Cliente favorito

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El joven dejó a su niña en su cuna jugando con su oso. Entonces aprovechó el momento para hacer su clásico drama vespertino.

"No puede ser... O sea si yo fuera responsable de mi propio crecimiento y desarrollo obviamente me vería como un adulto normal, no es mi culpa parecer un muchacho, aunque eso también me trae problemas con la gente pervertida...que miedo ¿y si algún día me violan y me matan? Mi niña se quedaría sola. Pero se cierta manera eso sería bueno, yo estaría libre de toda esta basura de vida que estoy llevando. Ahhh, oh soy un imbécil no sé cómo debería comportarme estando en la calle, odio salir, lo detesto, lo detesto, lo detesto. No nací para estas cosas, una persona de mi edad debería saber cómo controlar esto y además no cometería estupideces como las que yo hago. Demonios ¿por qué me sucede todo esto? Es verdad, desde que nací la mala suerte ha sido mi único camino, es por eso quizá que todo en la vida me ha salido mal'—pensó mientras se retorcía en su silla.

—Papá—articuló Trish por primera vez correcta mente.

—¿Qué-Qué quieres?—respondió Doppio sin prestarle atención, pues estaba sumergiéndose lentamente en su miserable autoflagelo.

La sonrisa de la pequeña se borró de su rostro regordete, al ser un bebé no entendía lo que estaba sucediendo, pero le causaba cierta tristeza y un poco de miedo ver a su padre así, en ocasiones llorando en el suelo, otras más retorciéndose en su cama mientras ahogaba sus gritos en la almohada, otras veces jalando sus cabellos violetas y unas cuantas más hiriéndose físicamente a sí mismo en un intento de controlar aquellos horribles ataques de ansiedad.

—Soy un idiota. No merezco vivir, todo lo que hago son estupideces y... Y no puedo más. La gente me mira y habla de mi, me toca sin permiso, me molestan, me acosan, no estoy hecho para eso.—se interrumpió por el sonido de la alarma de su teléfono. Ocho y media. La hora en que Mr.Pink estaba disponible para hablar. Doppio se quedó algunos segundos pensando en si era buena idea llamarle o no (mientras intentaba dejar de llorar y se limpiaba los mocos que escurrían de su nariz) no quería molestarlo, Mr Pink era una persona muy ocupada.

—Bueno... Quizá yo pueda hablar un poco. Solo un momento. Intentaré calmarme y no entrar en pánico, debe sonar como una llamada casual.

Marcó al número.

—SexPhone, soy Gorda Cachonda ¿quieres unirte a passione?, lo siento, tengo la cabeza en otro lado, ejmmmm. Permíteme comenzar de nuevo. SexPhone soy Gorda Cachonda y puedo complacer todos tus deseos.

—N-No lo creo, pásame a Mr.Pink.—dijo Doppio limpiándose los mocos nuevamente.

Segundos después una voz conocida le respondió la llamada.

—Habla Mr. Pink ¿cómo puedo complacerte?

—Es que no estoy a gusto con mi físico, soy un asco, parezco un niño pero ya soy un hombre y eso me causa molestias porque la gente no lo entiende y me miran y hablan de mí cuando salgo con mi pequeña y también abusan de mí sin que pueda decir nada, no puedo hacer un escándalo porque todos me mirarían pero no me gusta que se aprovechen de mi tocando mi cuerpo sin consentimiento, odio que las personas me toquen o me vean. Pero eso no es todo, soy un tarado porque siempre me pasa algo, si no piso a una señora, me caigo y si no me caigo empujo a alguien sin querer y si no empujo a alguien sin querer, me pasan otras cosas, soy un estúpido, a otras personas no les pasaría eso, ellas son listas y yo soy tonto aaaaaaghhhhh. Además soy un pésimo padre, nunca debí tener un hijo, tendrá la misma mala suerte que yo, ella merece a alguien mejor, yo no puedo darle ni seguridad ni confianza ni hacer que su autoestima se desarrolle porque ni siquiera yo tengo eso.

—Ah, hola Doppio.—respondió Mr Pink con su ronca voz.

—Perdón, me alteré un poquito. Soy un tonto.

—Tranquilo, no te disculpes. Si, quizá te alteraste un poco.

—Perdón por alterarme.

—Está bien, ya te dije que no es necesario que te disculpes.

—Perdón por disculparme—dijo Doppio, quien mentalmente se masacró a sí mismo por su estupidez.

—Tranquilo, muchacho. Bien, ¿qué puedo hacer por ti el día de hoy?

—Oh, no es necesario. Ya me arrepentí de llamar, perdón por molestarte, colgaré

—¡NO!

—¿Eh?

—No, no cuelgues. A decir verdad me divierte mucho hablar contigo.

—¿Te divierte mi vida miserable?

—Si. ¡Quise decir No! No, no, para nada.

—Entonces ¿de qué se trata? ¿Por qué consideras que es divertido el hablar conmigo?

—Tú eres... Como mi desestrés de lo cotidiano, no sé si me estoy explicando.

Doppio limpio sus lagrimas nuevamente.—¿Podrías ser más explícito? Me cuesta un poco entender las cosas y más aún después de un horrible ataque de ansiedad.

—Oh pues, todos mis clientes acuden a mi muy calientes. Quieren que les diga cosas sucias y pervertidas, lo cual es genial pero hasta cierto punto es sumamente aburrido ya sabes, gemidos fingidos, cumplidos sin sentido, tú mandas yo obedezco, pfff en fin, todas esas cosas aburridas, pero tú mi dulce Doppio eres el único de mis clientes que acude a mí por problemas con su vida.

—Es algo que necesito, no tengo con quien más acudir, por eso te llamo, porque tú eres el único que escucha lo que tengo que decir.—respondió.

—Exacto, por eso...a partir de hoy seras nombrado como mi cliente favorito.

—¿Y-Yo? ¿De verdad? Pero si soy un asco de persona.

—Por supuesto que no, tú tienes algo que el resto de mis sucios clientes no tiene. Eres tranquilo e inocente, cosa que a cualquier persona como le fascina.

—¿En serio piensas eso de mi?—en el fondo se sintió un poco seguro ante tal cumplido.

—Claro, ahora dime. ¿Qué es lo que te pasa? Yo te ayudaré con el método que he diseñado específicamente para ti.

—¿Di-Diseñaste un método...? Para mí...

–Por supuesto, te acabo de informar que eres mi cliente favorito, obviamente tengo que tener consideraciones especiales para ti.—respondió Mr Pink, sonaba algo emocionado.

—¿Y de que se trata? —preguntó el pecoso emocionado también.

—Yo lo llamo "Terapia erótica a distancia". —dijo triunfante Mr Pink .

HotLine 【Doppio/Diavolo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora