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ESPECIAL 100k: 4/5
Piscis estaba muy nervioso. Al fin y al cabo, era su primera cita, y le había gustado Escorpio desde hacía casi dos años. No podía dejar de moverse. Estaba esperando a que Escorpio pasara a recogerlo, y no dejaba de dar vueltas por su habitación. Se acomodó la camisa y el cabello tantas veces que terminó desalineandose más. Si Escorpio hubiera tardado unos minutos más, Piscis se hubiera vuelto loco.
A pesar de que era mejor disimulándolo, el escorpiano también estaba bastante nervioso. De verdad le gustaba Piscis, y quería que todo saliera perfecto esa noche.
–Hola –dijo Piscis, sonriendo como idiota, cuando Escorpio tocó la puerta.
–Hola –la sonrisa de Escorpio fue un poco más normal.
Los dos chicos comenzaron a caminar hacia el restaurante que Escorpio había elegido. Piscis no tenía idea de donde era el lugar, pero tampoco le importaba mucho. Estaba muy ocupado pensando en algo que decir, ya que caminar en silencio lo estaba poniendo bastante incómodo.
–Parece que va a llover –comentó Escorpio.
–Espero que no –dijo Piscis, mirando sus all star blancas ¿Por qué siempre que se las ponía tenía que llover?
Ninguno de los dos dijo nada más hasta que llegaron al restaurante. El lugar era lindo, las luces eran tenues y habían velas en las mesas. Había un ambiente bastante romántico, pero Piscis se preocupó al no reconocer casi ninguno de los platos que veía al pasar. Nunca había comido comida japonesa en su vida.
–¿Venís mucho a este lugar? –preguntó Piscis.
–No, a decir verdad es la primera vez que vengo –respondió Escorpio–. No soy de comer cosas muy complejas.
–Ah...
Los dos miraron la carta, más que nada para no tener que aguantar tanto el silencio incómodo, y eligieron prácticamente al azar. Nunca habían probado ninguno de los platos que aparecían ahí, y Piscis pensó que ya estaba un poco grande como para pedir el menú infantil.
–Leo me contó que estás componiendo canciones –dijo Escorpio.
Leo era un amigo que los dos tenían en común, y la razón por la cual se habían conocido. Piscis asintió. Amaba la música, pero no estaba muy acostumbrado a hablar al respecto.
–Me gustaría escucharlas.
–No estoy muy acostumbrado a tocar en frente de las personas... –dijo Piscis, aunque le daban ganas de sonreír el saber que a Escorpio le interesaba su música– Además, no son tan buenas.
–Estoy seguro de que si.
Se observaron por unos segundos, pero Piscis rompió el contacto visual. Una de las cosas que lo incomodaba de Escorpio era lo intensa que era su mirada. Parecía que, con tan solo mirarte, ya conocía todos y cada uno de tus secretos.
–Ay, no... –murmuró Escorpio.
–¿Qué pasa? –preguntó Piscis.
–¿Ves a ese mesero de allá? –dijo, señalando a un hombre de su edad que estaba atendiendo a una mesa del otro lado del restaurante– Es mi ex. No tenía idea de que trabajara acá.
–¿Y qué hacemos? ¿Escapamos?
–Bueno, la comida no se ve tan buena en realidad... –dijo Escorpio.
Los dos intercambiaron miradas antes de salir corriendo del restaurante. Y se sintieron mucho mejor cuando lo hicieron. El ambiente del lugar era demasiado serio como para una primera cita, como si el restaurante en si los estuviera presionando. En cambio, en la pizzería donde terminaron, el lugar era más relajado y estaban más tranquilos.
–Esto es mil veces mejor que la cosa rara que había pedido –dijo Escorpio, mientras comía su pizza, a pesar de que se habían ido del restaurante antes de que les llevaran la comida.
–Yo ni siquiera sé que pedí –dijo Piscis, riendo.
Ambos comieron y charlaron normalmente, y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Piscis notó como la mirada de Escorpio pasó de ser intimidan a ser más... dulce.
–Lamento que no salió todo como lo había planeado –dijo Escorpio, tomando la mano de Piscis. Ya habían terminado de comer, pero estaban alargando el volver a sus casas.
–Yo la pasé muy bien –dijo Piscis, intentando no sonrojarse.
Cuando salieron de la pizzería, notaron que había llovido mientras comían. Ya había parado y el cielo estaba despejado, pero las calles seguían mojadas y habían charcos por todos lados. Piscis miró sus zapatillas blancas, maldiciendo para sus adentros. Al notar esto, Escorpio dijo;
–¿Querés que te lleve? Así no se te ensucian las zapatillas.
Al principio, Piscis se negó, pero Escorpio insistió. Y así fue como recorrieron las cuadras que los separaban de la casa del signo de agua con Piscis en la espalda de Escorpio.
–¡Soy muy pesado! –exclamaba Piscis de vez en cuando, pero solo lograba que el otro chico riera y siguiera caminando.
Las personas los miraban raro, y cada vez que pasaban junto a alguien Piscis escondía su cara en el cabello de Escorpio, para que no se le notara lo rojo que estaba.
–Llegamos –anunció Escorpio, dejando a su cita en la vereda, con sus zapatillas blancas intactas.
–No era necesario que...
–Pero fue divertido.
Se miraron por unos segundos, sonriendo. Tal vez las cosas no habían salido como habían esperado, pero se habían reído bastante y la habían pasado bien, por lo que tal vez no había sido un completo fracaso.
–Capaz podemos ir a tomar un café o algo el sábado –dijo Piscis, sin atreverse a mirarlo a los ojos.
A modo de respuesta, Escorpio lo tomó de la barbilla y lo besó suavemente.
–Te paso a buscar a las cuatro.
Tras decir eso, Escorpio se alejó, sonriendo de oreja a oreja, y dejando a un Piscis muy rojo y muy confundido en la puerta de su casa. No importaba cuantas veces repasara la escena en su cabeza, no lograba entender que por fin había besado a Escorpio, y se odiaba por haberle dicho de salir el sábado ¡Faltaba una eternidad!
Este capítulo es para @onixgrace222 espero que te haya gustado 💙
Particularmente no me gustó mucho como quedó, pero no se me ocurrió nada mejor.
