El vestido de Trish

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—Doppio, te extrañé mucho.

—No gastes tus palabras y demuéstralo, sólo bésame.—Doppio se lanzó sobre su amante, uniéndose a él en un apasionado beso. Entrañaba mucho el sabor de su saliva, extrañaba el calor de su piel, extrañaba el tacto humedo de su lengua invadiendo su boca, extrañaba el sonido que hacía al respirar para tomar aire a mitad de un beso largo. Pero el pecoso sabía que no iba a hacerlo más, por fin su amante estaba con él.

No podían dejar de comerse a besos, tanto tiempo lejos uno del otro les creaban una necesidad terrible de besarse hasta quedar sin aliento. Sin embargo, tuvieron que separarse pues necesitaban respirar.

—Haaa... No tienes idea de lo feliz que soy. Pero ¿por qué así? Sin avisar que vendrías.

—No pude comunicarme contigo.

–Igual que todas las noches en las que te necesité.–respondió Doppio amargamente.

—¿Disculpa?

—Estuve años esperando que llamaras y no volviste a hacerlo. De haber sabido que esa llamada sería la última, no me despedía.-dijo.

–Sobre eso, Doppio por favor escúchame. No creas que no te llame porque no quise. Realmente me moría por hacerlo, pero cada vez que lo hacía, en mi cuerpo crecía el deseo de regresar. De venir aquí contigo, de venir aquí con Trish. Eso me dolía, así que pensé que lo mejor era cortar la comunicación durante el algún tiempo y...

—Debiste haber explicado al menos, yo habría podido entenderte.

—Créeme que me arrepiento mucho. Estos últimos cuatro años... Fui el mejor de mi clase, pero en el fondo me sentía fracasado.

—¿Por qué?

–Por no tenerte conmigo, Doppio. Mira, sonará estupido pero en Cerdeña no había nadie más en quien yo pensara que no fueras tú. Siempre fuiste tú y lo vas a ser.

—Eso lo sé, pero aún me siento herido ¿lo sabes?—puso su mano derecha sobre su pecho, pero en seguida Diavolo la tomó y la dirigió a su boca para darle un pequeño beso.

—No sé cómo revertirlo. Pero una cosa es segura. De hoy en adelante no volveré a separarme de ti por nada del mundo.

—Lo sé. Y sé que no fue porque tú quisieras, pero lo importante es que volviste.—lo abrazó.

—Papi elote... Papi bonito y yo te extrañamos mucho. Por favor nunca te vayas.—dijo Trish.

–De hecho, Diavolo... Hoy llegas en un día especial. Todos mis amigos vendrán a casa esta noche. Cenaremos comida italiana tradicional y beberemos vino. Es una pequeña reunión.—dijo Doppio con una sonrisa.

—¿Amigos?—le cuestionó Diavolo, le sorprendía bastante el saber que Doppio había hecho amigos, siendo que él solo se había esforzado en terminar sus estudios alejado de todas las relaciones amistosas para no distraerse.

—Si. Verás, desde que te fuiste... Ne sentí tan solo que busqué gente que pudiera escucharme... A veces uno solo necesita de otras personas para sentirse mejor. La universidad fue un gran lugar para encontrar amigos, ellos me ayudaron mucho y muchos de mis logros son compartidos con ellos.

—¿Y cómo son ellos?

—Los conocerás en la noche, no te preocupes. Son los tipos más agradables. Quizá a uno de ellos lo conozcas...

—Ya.

—¿Ubicas a Risotto?

—Ese idiota, ¿volvió a molestarte cuando yo me fui?

HotLine 【Doppio/Diavolo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora