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Advertencia: Esta es la parte 2 del capítulo 72
Las cosas entre Géminis y Cancer estaban algo tensas desde que él la había rechazado. Ya no hablaban tanto como antes, parecía como si se hubiera levantado una pared entre medio de los dos, y ninguno parecía tener la intención de romperla. Ella intentaba mantenerse lo más lejos posible, quería superarlo. Pero simplemente no podía. No cuando él la trataba tan bien, o cuando sonreía de forma tierna. Géminis no solía tener muchos problemas para superar chicos, pero esta vez le estaba costando horrores. Cancer intentaba tratarla con normalidad, pero sabía que ella se incomodaba mucho cuando él estaba cerca. Y la novia de él estaba muy celosa. Después de que el canceriano le contó lo que había pasado, ella comenzó a ir cada vez más seguido a la cafetería, donde solamente molestaba a Géminis y tomaba limonada.
Un día, cuando la geminiana entró a trabajar, se sorprendió al ver que su compañero no estaba ahí, ya que rara vez faltaba o llegaba tarde. Y su sorpresa aumentó cuando lo vio entrar quince minutos después, estaba despeinado y tenía ojeras. Caminaba encorvado y tenía la mirada perdida. No era muy común verlo así. Si, había días en los que no parecía muy feliz, pero siempre estaba intentando forzar una sonrisa, aparentar que no pasaba nada. Pero, ese día... parecía derrotado.
–¿Que pasa? –le preguntó Géminis. Era un lunes al mediodía, por lo que la cafetería estaba vacía. Por lo general ellos trabajaban por las tardes, pero les movieron el horario durante las vacaciones de verano. A ninguno le venía mal las horas extras, así que aceptaron.
–Nada. –mintió él, pasandose las manos por la cara. –Bueno, en realidad, de todo.
Géminis odiaba que las personas no la dejaran hablar, y Cancer sentía que hacía que los demás perdieran el tiempo cuando hablaba de sus problemas. Así que los cinco minutos que pasó el chico explicando todo lo que había pasado el día anterior fueron bastante extraños para los dos.
–Me desperté a las cinco de la mañana por los gritos de mi vecina. –comenzó a explicar. –Después, mi hermano se rompió un brazo y estuvimos en el hospital todo el día. Y no pude dormir en toda la noche porque mi novia me dijo que quería hablar conmigo, pero no dijo de que. Y hace media hora terminó conmigo y estoy muy cansado y me quiero ir. –lo abrevió tanto como pudo.
Una parte de Géminis estaba feliz porque ellos habían terminado, pero la otra se sentía mal por el chico. Tomó su mano. Tal vez, si lo convencía de pasar más tiempo con ella, se terminaría enamorando.
–Tengo una idea. –dijo ella. –¿Por qué no, después del trabajo, vamos a dar una vuelta? Así te distraes un poco.
El asintió. No era mala idea, y definitivamente no le vendría mal relajarse un poco. Además, extrañaba hablar con ella, o más bien escucharla en silencio, asintiendo de vez en cuando y haciendo preguntas para que ella siguiera. Cancer siempre había sido bueno escuchando, y Géminis hablaba hasta por los codos.
