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Escorpio y Capricornio se conocían desde la primaria, y, prácticamente, se gustaban desde entonces, pero ninguno nunca se había animado a decir nada al respecto. Temían arruinar su amistad intentando tener una relación, en especial porque ninguno estaba seguro de si le gustaba el otro, ya que eran muy buenos ocultando sus emociones.
Pero sus amigos, Cancer y Piscis, estaban dispuestos a hacer algo. Después de semanas complotando, al fin lograron completar su plan. Dejaron notas en los casilleros de sus amigos, diciendo que fueran al salón que siempre estaba vacío.
Algo dudosa, Escorpio fue al lugar que decía la nota. Cuando entró al salón, se encontró con Capricornio, quien parecía igual de confundido que ella, Los dos se quedaron en silencio, hasta que Escorpio habló.
–Supongo que a vos también te dieron una nota.
El asintió y volvieron a quedarse en silencio. Se observaron por unos segundos, intentando no demostrar nerviosismo. Estar en un salón, encerrado con la persona de la que estas enamorado pondría nervioso a cualquiera, y ellos no eran la excepción.
De repente, los celulares de ambos sonaron, anunciando la llegada de un mensaje. Escorpio fue la primera en revisarlo, y notó que era de Cancer, el mejor amigo de Capricornio. Le pareció un poco raro que él le escribiera, ya que no hablaban mucho, hasta que leyó el mensaje.
Cancer 13:22
Le gustas a Capricornio
La escorpiana se quedó estupefacta por unos segundos. Cuando al fin logró reaccionar, le mostró el mensaje a Capricornio y le preguntó si era verdad, sin querer hacerse muchas ilusiones. Le había gustado Capricornio por mucho tiempo, pero él nunca había dado indicios de que el sentimiento fuera muro, y ya había comenzado a perder la esperanza.
A Capricornio casi se le para el corazón al leer el mensaje. Siempre le había gustado Escorpio, pero le aterraba el que ella lo supiera y lo rechazara. Se esforzó por mantener una expresión neutra y asintió, tratando de que no le temblara el labio. La sonrisa que se dibujó en la cara de Escorpio lo sorprendió un poco.
Ella se puso en puntitas de pie para susurrarle algo al oído.
–También me gustas.
Esto hizo que a Capricornio se le erizara la piel. Se miraron por unos segundos. Estaban tan cerca que Capricornio logró notar algo de verde en los ojos azules de Escorpio. Ella fue la que cerró la distancia entre los dos y lo besó. El tardó un poco en reaccionar, pero, cuando lo hizo, la tomó por la cintura para acercarla más a él y profundizar el beso.
Cuando se alejaron, juntaron sus frentes y sonrieron. Ese mismo día se pusieron de novios y, durante varios meses, funcionaron bien. Pero la buena suerte se fue con el invierno y el verano trajo el primer gran obstáculo para la relación. Y ninguno estaba listo para lo que se venía, pero tampoco para terminar la relación.
En las últimas semanas de clases, los padres de Escorpio le anunciaron que se mudarían a Francia. No importó cuantas cosas ella les dijera para convencerlos, no tenía caso, no iban a quedarse, y ella no tenía a nadie con quien mudarse si se negara a irse, así que no tenía opción.
Lo más difícil fue decirle a Capricornio. no sabía como abordar el tema para suavizar el golpe. Le tomó unas semanas reunir el valor necesario para decirle. Una parte de ella no quería hacerlo, era como si el hecho de decirle lo hiciera más real, inevitable. Pero de todas formas lo hizo.
Acababan de salir del cine, y ella se preparaba para dar el golpe. Estuvo a punto de no hacerlo cuando vio que él estaba de buen humor. Sonreía y parecía más relajado que de costumbre. No quería arruinarle el día con la noticia, pero sabía que, si no lo hacía ahí, no lo haría nunca.
Se sentaron en una cafetería y pidieron lo que querían tomar.
–¿Que pasa? –preguntó Capricornio, al notar que ella estaba rara. Se perdía en sus pensamientos a cada rato y estaba muy pálida.
–Me voy a Francia. Y no voy a volver hasta que comience la universidad.
A decir verdad, no faltaba mucho para eso, pero, para una pareja tan joven y reciente, parecía una eternidad.
Capricornio no sabía que decir o hacer. Sabía que, técnicamente, no faltaba ateo tiempo, pero también era consciente de que podrían pasar muchas cosas en ese tiempo en el que estarían separados. Por ejemplo, ella podría enamorarse de un francés o decidir quedarse ahí. Tenía mucho miedo de perderla.
–Decirme algo. –le pidió ella, casi rogando, algo que no era muy normal que hiciera.
–No sé que decirte. –admitió él. –¿Que no te vayas? ¿Que te quedes acá conmigo y dejes a tu familia?
Pasaron sus últimos meses juntos tratando de encontrar una forme de que ella se quedara, pero no había caso. Para cuando llegó el día en el que se tenía que ir, ya se habían rendido, y solo habían intentado pasar la mayor parte de tiempo posibles.
Solo se vieron una vez durante el tiempo que ella pasó en Francia. La distancia y el tiempo no les permitía verse más seguido, pero no eran un obstáculo para que hablaran por videollamada o se la pasaran hablando por mensaje. Obviamente no era lo mismo, pero al menos era algo.
Las estaciones pasaron demasiado lento para el gusto de los adolescentes, pero al fin llegó el día en el que Escorpio volvería para quedarse a vivir allí definitivamente. Capricornio fue a buscarla al aeropuerto. Estaba impaciente, necesitaba verla. Sin importar cuanto tiempo había pasado, la seguía queriendo como el día en el que se había ido, sino era que más.
Buscó entre las personas que salían hasta que se encontró una cabellera castaña que se dirigió hacia él. Escorpio dejó a un lado el carrito con sus 5 valijas y se lanzó a los brazos de Capricornio, quien no perdió un segundo en besarla, expresando lo mucho que la había extrañado y lo feliz que estaba de volver a estar con ella.
–Te extrañé. –murmuró ella, cuando se alejaron.
–Yo te extrañé más. –dijo él, mientras agarraba el carrito con las valijas de Escorpio y comenzaban a dirigirse hacia el estacionamiento.
Este capítulo es para @_Majo_SG_espero que te haya gustado 💙
