Te extrañé

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Esa tarde, Diavolo le ayudó a Doppio a limpiar la casa, hacía mucho tiempo que no hacían ese tipo de actividades juntos, más de cuatro años para ser exactos. A pesar de ser una actividad tediosa y muy muy aburrida, ambos disfrutaron mucho de hacerla juntos, extrañaban el gran equipo que eran, pues siempre que hacían algo juntos todo salía bien. La practicidad de Doppio y la buena organización de Diavolo en conjunto siempre daban los mejores resultados.

—Afff, estoy agotado, pero por fin todo quedó muy limpio.—dijo el pecoso mientras bailaba con la escoba.

—Se ve bien, dime ¿cuánto tiempo llevabas sin asear la casa?—le cuestionó el mayor, al instante Doppio se puso tan colorado como un jitomate.

—Es que yo... Llevaba casi dos semanas sin limpiar... ¡Siento tanto no cuidar tu casa como debería! Pero había mucho que hacer, ya sabes con papeleo y... Y la escuela de Trish y las consultas con mis pacientes, yo no puedo solo con todo esto y a veces postergo tareas tanto que simplemente nunca las termino o ni siquiera las hago.—confesó.

Diavolo solo le sonrió y acaricio su cabeza despeinando su tan bien elaborado peinado.

—Esta bien. Yo estoy aquí, podré ayudarte de hoy en adelante.

—Es verdad.—Doppio lo miró con un hermoso brillo en sus ojos. —Iré a ver si Trish ya terminó de bañarse, los invitados van a llegar en dos horas, pero esta niña es capaz de quedarse en la bañera un día entero.—el pecoso se dirigió al baño a ver si su pequeña hija ya había terminado de asearse. Minutos después regresó junto con Trish, la niña se encontraba más que lista, bañada en perfume y presumiendo su hermoso vestido color mango.

—Te ves hermosa.—dijo Diavolo al verla, en seguida Trish se sonrojó.

—Mu-muchas gracias, papi.–respondió algo apenada escondiéndose detrás de Doppio.

—Muy bien, Trish. Quiero que esperes aquí en el comedor, mientras ayúdanos a acomodar los cubiertos, nosotros iremos a tomar un baño y a arreglarnos. Si pasa algo, solo grita ¿vale?

—No entiendo... Solo hay una regadera ¿tú y papá Diavolo se bañaran juntos?—preguntó la pelirrosa.

–¡No, por supuesto que no! ¡Tomaremos turnos! Como debe ser.—respondió Doppio rápidamente.

—¿No nos bañaremos juntos?—preguntó Diavolo algo preocupado. Doppio le dijo en voz baja un discreto "Telosico"

—Bueno, cariño. Acomoda bien todo, en cuanto acabemos papi y yo entonces te ayudaremos.—Doppio agarró de la mano a Diavolo y lo llevó corriendo al cuarto de baño, lo empujó dentro y cerró la puerta con seguro.

—Creí que no tomaríamos un baño juntos. Que nos turnaríamos.—dijo el de cabello rosa.

—Cambie de opinión.—contestó el de las pecas.

La pareja comenzó a desvestirse, estaban de espaldas sin decir palabra alguna. Y una vez que tuvieron el uno frente al otro el hermoso cuerpo de su amante desnudo, empezaron a desbordarse de pasión. El primero en dar el paso fue Diavolo quien acaricio con suma ternura el rostro pecoso de su querido Doppio para después dejar en su boquita un apasionado beso. Por su parte el menor se aferró a su novio en un cálido abrazo. Al parecer, el tiempo los había hecho amarse más, ya que ninguno de los dos pudo contener el deseo de llorar de felicidad al estar de nuevo juntos, listos para unirse una vez más en un acto lleno de amor y placer.

—Ahh, Diavolo. No tienes idea de lo mucho que extrañe tus besos.—dijo Doppio mientras su amante repartía suaves besitos en sus pequeños hombros, causándole esas deliciosas descargas de placer.

—Yo también extrañaba besarte, mi dulce Doppio. Ni el sabor de el fruto más dulce del mundo se compara con el embriagante sabor de tu saliva, con la suavidad de tus labios y... Aunque tu aliento huela extraño, tus besos serán siempre mis favoritos.

Que pinche romántico eres, cabrón.–pensó el pecoso.

Los amantes continuaron así besándose y acariciando su piel. No había necesidad de tener sexo en ese momento. Solo querían verse, solo deseaban tocarse y besarse, ya después habría tiempo para todo lo demás. Quería disfrutar del momento, pues ellos no hablaban, la mirada que se lanzaban el uno al otro lo decía todo, se amaban incluso más que cuando se conocieron.

Después de unos minutos, ambos entraron al agua tibia, no muy fría, no muy caliente, un punto de equilibrio para el gusto térmico de ambos. De modo que, mutuamente iniciaron su rutina de aseo, Doppio le enjabonó la espalda a su novio y después Diavolo se encargó de lavarle el cabello a Doppio.

Luego de un rato, los dos terminaron de bañarse, vestirse y arreglarse, estaban listos para recibir a los amigos de Doppio. Diavolo tenía mucha, pero mucha curiosidad ¿cómo serían los amigos de su lindo pecoso?

—Trish, preciosa...

—¿Qué pasó?—preguntó la pequeña despegando la vista de la revista que tenía en las manos—Papito, te ves muy bonito.

—Gracias.–respondió el pecoso.

—Tu también te ves muy bien, papi Diavolo, es solo que...

—¿Hay algo malo conmigo?—cuestionó Diavolo.

—No, nada. Es solo que lucirías un poco mejor si trenzaras tu cabello, solo por hoy. ¿Me dejarías hacerlo por ti?—Trish estaba algo tímida de preguntar pero finalmente se atrevió a decirlo.

—No veo por qué no, adelante.

—Yeii.—la pequeña Trish empezó a hacer una trenza con el largo cabello de Diavolo. Mientras, Doppio observaba la escena muriendo de ternura, pero fue interrumpido por el sonido del timbre, sus amigos habían llegado.

—¡Todos a sus puestos!—dijo el pecoso acá medio alteradeishon xd. En seguida abrió la puerta.—Hola a todos, bienvenidos. Están en su casa.—se apartó para dejar entrar a sus amigos y compañeros de trabajo.

Que pedo? Hola buenas noches banda. Estoy muriendo, puta escuela cada vez que me descuido sale más y más tarea y ya besto y hasta el pito ajaja. En fin, estoy escribiendo un fic empalagoso de Ryoga x Lector (la rayis toda pendeja y hermosa owo) por si quieren leerlo, a mi parecer, como todo lo que escribo, es una total basura pero esta bonito, mucho romance, mucho humor, mucho porno ah no todavía no. Bueno así... Ya no sé qué más poner aquí, sale se me cuidan.

HotLine 【Doppio/Diavolo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora