.
–El tiene llave –dijo Libra, con un hilo de voz.
–Entonces vamos a mi casa.
Volvieron en silencio, ninguno sabía que decir. El estaba demasiado enojado como para hablar, y ella no tenía idea sobre que debía hacer. Ni siquiera sabía si irse con Acuario era lo correcto. Leo se molestaría mucho.
Subió a la moto del chico, y fueron al departamento del muchacho. No era muy grande, pero estaba perfectamente bien para una persona. Tenía una cocina-comedor, una habitación, y un armario. Todo estaba bastante desordenado, pero a Libra no le importó.
Para alivianar un poco la tensión, decidieron ver una película. Ambos se acostaron en la cama de Acuario y pusieron "Quieren volverme loco" se rieron bastante. Al poco tiempo, Libra ya se había dormido abrazando al chico.
Al día siguiente, se despertaron gracias al ruido que hacía alguien desde afuera al golpear violentamente la puerta. Acuario gritó que ya bajaban, mientras ambos corrían a ver quien era. Cuando el chico abrió, se encontró con Leo, quien lo empujó para entrar y agarró a Libra de los pelos.
–¡¿Como te vas a ir sin decirme?! ¡Y encima sin darme mis cigarrillos! Ya vas a ver...
No pudo terminar la frase por el golpe que le había dado Acuario. Leo se llevó la mano a la cara, para asegurarse de que no sangraba. Miró al signo de aire con una mirada casi desquiciada. Estaba a punto de golpearlo, cuando Libra agarró una escoba y lo sacó a escobazos de la casa.
A penas trabaron la puerta, la rubia abrazó al chico, intentando no llorar. No porque le había tirado del pelo, sino porque de verdad había creído que lastimaría a Acuario.
El chico solo acariciaba el cabello de la chica y repetía que Leo ya se había ido hasta que los dos lo creyeron y se calmaron un poco. El se había ido. No había peligro.
–Pensé que te lastimaría –murmuró Libra.
–No podía dejar que te hiciera algo –admitió Acuario, algo incómodo.
Ella estaba a punto de darle un beso en la mejilla, pero él dio vuelta la cara y terminaron besándose. Ambos sonrieron cuando se separaron. Era como si nada hubiera cambiado, como si nunca hubiesen terminado, como si siguieran juntos. Tal vez todo volvería a ser como antes.
Este capítulo es para @panchaskitti espero que te haya gustado 💙
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One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)
RomanceEl título lo dice todo, estas son historias de un capítulo sobre los signos del zodiaco. YA NO SE ACEPTAN MÁS PEDIDOS