Te amo, Diavolo

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En pocos minutos, los gemidos de Diavolo se convirtieron en gruñidos de placer. Ese pequeño muchacho había encontrado la fórmula indicada para volverlo loco y lo estaba haciendo.

—Nhhh. Mi dulce Doppio, no sabía que tenías tanta habilidad para esta clase de cosas.

Doppio se detuvo un momento, solamente para dirigirle una sensual mirada, que lo hizo mojarse aún más. Ese pecoso lo estaba matando.

—Creo que ya es momento.—dijo Doppio y con su coordinación motriz defectuosa intentó introducir su miembro erecto y grande en el trasero de su "terapeuta".

El pobre estaba tan mal, que dos de sus intentos fracasaron, pero en el tercero logró hacerlo. Una vez que lo sintió dentro, el mayor solamente mordió su labio y cerró los ojos con fuerza, una expresión que Doppio hasta ese momento no había visto en él.

—Oohh, ¿te duele?— preguntó antes de comenzar a moverse.

—No.—respondió Diavolo levantando aún más las piernas para que así su amante pudiera entrar más profundo.

En seguida Doppio realizó su primer movimiento, un ligero meneo de cadera de atrás hacia adelante, una estocada pequeña, sin gracia. Solo hecha para probar y medir la fuerza con la que debía penetrarlo para hacerlo sentir placer.

—Nhh.

—¿Estás listo? Yo voy a comenzar, lamento si no puedo hacerte disfrutarlo.—como siempre, se disculpó primero. El otro asintió.

Nuevamente Doppio colocó sus manos en las piernas abiertas de su amante, para sostenerse un poco a sí mismo y ahora sí, le embistió con mayor fuerza, en un punto certero y placentero.

—Ah.

—No soy bueno con esto... Quizá sea mejor que me detenga.

—Ni hablar, tienes tu pene entre mis nalgas ahora debes terminar lo que iniciaste.— respondió el de cabellos largos.

Entonces volvió a su actividad, ahora moviéndose siguiendo un patrón irregular entre penetraciones profundas y no tan profundas. Las caderas androides de ese fino cuerpo se movían sin control alguno, no sabía si lo estaba haciendo del modo correcto o si Diavolo estaba disfrutando e ello, pero igual no le importaba, estaba sintiendo una sensación extremadamente agradable recorrer todo su cuerpo.

Mientras tanto, Diavolo reprimía sus gemidos disfrazando los como pequeños quejidos. Le gustaba bastante ese nuevo rol que había tomado. Nunca en su vida le habían hecho un anal, era algo bastante interesante  para él.

—ha, haaa, haaa...—el pecoso comenzó a jadear, su pálida piel estaba cubierta de una fina capa de sudor y sus mejillas ardían en un intenso rojo, su boquita entreabierta susurraba para sí mismo un "te amo" apenas reconocible.—Diavolo...

—Ahhh, dime...

—Yo te amo, demasiado ¿sabes?—soltó aquellas palabras sin pensarlo. Al escuchar eso, el mayor sintió un cosquilleo en el estómago y su corazón latió con mayor rapidez, sintió que se le saldría del pecho. Como reacción ante eso, atrajo a Doppio y comenzó a besarlo apasionadamente.

El muchacho sentía arder su cuerpo, era algo hermoso, la sensación era indescriptible pero agradable, estaba uniendo su cuerpo (incluso su alma) con la persona que amaba en esos momentos.

Continuó besándolo y moviéndose deliciosamente en el interior de Diavolo hasta que sintió un espasmo recorrerlo entero con la potencia y velocidad de un rayo.

—Haaa

El mayor aprovechó para morderle un poco en aquel caliente beso, pero enseguida sintió su interior llenarse. Húmedo y caliente. En pocos segundos el semen espeso se desbordó de su orificio anal.

—No...puedo...más.—el menor cayó vencido de cansancio sobre el cuerpo de su amante. Diavolo lo recibió con un abrazo fuerte y besó son ternura la frente de su pecoso amante.

Momentos después y con sumo cuidado, Diavolo colocó el cuerpo cansado y desnudo de su amigo sobre la cama en una posición cómoda. Se aseguró de que el menor respirara adecuadamente, pero no era así, su respiración era poco profunda y muy separada, notó también que su corazón latía muy rápido, cosa que le preocupó así que decidió vestirse, vestir a Doppio y quedarse cuidándolo hasta que el despertara.

Las horas pasaron, hasta que el menor abrió los ojos de golpe y muy alterado se levantó de la cama.
—Mi bebé. ¡Olvidé a mi niña!

—No, llame a mi compañero y la trajo. Tiene menos de dos horas, ahora Trish duerme en su cuna, le di su leche y cambie su pañal.–le respondió el mayor acariciándole la mejilla. Al escuchar eso, Doppio sé sintió " tranquilo" nuevamente.

—Me siento terriblemente agotado... Me duele el cuerpo.

—No es para menos, te pusiste violento cuando hacíamos el amor.

—¿Que tú y yo hicimos qué?

—No... ¿Acaso no lo recuerdas? Tuvimos sexo después de llegar del bar.

—Demonios ¿de verdad?—una vez más su rostro se pintó de mil colores.

A Diavolo le pareció un poco triste el hecho de que Doppio olvidará lo que había ocurrido, no sólo porque una vez más lo habían hecho, sino porque era la primera vez que se sentía de esa manera.

—Supongo que olvidaste lo que me dijiste también.—recordó cómo el pecoso le había dicho que lo amaba.

—¿Acaso dije algo importante? Oh, no me pongas atención, cuando estoy ebrio digo muchas tonterías.

Sintió como si una lanza helada atravesara su pecho.

—Ya veo, no fue nada importante.—respondió Diavolo. Ese momento había sido muy especial para él, le dolió escuchar que solo era una estupidez más.

—¿Por qué te pones triste?

–No es nada. Creo que debo irme, es tarde y...

Doppio lo detuvo plantándose en la puerta de la habitación, justo frente a él.

—No te vayas. Por favor.

–Pero ya es más de medianoche.

—Puedes quedarte a dormir, cabemos los dos perfectamente.

—En realidad sí debo irme.—intentó hacer a un lado al muchacho para poder salir, pero no pudo.

—No te vayas.—una vez más, Doppio hizo uso de sus trampas sucias para conseguir que se quedara. Se abrazó con fuerza a él y lo besó.

—¿Por qué no puedo irme?—preguntó Diavolo.

—Quiero estar más tiempo con la persona que amo.—respondió Doppio mirando a otra dirección, moría pues le daba pena decir esas cosas en voz alta.

En el interior de Diavolo explotaron millones de emociones una vez más, entonces supo que lo que estaba sintiendo era correspondido.

Hey ¿cómo andan? Yo muy mal la verdad... Reprobé un examen de diabetes pero me sabía bien todas las respuestas pero mi inseguridad me hizo cambiarlas. Me siento tan estupido e inútil, quiero matarme xd. En fin, esa y otras fueron las razones por las que no pude publicar en un tiempo, estuve estudiando mucho. Pero bueno yo creo que en Semana Santa estaré más activo. Una disculpa y espero les haya gustado este capítulo, esta historia ya va que vuela para terminar. Estoy tan emocionado por eso!

HotLine 【Doppio/Diavolo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora