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Era la última clase del día, y la profesora les estaba entregando los resultados de un examen particularmente difícil de historia. Gracias a su obsesión con esa materia, Cancer sacó diez, pero Aries se decepcionó al ver un cinco.
Una vez que la clase terminó, la profesora le pidió a la canceriana y al ariano que se quedaran porque tenía algo que decirles. El intentó ocultar su desdén al ver más de cerca a su profesora, que, en su opinión, era una vieja amargada. Ella no podía negar que la señora tenía un carácter... especial, pero intentaba no hablar mal de los profesores.
–Aries, tu examen fue un desastre y necesitas clases particulares –dijo la señora, sin dar rodeos. –Y, si hay alguien que puede ayudarte, es Cancer, quien va a recibir puntos extra por esto.
–Pero... –protestó él, no tenía tiempo para eso.
–Sin peros. Si quiere aprobar mi materia, más le vale hacer lo que le digo. Pueden irse.
Ambos salieron.
–Mientras más rápido empecemos más rápido vamos a terminar –comentó Cancer, cuando salieron del salón, sin mirarlo a los ojos. Nunca había hablado mucho con Aries, y tampoco tenía la intención de empezar. El era el tipo de chico que andaba en motocicleta y usaba siempre negro, solía saltarse muchas clases y tenía a todas las chicas enamoradas, excepto a ella, a quien, más que atracción, le daba miedo.
–¿Vamos a mi casa? –preguntó él.
Ella asintió, todavía sin mirarlo y lo siguió hacia el estacionamiento. Claro que, en su intento de hablar lo menos posible, había olvidado que él no tenía auto, sino una motocicleta. El le dio un casco y ella se lo puso, empezando a arrepentirse.
–Agarrate bien –dijo Aries, antes de acelerar a fondo hasta su casa.
Cuando llegaron, Cancer bajó algo temblorosa, lo que le sacó una sonrisa al chico. Si, sabía que manejaba un poco bastante más rápido que los demás, pero la mayoría intentaba evadirlo, en cambio ella parecía estar a punto de golpearlo o desmayarse. A pesar de que le divertía la idea de descubrir que pasaría primero, abrió la puerta y la dejó pasar.
–Terminemos con esto lo más rápido posible –dijo él.
Ella asintió y sacó su cuaderno.
–Preparé unas preguntas para ver que tan mal estás...
–¿Ya sabías de esto?
Ella asintió, bajando la mirada y pasándole la hoja. El se quedó unos segundos admirando la letra cursiva y prolija, la de él no podía ser más diferente. Sus amigos afirmaban que escribía en chino.
–¿Te dije que me gustan mucho tus oj...
–Ni lo intentes –lo interrumpió ella –No te voy a decir las respuestas, ni me voy a ir hasta que puedas, al menos, hacer el examen apropiadamente.
Ella ya estaba acostumbrada a ese tipo de comentarios. Su mejor amigo era Géminis y estaba acostumbrada a que la halagara o usara cualquier medio para que ella le pasara la tarea o le dejara copiar en un examen. No caería tan fácil en la trampa de Aries. Pero él tenía otros trucos bajo la manga.
–Sos la primera que no parece enamorada de mi ¿Por qué? –más que por curiosidad, preguntaba para distraerla de que no podía contestar ni una sola de las preguntas.
Cancer se encogió de hombros.
–Supongo que no me gustan los chicos malos.
El sonrío, había funcionado. Si seguía un poco más, podría convencerla de seguir otro día y él podría ir a jugar videojuegos tranquilo como siempre. Tal vez hasta conseguía que le pasara la tarea que él nunca hacía.
–¿Osea que no soy tu tipo? –ella negó con la cabeza, evitando mirarlo a los ojos. –¿Entonces quien si lo es? ¿Géminis?
–¿Que? no, no, es solo mi mejor amigo. –negó Cancer, ni siquiera podía pensar en estar con Géminis. –¿Que tiene que ver eso con la segunda guerra mundial? ¿Completaste las preguntas? –dijo en un intento desesperado de cambiar de tema.
Vio la hoja en blanco y suspiró, tenían una larga tarde por delante.
–Tengo una idea –dijo Aries –por cada media hora que estemos estudiando, yo te voy a hacer una pregunta.
Y así siguieron por las siguientes cuatro horas. Ella explicando y él pregutnandole cosas al azar que no tenían nada que ver con Historia, pero por alguna razón ambos terminaban riendo bastante.
Como ya se estaba haciendo de noche, Cancer decidió que debería irse, pero la madre de Aries le preguntó si quería quedarse a cenar, y ella no pudo negarse.
Durante la cena, los padres de el chico se mostraron muy amables con la castaña, preguntando por sus notas y sus planes para el futuro. El signo de agua se sintió un poco avergonzada cuando se dio cuenta de que todas las personas en la mesa le prestaban atención mientras hablaba.
Estaban comiendo un pastel de chocolate que la madre de Aries había hecho, cuando llegó Capricornio, el hermano mayor del muchacho. Mientras comían el postre, él y Cancer se pusieron a hablar, y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Al signo de fuego no le gustó eso para nada, por lo que insistió en que era tarde y se ofreció a llevar a Cancer a su casa.
–Vamos a ir en el auto de mi papá –dijo él, algo distante.
Ella se sentó en el asiento del copiloto y se quedó callada unos segundos, mirando por la ventana. No entendía el repentino mal humor de Aries, pero temía preguntar.
–Veo que te llevaste bien con Capricornio... –comentó él, después de un rato.
Cancer se encogió de hombros, estudiando la reacción del chico.
–Tenemos muchas cosas en común.
Volvieron a sumirse en un silencio que solo era interrumpido por el ruido del trafico. Unos minutos después, ya estaban en la casa de la chica.
–¿Nos vemos mañana?
El se encogió de hombros.
–Capricornio no va a estar por unos días si lo que querés es verlo. –dijo él.
Ella notó que Aries era el que evitaba mirarla a los ojos, no al revés. De repente, todo encajó. El había estado de lo más bien hasta que ella había empezado a hablar con su hermano.
–¿Estás celoso? –preguntó, medio burlona.
El no respondió, pero su cara lo delató. Cancer besó su mejilla.
–Nos vemos mañana –dijo, antes de bajar del auto y entrar corriendo a su casa, con las mejillas ardiendo.
Este capítulo es para @ealm_2004 espero que te haya gustado 💙
