Capricornio estaba volviendo a su casa después de clases, mientras repasaba mentalmente todo lo que tenía que hacer esa tarde. Mientras pensaba, recordó que necesitaba un cuaderno nuevo. Giró en una esquina para caminar hacia la librería más cercana.
Cuando salió, pasó por en frente de un callejón. Vio a tres chicos golpeando a uno. Iba a seguir caminando, pero reconoció al muchacho que estaba siendo golpeado. Escorpio.
El signo de tierra metió la mano en su bolsillo y sacó una placa de policía que siempre llevaba con él. Esperaba que los atacantes no se dieran cuenta de que no era suya y lo golpearan también.
–¿Que están haciendo? –preguntó, fingiendo no estar asustado, temía que lo descubrieran.
Al ver la placa, los tres chicos salieron corriendo, asustados, dejando a Escorpio tirado en el piso, lleno de moretones y un par de cortes.
–Yo podía con ellos –dijo el signo de agua, mientras Capricornio lo ayudaba a levantarse.
–Si, claro –dijo el otro chico sarcásticamente.
Caminaron hacia la casa del signo de tierra en completo silencio. Ambos se conocían desde que eran niños, pero con el tiempo se habían ido alejando cada vez más, pero eso no significaba que se llevaban mal. Simplemente habían dejado de hablar.
–¿Es la placa de tu mamá? –preguntó Escorpio, mientras Capricornio curaba sus cortes.
El signo de tierra asintió. Su madre había muerto tres años atrás en un tiroteo. Desde entonces, el chico siempre llevaba su placa con él, ya que le recordaba a ella. La extrañaba mucho más de lo que estaba dispuesto a admitir.
–Sé que nunca te lo dije –dijo Escorpio –pero lamento mucho lo que pasó –hizo una pausa, inseguro sobre si debería continuar –Lamento no haber estado ahí para ayudarte.
Siempre se había sentido culpable por eso. Prácticamente se habían criado juntos, y Escorpio lo había dejado alejarse cuando sabía que su amigo lo necesitaba. Tendría que haber hecho algo para evitar que tuviera que pasar por todo eso solo, en vez de esperar a que él le hablara primero.
–No fue tu culpa –dijo Capricornio –Yo fui el que te dejó de hablar.
No había sido fácil para el signo de tierra alejarse de su mejor amigo, en especial porque poco después perdió a su madre, pero en ese momento le había parecido necesario. Tenía trece años cuando decidió terminar la amistad, y a penas entendía lo que le estaba pasando. Sabia que era mucho más cercano a su amigo que los demás, pero no le pareció raro hasta que se enojó cuando Escorpio consiguió novia. En ese momento, se dio cuenta de que le gustaba el escorpión y decidió alejarse. Una semana después, su mamá murió y no se volvieron a hablar desde entonces.
En estos últimos tres años, Capricornio se había dado cuenta de que estaba enamorado de su mejor amigo, y que no había nada malo en eso, pero ya nunca se hablaban, por lo que prefirió esperar a que sus sentimientos simplemente desaparecieran por arte de magia. No pasó. Pero ¿Quien podía culparlo? En ese tiempo, Escorpio se había vuelto cada vez más atractivo.
–¿Por qué dejaste de hablarme?
Capricornio no sabía que decirle. No estaba listo para que supiera la verdad. En especial porque seguía enamorado de él.
–No hace falta que contestes –dijo Escorpio, al notar que el otro chico tardaba en responder –Solo me dio curiosidad. Nunca entendí por qué dejamos de ser amigos.
El signo de tierra no dijo nada al respecto. Simplemente se limitó a guardar las vendas y el alcohol para no tener que responder. Eso no le gustó mucho al escorpión, pero ya no insistió. Tal vez podrían volver a ser amigos como antes.
–Creo que mejor me voy –dijo el signo de agua al notar el ambiente tenso.
Ambos fueron hacia la puerta y se despidieron.
–¡Escorpio! –exclamó Capricornio, justo antes de que el chico se fuera –Trata del no meterte en peleas en el camino.
–No prometo nada –dijo el muchacho, riendo.
El signo de tierra cerró la puerta, tratando de dejar de sonreír. Sabía que no debía hacerse ilusiones, sabía que no pasaría nada entre los dos, pero se sentía bien después de hablar con él. Recordó las tardes jugando videojuegos y tomando chocolatina. Recordó los campamentos en el patio y las historias de terror que contaban. Recordó cuando, jugando a la mancha, Escorpio tropezó con Capricornio y quedó encima de él.
Al día siguiente, el signo de tierra fue a la escuela, como todos los días, pero esa vez estaba buen humor, a pesar de que lo ocultó bastante bien.
Cuando llegó, vio a Escorpio hablando con Tauro, un chico que estaba en su último año. Estaba pensando si debería acercarse o no, cuando el signo de agua lo saludó de lejos. Como no le quedó otra opción, se acercó. Al verlo, el toro se alejó.
–Me invitó al cine –preguntó el escorpión, al notar la curiosidad de Capricornio.
–¿Y aceptaste?
–Todavía no. Es decir, es lindo y todo, pero me gusta alguien más y no quiero ilusionarlo.
Eso arruinó el buen humor del signo de tierra. A Escorpio le gustaba alguien más, no tenía oportunidad. Esa vez, no se molestó en ocultar que no estaba muy feliz. El escorpión no dijo nada al respecto, pensando que se le pasaría, pero se cansó de que Capricornio solo le contestara con monosílabos y movimientos de cabeza.
–¿Que te pasa? –le preguntó cuando se quedaron solos en el salón de clases, ya que todos los demás estaban almorzando –Estuviste de mal humor todo el día.
–No me pasa nada –mintió el otro.
Escorpio no era idiota, sabía que Capricornio no le había dicho la verdad. Se había cansado de no tener respuestas. Había perdido a su mejor amigo y ni siquiera sabía el porqué. No lo dejaría salir de esa habitación hasta obtener las respuestas que quería.
–No te vas a ir hasta que me digas la verdad –dijo, poniéndose frente a la puerta.
Capricornio intentó salir de todas formas, pero Escorpio era más fuerte que él y logró impedirlo. Estaba decidido a saber lo que quería, y no iba a parar hasta conseguirlo. Después de varios intentos, Capricornio al fin se rindió.
–¿Querés saber por qué estoy de mal humor? ¿Querés saber por qué dejamos de ser amigos?
–Si.
Capricornio observó al escorpión por unos segundos. Estaba harto de guardarse todo. Quería decirle, pero una parte de él tenía demasiado miedo a ser rechazado.
Por primera vez, el signo de tierra dejó de pesar. Dio un paso hacia adelante y lo besó. Fue un beso brusco y hasta un poco torpe al principio, pero después Escorpio logró tomar el control. Tomó a Capricornio por la cadera, acercándolo todavía más. No se separaron hasta que se quedaron sin aire.
–Deberías haberme dicho antes. –logró decir el escorpión, sonriendo –Podríamos haber empezado a salir antes.
–Es que pensé que no te gustaba –admitió Capricornio.
–¿En serio? ¿De verdad pensaste que rodaba hacia tu bolsa de dormir por accidente cuando acampábamos? ¿O que siempre que te dibujaba era porque eras la persona más cercana?
Capricornio asintió, algo avergonzado por no haberse dado cuenta. Simplemente pensó que Escorpio se movía demasiado cuando dormía y que los dibujos eran solo porque estaba aburrido y él era lo primero que veía.
Escorpio soltó una risa y besó la frente del signo de tierra, que era unos centímetros más bajo.
–Siempre me gustaste.
Este capítulo es para @XIncertNameHere espero que te haya gustado 💙
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One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)
RomansaEl título lo dice todo, estas son historias de un capítulo sobre los signos del zodiaco. YA NO SE ACEPTAN MÁS PEDIDOS