Géminis y Sagitario llevaban cinco meses juntos. Eran una pareja algo inusual, ya que ella era un hada y él un brujo, y no era normal que dos criaturas diferentes salieran, pero a ellos esto les importó poco y nada.
Ambos se dirigían hacia una taberna. El caminaba, ella volaba a su lado con sus delicadas alas color durazno y semi-transparentes. Como Sagitario iba distraída, Géminis tenía que manipular el viento (que era el elemento que más dominaba) para evitar que chocara con cosas.
–¿Por qué nunca querés caminar? –preguntó él.
–Porque me gusta volar. –respondió ella, bajando hasta casi rozar el piso para poder tomarlo de la mano.
Llegaron a la taberna, que estaba llena de enanos y alguna que otra hada. A pesar de que era más o menos temprano (a apenas eran las once y media de la noche) ya habían varios borrachos. Se escuchaban risitas y se veían a algunos enanos dando tumbos por el lugar.
La pareja se sentó en la barra, ignorando a todos a su alrededor. Géminis pidió los tragos y comenzaron a hablar. El la hacía reír creando formas de luz con su magia. No eran trucos muy complicados, pero a ella le encantaba.
–Yo solo puedo hacer esto –dijo ella, extendiendo su palma hacia arriba y haciendo que aparezca una pequeña llama en el centro de su mano.
El fuego tomó la forma de una flor cuando Géminis usó su control sobre el aire para darle forma, sacándole otra sonrisa a Sagitario. Le gustaba verla feliz, era tierna.
–¿Toda tu familia puede hacer esto? –preguntó ella.
–Podrían, pero mi familia se inclina más hacia la necromancia, que es básicamente todo lo que tenga que ver con espíritus y muertos. A mi me gusta más esto.
Les llevaron las bebidas y siguieron hablando de cosas sin mucha importancia. Géminis hablaba hasta por los codos y ella lo animaba a seguir haciendo preguntas y riendo. En ningún momento de la noche hubieron silencios incómodos.
A eso de las dos de la mañana, Sagitario estaba muy risueña y gritaba mucho. Géminis tampoco estaba totalmente sobrio, pero, como tenía bastante resistencia y se pasaba más tiempo hablando que tomando, solo estaba un poco de mejor humor. "Tal vez debería llevarla a su casa" pensó él, pero después se dijo que podían quedarse un tato más.
El dueño de la taberna le trajo un trago a Sagitario y dijo que iba por la casa. Era un vaso pequeño, lleno de un líquido que iba de dorado a rosa. Géminis estaba a punto de decirle que no lo tomara (ya había aprendido por las malas que no había que aceptar regalos de enanos), pero ella ya lo había tomado.
Casi instantáneamente, ella sintió que estaba muy cansada. Sus ojos comenzaron a cerrarse y tuvo que hacer un gran esfuerzo para mantenerlos abiertos. Sintió como Géminis la levantaba y la cargaba estilo princesa. Soltó una risita mientras él la sacaba del lugar.
–Sos muy lindo... –murmuró, antes de soltar una risita. Estaba tan cansada...
Géminis apuró el paso al ver que ella se quedaba dormida y su cara tomaba un tono rosado antinatural.
Al llegar a su casa, la recostó sobre su cama y se fue a buscar a Libra, su mejor amigo y vecino. El también era un brujo, pero se especializaba en curación, por lo que Géminis esperaba que él pudiera curar a Sagitario.
Los dos magos corrieron de vuelta a la casa del geminado. El dueño del lugar lo guió hacia el hada. Se veía preciosa con su vestido durazno que cambiaba con sus alas y La Corona de flores doradas sobre su cabeza. Solo había una cosa rara. Su cabeza estaba rosa chicle.
–¿Que pasó? –preguntó Libra.
Mientras el curandero sacaba hierbas curativas y pócimas de su bolsa, Géminis le explicaba lo que había pasado. Libra no decía nada, solo se concentraba en preparar una especie de crema extraña.
–Es un hada de fuego ¿No?
El geminiano asintió, sin saber en que interfería eso.
–Necesito que hagas que huela esto. Va a estar muy alterada cuando despierte y es mejor que lo primero que vea sea alguien en quien confía. También es posible que saque fuego por las orejas, así que tené listo algo para apagarlo.
Con algo de miedo, el dueño de la casa se acercó a la chica mientras su amigo se iba. Agarró la cosa cremosa y se la puso a Sagitario justo debajo de la nariz. Al olerlo, ella se incorporó de golpe y comenzó a toser fuego. El sacó la mano con rapidez, y no se quemó de milagro. Cada vez que ella tosía, él apagaba las llamas que amenazaban con quemar las sábanas.
Después de unos segundos, dejó de toser. Su cara había recuperado su tono normal y estaba sudando. Parecía exhausta.
–¿Que pasó? –preguntó, algo confundida.
–Ese trago que te regalaron te hizo mal. Te quedaste dormida y estabas rosa ¿Como te sentís ahora.
–Cansada, pero no tanto como antes.
Géminis se sentó a su lado y al abrazó. Ella apoyó su cabeza en el hombro del chico, intentando procesar todo lo que le había dicho. Aparte de haber tosido fuego, se sentía bien.
–¿Querés que te lleve a tu casa? –le preguntó él.
–¿Me puedo quedar?
No pudo resistirse a la mirada de Sagitario, por lo que él aceptó, a pesar de que al día siguiente sus padres irían a visitarlo y no les gustaba para nada la idea de que su hijo estuviera con un hada.
Los dos se acostaron en la cama del brujo y ella lo abrazó antes de quedarse profundamente dormida. El la observó por un rato. No podía creer que, hacía solo unos meses, se burlaba de sus amigos por estar de novios y diciendo que "se les había acabado la libertad" cuando ahí estaba él, loco por esa chica menuda y graciosa que podía escupir fuego de vez en cuando.
Después de un rato, se quedó dormido.
Los despertaron los gritos de la madre de Géminis al ver a Sagitario ahí. El solo se levantó, miró a su madre, le cerró la puerta de la habitación en la cara y volvió a dormir. No tenía ganas de discutir en ese momento, y menos con ella.
Este capítulo es para @multixfandomm_ espero que te haya gustado 💙
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One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)
RomanceEl título lo dice todo, estas son historias de un capítulo sobre los signos del zodiaco. YA NO SE ACEPTAN MÁS PEDIDOS