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Cancer sabía que lo había arruinado. Llevaba un año con Libra y no habían tenido problemas hasta entonces, pero él se había puesto celoso al ver la cantidad de tiempo que ella pasaba con su nuevo "mejor amigo". No le gustaba el haber discutido con ella al respecto, y por eso estaba fuera de su casa con un ramo de margaritas, sus flores favoritas.
Estaba por tocar el timbre, cuando ella abrió la puerta y salió seguida por Aries, su "mejor amigo". El signo de agua dejó caer el ramo de flores y comenzó a caminar hacia su casa, ignorando a Libra, quien lo seguía gritando su nombre.
Sabía que debería dejarla explicar, pero estaba herido, y no quería hablar con ella en ese momento. Necesitaba tiempo para calmarse para no terminar diciendo una estupidez. Pero Libra quería arreglar todo en ese momento.
—¡Cancer! —exclamó cuando logró tomar la mano del chico. —¿Podemos hablar?
El giró para mirarla a los ojos. Se sostuvieron la mirada por unos segundos. Ambos se estudiaron. El estaba lastimado, y ella indecisa.
Cancer fue quien rompió el silencio.
—¿Pasó algo? Entre Aries y vos.
Sin importar su respuesta, él estaba dispuesto a creer lo que ella le dijera. Pero las palabras no fueron necesarias. La forma en la que Libra apartó la mirada y aflojó el agarre en la mano de Cancer fue suficiente respuesta.
Logró que Libra le soltara la mano y comenzó a alejarse. Esta vez, nadie la siguió. A pesar de querer volver para rogarle que le dijera que no había pasado nada, que era broma, siguió caminando. Y ella, aunque sentía que su corazón se rompía mientras él se alejaba, se quedó en su lugar. No quería empeorar las cosas yendo tras él.
Cuando el canceriano llegó a su casa, fue directamente a su habitación y se tiró en la cama. No supo cuanto tiempo estuvo dormido, pero cuando despertó ya era de noche. Buscó a tientas su celular, que estaba sonando.
Dudó antes de responder, en especial tras ver quien lo llamaba, pero al final contestó, solo para ver que quería.
—¿Hola?
Del otro lado se escuchaba música y algunas voces femeninas. "¿Donde se metió?" Pensó él.
—Necesito que vengas a buscarme, por favor. Aries me trajo a un lugar horrible, lo perdí de vista hace un rato y hay un tipo que me esta siguiendo. Ahora estoy en el baño de mujeres, pero esta esperando a que salga.
—Ya voy, encerrate en un cubiculo y no salgas hasta que yo te diga. Mándame tu ubicación. —dijo Cancer, quien ya estaba agarrando las llaves del auto de su hermano.
Ella hizo lo que él le pidió y el aceleró hacia donde indicaba Google Maps. Maldijo al ver que tardaría media hora. Se había olvidado completamente de su discusión, ahora solo podía pensar en que Libra estuviera bien.
La chica se encerró en un cubiculo, temblando. La música retumbaba y la estaba dejando sorda. Había un olor raro en el baño, y Libra no estaba muy ansiosa por descubrir que lo causaba.
Esperaba que Cancer se apurara en llegar. Sabía que el tipo que la había estado siguiendo estaba esperando a que saliera, cosa que, eventualmente, debería hacer, pero decidió no pensar en eso. Le dolía la cabeza y sentía náuseas, quería dormir, no preocuparse.
A penas llegó al lugar que Libra le había indicado, entró y, empujando a cualquiera que se pusiera en su camino, se abrió paso hasta el baño de mujeres. Había una fila de unas veinte mujeres para entrar, y un hombre calvo de unos cuarenta estaba ahi, por lo que decidió no entrar. En cambio, le envió un mensaje a Libra.
Cancer 21:32 Estoy afuera Libra salió del cubiculo y se dirigió hacia la puerta del baño, esperando que, si el tipo la veía con otro chico la dejara en paz.
Salió del baño y se encontró con Cancer. Sin dudarlo, lo abrazó. No le gustaba ese lugar, y en un momento había dudado de si él iría. El hecho de que él no correspondiera al abrazo no le extrañó, sabía que probablemente seguía enojado, pero ella decidió que seria mejor explicarle en el auto.
No notó que el tipo que la estaba siguiendo estaba ahí hasta que se alejó de Cancer. El signo de agua vio como la chica miraba al hombre, pero no se animó a preguntar.
Cuando se estaban por ir, una vos los frenó. Una voz que a penas escucharon gracias a la música.
—¿Ya te vas, muñeca? —preguntó el hombre de cuarenta.
—Eh, si. —dijo Libra, esperando que la tierra se la tragara.
—¿No te gustaría...
Libra no escuchó el resto de la pregunta, ya que Cancer la tomó de la mano y comenzó a caminar hacia la salida. La multitud los ayudó a perder al hombre, y por eso lograron salir sin más inconvenientes.
Subieron al auto y él comenzó a conducir.
Al cabo de cinco minutos, Libra decidió romper el silencio para explicarle lo de Aries.
—Can... —el mantuvo la vista en el camino. —Hoy a la tarde, antes de que llegaras, Aries me besó. —él no dijo nada, pero Libra vio que sus nudillos se pusieron blancos de tanto apretar el volante. —Pero yo lo alejé. Cuando nos viste, yo lo estaba acompañando a su casa. No te lo dije en ese momento porque estabas enojado y no creí que fueras a escuchar toda la historia.
—¿Te llevo a tu casa? —preguntó él, cambiando de tema mientras procesaba la información.
Libra no se había puesto a pensar en eso. Su familia creía que estaba en la casa de Géminis ¿Como les explicaría que nunca había ido y que había terminado en un lugar peligroso, o que había llamado a Cancer y no a ellos?
—Ellos no sabían que estabas ahí ¿no? —adivinó Cancer. Ella negó con la cabeza. —Entonces vamos a mi casa. —decidió.
No sería la primera vez que ella se quedaba a dormir ahí. Los padres de él ya ni siquiera se sorprendían si, por la mañana, la encontraban desayunando con el chico. Siempre se había llevado bien con la familia de su novio.
Al llegar a la casa, entraron de la forma más silenciosa posible para no despertar a nadie y evitar preguntas. Dejaron la chaqueta y el bolso de Libra en el sillón y se dirigieron hacia la habitación de Cancer.
Ninguno dijo nada mientras él le daba un camisón que ella se había olvidado la última vez que se había quedado. Libra lo agarró y se fue al baño a cambiarse.
Se observó en el espejo, y le costó reconocerse. Estaba despeinada y el excesivo de maquillaje que, según ma hermana de Aries, "era necesario" estaba corrido. Se lavó la cara para intentar sacarse la mayor cantidad de maquillaje posible. No lo logró por completo, pero al menos ya no parecía un payaso.
Volvió a entrar a la habitación y se encontró con Cancer sentado en el borde de la cama. Ella se sentó a su lado, pero no dijo nada. Había aprendido que era mejor si no lo presionaba para que hablara.
—¿En serio no te gusta Aries? —preguntó él, después de un rato, con la mirada clavada en el piso.
—En serio. —respondió Libra, mirándolo.
Cancer asintió, pensativo.
—Deberíamos ir a dormir. —dijo él.
Los dos se acostaron, cada uno de un lado diferente de la cama. Libra estaba a punto de dormirse, cuando sintió que Cancer la abrazaba y le besaba la coronilla.
Este capítulo es para @Evel_G espero que te haya gustado 💙
