145- Piscis x Piscis

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   Ultima semana de clases

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   Ultima semana de clases. Una época casi agridulce para la mayoría. Pero Piscis (h) no estaba pensando en lo que haría durante las vacaciones o en que ya no vería tanto a sus amigos. No, su mente estaba en la chica rubia de la que estaba enamorado desde hacía dos años. Se había propuesto pedirle a Piscis (m) que fuera su novia ese año, pero se le estaba acabando el tiempo y todavía no se animaba a hacerlo. 

   Ellos dos no habían cruzado más de dos palabras desde que se conocían, ya que eran muy tímidos como para hacerlo, pero ambos se gustaban bastante. Lo único que los separaba era su miedo de hablarle al otro, pero él estaba dispuesto a superar eso. O al menos eso había creído, pero con cada día perdía más la seguridad. 

   –Sabía que no lo ibas a hacer –le dijo Aries, su mejor amigo y estaba al tanto de lo que pretendía hacer. 

   –Todavía tengo hasta el viernes –le recordó Piscis (h), aunque estaba pensando en lo mismo que su amigo.

   –Los dos sabemos que no te vas a animar. No la invitaste a salir en todo el año ¿Por qué lo harías ahora? 

   Piscis (h) sabía que su amigo tenía razón. No se animaría a hacerlo. Si se paralizaba cada vez que la veía ¿Cómo haría para invitarla a salir? Probablemente se volvería un tomate y saldría corriendo como un cobarde.

   –¿Sabes que? –dijo Aries, con su tono decidido– Te voy a dar una mano con todo esto.

   –¿Qué? –preguntó Piscis (h), algo preocupado, pero su amigo ya se había ido. 

   Al día siguiente, Aries le informó que ese fin de semana irían a hacer un picnic en un parque con Piscis (m) y su mejor amiga, Géminis, para una especie de cita doble. Piscis (h) no sabía si enojarse porque lo había hecho sin preguntarle, o agradecerle. Sabía que probablemente Aries encontraría una forma para alejarse con la amiga de Piscis (m), por lo que podrían pasar un rato a solas y hablar. Solo esperaba que los nervios no lo traicionaran y que no se quedaran en un silencio incómodo todo el rato, cosa que era bastante probable.

   La semana se pasó demasiado rápido para los dos piscianos, y, antes de que pudieran darse cuenta, ya era sábado y se estaban preparando para el picnic. Ambos estaban inquietos. No paraban de revisar que todo estuviera listo y que no faltara nada. 

   Las chicas fueron las primeras en llegar el parque. Géminis y Piscis (m) pusieron un mantel en el piso y sacaron la torta y los macarrones que había preparado Piscis (m). Los chicos llevarían las bebidas y lo salado. 

   –Tranquila –le dijo Géminis a su amiga, mientras le mandaba un mensaje a alguien–. Todo va a salir bien. Me voy a llevar a Aries, y ustedes van a hablar y él se va a dar cuenta de que sos genial y te va a invitar a salir, ahora deja de mover las cosas que me pones ansiosa. 

   Piscis (m), sin darse cuenta, había estado acomodando y moviendo de lugar los platos donde estaba la comida y rearmando la torre de macarrones. 

   –Lo siento. 

   En ese momento, vieron como Piscis (h) y Aries se acercaban, y Piscis (m) sintió como se retorcía su estómago. De verdad esperaba que todo saliera como Géminis había predicho. 

   Hablaron un poco, aunque Piscis (h) y Piscis (m) evitaban mirarse, antes de que Aries y Géminis se alejaran para dar un paseo. A penas ellos se fueron, el silencio inundó el lugar. Solo se escuchaban las risas de unos niños que jugaban a lo lejos y los autos que pasaban por la calle. 

   –Eh... –dijo Piscis (m), intentando romper el silencio– ¿Probaste los macarrones?

   –No, nunca –respondió él, esperando que ella no se ofendiera porque no había probado uno de los suyos. 

   Muy lejos de eso, Piscis (m) agarró uno y se lo acercó a la boca a Piscis (h). El, intentando no ilusionarse por el gesto, le dio un mordisco al dulce y descubrió que le gustaba mucho, pero no tanto com ver a Piscis (m) sonrojada hasta las orejas después de pensar en lo que acababa de hacer.

   –Están muy buenos –dijo él, y ella le sonrió. 

   Se observaron por unos segundos, sin moverse. No sabían que decir, y el acto de acercarse fue prácticamente inconsciente. Era difícil decir quién había besado a quién, pero fue un beso dulce y lento, algo tímido al principio. Los labios de Piscis (h) tenían sabor dulce y las manos de Piscis (m) dejaban un cosquilleo mientras se deslizaban por los hombros de Piscis (h) para llegar a su cuello. 

   Cuando se alejaron, los dos estaban totalmente rojos. Lo primero que hizo Piscis (m) fue esconder su cara en el cuello de él, esperando que no notara que tan sonrojada estaba. 

   Lentamente, Piscis (h) se fue inclinando hacia atrás hasta que los dos terminaron recostados sobre el pasto, ella apoyada en el pecho de él. Se quedaron así por un rato, ella sin animarse a mirarlo todavía y él observándola como si fuera lo más hermoso que hubiera visto en su vida. 

   –Me gustas –murmuró él, después de un rato, usando toda su fuerza de voluntad. 

   –A mi también –dijo ella, con la vocecita más tierna que él había escuchado en su vida.

   Con delicadeza, Piscis (h) se alejó un poco de ella y la tomó del mentón para que alzara la cabeza y poder robarle un beso corto y tierno. 

   –¿Entonces somos novios o...? –preguntó ella, dibujando ochos en la camiseta de él, sin animarse a mirarlo a los ojos. 

   –No sé ¿Vos querés que seamos pareja? –Piscis (m) asintió, al fin mirándolo a los ojos– Yo también 

   Y así, entre besos y abrazos, se les pasó la tarde. Ninguno de los dos entendía de donde habían sacado el valor para hacer todo lo que habían hecho esa tarde, pero estaban felices de haberlo hecho. 

Este capítulo es para @luciivinee espero que te haya gustado 💙

One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora