Donatella

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Las paredes de la casa eran tan delgadas que los gemidos de los enamorados llegaron a los oídos del sacerdote.

El hombre se había quedado cuidando de Trish mientras su hijo y la pareja de su hijo se preparaban para salir en su último día de vacaciones.

—Dios mío, por favor perdónalos. Son unos fornicadores crónicos pero son buenos muchachos...—decía una y otra vez intentando permanecer tranquilo. Mientras cubría con sus manos las pequeñas orejas de su nieta.

Momentos más tarde, los amantes aparecieron, se veían ambos frescos y sonrientes.

—Nos vamos, padre.—Doppio se acercó a su padre para besarle la mejilla como lo hacía siempre que se despedía, pero esta vez el hombre se hizo a un lado.

—Claro hijo, cuídate mucho. Cualquier cosa puedes llamar.—estaba algo nervioso.

Doppio no le tomó importancia a que su padre le negara un besito de despedida, así que tomó la mano de Diavolo y salieron de la casa.

—¿Dónde iremos?

—Haremos algo especial. Algo que me dejará tranquilo. Para esto, necesitamos ir al mercado.

—¿El mercado? ¿Vas a comprar algo?

Doppio asintió pero no dio ningún detalle de lo que quería.  De modo que su novio solo lo siguió hasta el mercado, donde juntos caminaron entre coloridos puestos de comida y verduras, algunos otros de objetos para el hogar, hasta que Doppio decidió detenerse en frente de un puesto de flores.

—Flores... Eran sus cosas favoritas.—susurró el pecoso.—Adoraba las rosas.

Contuvo la vergüenza que le daba hablar con la gente desconocida y se acercó con el vendedor.

—Dis-sculpe... ¿Puede darme el ramo de rosas más bonito que tenga?–un notorio sonrojo cubrió su rostro al notar que el encargado no lo había escuchado.—Oh... Bueno no hay problema, supongo que sin flores está bien, ella lo entendería.—sintió el toque de la mano de Diavolo posándose en su hombro, en seguida miró hacia arriba y observo su reflejo en los dulces ojos de su amante.

—Lo haré por ti, mi niño.—dijo el mayor—Disculpe, señor. Deme el mejor ramo de rosas que tenga.

—¿De doce?—preguntó el encargado y Doppio asintió.

—De veinticuatro.—corrigió Diavolo. Quien se adelantó a pagar las flores antes de que Doppio pudiera sacar su cartera.

Segundos después el hombre del puesto de flores le entregaba a Diavolo un hermoso ramo de flores recién cortadas. Eran muy hermosas y más rojas que la misma sangre. Entonces se las entregó a Doppio.

—Ten. Son bellísimas.—dijo.

—A ella le encantarán. Estoy seguro.—una sonrisa triste se formó en sus labios.

—¿Ella? Haces que me ponga algo celoso, Doppio. ¿Iremos a visitar a una chica?

El pecoso se sonrojó pero asintió.–Iremos a ver a una mujer, así es. Iremos a visitar a alguien especial para mí, a alguien que marcó mi vida, a alguien a quien amé con toda mi alma, espero puedas entenderlo y que no te moleste.—respondió.

Al instante Diavolo entendió de que se trataba, irían al cementerio.

—Vayamos, se hace un poco tarde. Le prometí que la visitaría siempre que viniera a Cerdeña.—Doppio sujetó a Diavolo del brazo y se echó a correr a gran velocidad, tanto que era difícil para el mayor seguirle el paso.

—¡Cariño, no corras tan rápido!

—Y tú no hables o te morderás la lengua.—respondió divertido.

Llegaron al cementerio, a pesar de ser un lugar triste, el ambiente era bastante tranquilo.

—Espero no te incomode, si no igual puedes regresar o esperarme aquí. Lamento haberte traído a algo tan incómodo, pero le prometí que encontraría el amor después de que se fuera y apareciste tú. Creí que me sentiría tranquilo si le mostraba que de verdad lo había hecho. Quiero que ella sepa que aunque ya no está no la he olvidado, pero que he podido continuar con mi vida.—los ojos de Doppio se habían llenado de lágrimas, estaba a punto de soltarse a llorar, pues sus cejas ya se veían rojas y sus ojos ya se encontraban muy húmedos, sus labios temblaban y su voz se cortaba de poco a poco.

Diavolo se acercó a él y lo tomó de la barbilla para unirse en un beso. Sentía que la boquita de Doppio temblaba y las lágrimas que escurrí a de los ojitos de su amante ahora mojaban su cara también. Aquellos detalles no impidieron a Diavolo seguir besando a su pareja,  de modo que rodeó el cuerpo de su chico en un cálido abrazo y profundizó aquel beso. Su lengua acariciaba deliciosamente la de Doppio, mientras sus dedos se enredaban ente las hebras de lacio cabello violeta.

Continuaron así, besándose sin importarles nada hasta que les hizo falta el aire, necesitaban comerse a besos, pero también necesitaban respirar.

—¿Te sientes mejor?

—Me siento un poco mejor.–respondió Doppio limpiando sus mejillas aún húmedas—Gracias, a Donatella no le gustaba verme llorar, supongo que habría sido feo ir a verla con los ojos llorosos como la última vez.

—Tranquilo, Doppio. No me molesta que me hayas traído aquí. Al contrario significa mucho para mí, porque imagino que esto es algo que atesoras y que es muy importante para ti. Y agradezco que me dejes estar aquí en contigo.

El pecoso sintió unas grandes ganas de llorar, pero decidió contenerse.

—Vamos, Donatella nos espera.—tomó la mano de su novio y juntos entraron al triste lugar. Caminaron dentro durante algunos minutos, hasta encontrarse con la lápida indicada, la cual citaba en hermosas letras cursivas color plateado el nombre Donatella Una.

Doppio sonrió al acercarse y se agachó a depositar las flores en el jarrón que estaba ahí a un lado.

–Hola, hermosa. Te he traído tus favoritas. ¡Míralas! Son rojas y aromáticas. Pero nunca tan rojas y tan hermosas como tú dulce boca y no tan aromáticas como el olor de tu delicada piel.—sus palabras eran tan tiernas que hicieron que el corazón de Diavolo latiera con fuerza.—Por cierto, cariño mío. Debo decirte que aunque no estés conmigo, tú recuerdo está presente en todo momento. Pero... He encontrado también un nuevo amor. No te pongas celosa por favor, te amo mucho a ti también, en mi corazón hay lugar para ambos.—volteo a ver a Diavolo, quien se encontraba sonrojado y con una pequeña sonrisa en el rostro.—Donatella, continuaré mi vida. He encontrado a la persona con la que seguiré mi camino y seré feliz. Es lo que te hubiera gustado ¿verdad? Él es muy bueno, es dulce conmigo y con nuestra Trish. Es el indicado, puedo sentirlo. Seguro te burlas de mí desde el cielo, pero... Quería presentártelo, es importante para mí poder hacer esto para así continuar. Hoy voy a cerrar este ciclo amor mío, muchas gracias por haber existido y haberme dado a una hermosa hija, gracias... Ahora yo seguiré mi camino y quizá en un futuro muy lejano, después de morir nos volveré,os a encontrar.

El corazón de Doppio sintió un gran alivio. Sus ojos se llenaron de lágrimas y corrió a los brazos de su amante, quien lo recibió con fuerza pegándolo a su cuerpo.

—¿Me permitirías decirle algo?—preguntó

—Claro...—respondió Doppio alzando su rostro lloroso.

Diavolo le limpió las lágrimas.

—Cariño, recuerda que a la hermosa Donatella no le gustaba verte llorar.

Hola... Soy yo... Un pendejo que escribe pendejadas ajaja. Hoy ando inspirado y quiero preguntar ¿qué historia les gusta más de todas las que escribo? ¿Rebel Rebel o HotLine?

HotLine 【Doppio/Diavolo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora