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Hablemos de Sagitario. A sus 17 años, aún se comportaba como un niño. Amaba el fútbol y la fotografía. Nunca se separaba de Tauro, su mejor amiga, aunque últimamente ella pasaba mucho tiempo con Escorpio, su novio.
Géminis, con 19 años lograba que todos cayeran bajo el encanto de sus palabras. A diferencia de su hermana menor, Tauro, ella era sociable y charlatana.
—¡¿Qué?! —casi gritó Tauro.
—Shhhh —la calló su hermana.
Estaban en el auto de Géminis, que había ido a buscar a Tauro a la escuela. Por el momento, la mayor no tenía ni idea de que haría con su vida. Hacía un curso de modelaje y edición, pero no planeaba dedicarse a eso.
—El tema es, necesito que me ayudes.
—No. Piscis no es mi mejor amigo, pero no me cae mal. Así que no voy a ayudarte a conquistarlo —se negó la taurina—, no para que después lo dejes.
Géminis bufó. Sabía que se negaría, pero eso no la detendría. No sería capaz de hacer nada interesante si dejara que la conciencia de su hermana la frenara siempre.
—Bajá —ordenó cuando llegaron a su casa.
Tauro entró y Géminis aceleró hasta la casa de Sagitario, el mejor amigo de Tauro. Tenía que hacer un trabajo con el para su curso de modelaje y edición. El iba a un curso de fotografía en el mismo lugar, así que decidieron juntarlos para el trabajo.
Mientras ella conducía tranquilamente, el la esperaba mientras hablaba con Tauro. Ya estaba todo listo para tomar las fotos, solo hacía falta que ella llegara.
—Ya salió —le repitió Tauro, del otro lado del teléfono.
—Si, te escuché —le dije—. Pero ¿No sabes cuanto va a tardar?
—No, Sagitario, no tengo idea. Tengo que estudiar ¿En serio es tan importante?
—¡Si! Digo, no, no, estudia.
—Cuídate de ella. Le gusta ilusionar a la gente. Ahora está interesada en Piscis, pero cambia rápido de objetivo.
Ella cortó antes de que pudiera responder. Obviamente, Tauro no tenía idea de que el estaba enamorado de su hermana, pero sospechaba algo, no era tonta.
El timbre sonó y el corrió a abrir. Del otro lado, estaba Géminis. Ella pasó y el le indicó donde estaba el baño para que se cambiara y pudieran tomar las fotos. El trabajo consistía en contar una historia con tres fotos. Ellos decidieron que, al principio, ella sería una chica con el corazón roto. Después, sería alguien completamente cerrada y fría. Al final, demostraríamos un equilibrio de ambas.
Géminis salió del baño con un vestido rojo que le llegaba hasta las rodillas y era suelto en la parte de abajo. Su labial del mismo color y el rímel estaban corridos a propósito.
Subieron al ático, donde las luces y la cámara ya estaban preparadas. Ella se sentó en el piso de madera y acomodó el vestido a su alrededor. El se puso detrás de la cámara. Géminis le dirigió una mirada cargada de dolor fingido. Sus ojos estaban llorosos, y sus labios entreabiertos. Pero había algo mal, desde el punto de vista de Sagitario, su cabello cubría su cara y no dejaba que se viera el maquillaje corrido. El se acercó y lo acomodó. Sin poder resistirse, se acercó y le robó un beso.
—¿Vas a tomar la foto? —preguntó ella, ignorando lo que había pasado.
El tomó la cámara y comenzó a buscar el mejor ángulo, hasta que encontró la forma en la que sus ojos marrones se vieran a la perfección. Tomó la fotografía mientras se preguntaba si solo había imaginado el beso, pero no. A Géminis le había afectado mucho. Había besado a cientos de chicos, pero ninguno había sido tan dulce como Sagitario.
Una vez que el estuvo feliz con el resultado, ella volvió a cambiarse y maquillarse. Esta vez, salió con unos jeans negros, una chaqueta verde y una camiseta corta gris. No llevaba maquillaje, ya que saldría de espaldas.
A él no le importaba lo que los demás dijeran, le parecía que ella era mucho más bonita sin todo ese maquillaje. Así parecía más... humana, no tanto un ángel que echaron del cielo.
Subieron al techo, donde el sol se escondía en el horizonte. Géminis se puso de espaldas a Sagitario y giró levemente su cabeza para ver su hombro, mientras le levantaba el dedo del medio a la cámara. El tomó las fotos y, mientras ella las veía, el no podía quitarle los ojos de encima.
—Ya se que me veo rara sin maquillaje, pero tampoco para que me mires así —dijo, pensando que el la miraba así porque creía que era fea.
—Yo creo que te ves bien —dijo el, siendo completamente sincero.
Ella esbozó una media sonrisa, antes de volver a la casa para cambiarse por última vez. Llevaba puestos unos jeans negros rotos, con un buzo gris. Su maquillaje era liviano.
—Entonces- dijo ella- Ahora se supone que yo ya superé al que me rompió el corazón en la primera ¿No? —el asintió— Entonces ¿No debería estar con alguien más?
Sagitario consideró la idea, y terminó estando de acuerdo. Ambos salieron al patio. El puso la cámara en el trípode, y acomodó las luces. Ella se sentó en el capó de su auto negro. El se acercó y apretó el botón del control para tomar la foto. Tenían diez segundos. Géminis cubrió las mejillas del muchacho con sus manos, y las de el se posaron en la cintura de la chica. El flash se apagó, pero ninguno se separó. Lentamente, se acercaron hasta besarse apasionadamente. Nadie sabe exactamente lo que pasó después, pero al día siguiente ya eran pareja.
Este capítulo es para @MegPark06 espero que te haya gustado 💙
