Ya no somos los mismos

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Durante varios meses Doppio se dedicó a leer más libros de autoayuda qué libros relacionados a su especialidad. Anotaba todas y cada una de las frases cursis y aburridas que encontraba y que sabía que podían servirle a Diavolo para darle ánimos.

No quería que su amante renunciara a su sueño por culpa de sus emociones. Él ya lo había sufrido, no quería que la historia se volviera a repetir. Así que siempre que Diavolo le contaba que no podía más, Doppio sacaba una pequeña libreta con un montón de frases para cada situación y leía la que mejor se acomodara a lo que le decía su amante, luego de leerle las cursis frases le daba una pequeña opinión y una muestra de apoyo y cariño. Ese era su método, si bien no era el mejor ni el más efectivo, poco a poco fue tomando resultado.

Esas pequeñas "terapias de apoyo emocional no sexuales" (como él las llamó) le ayudaron de cierto modo a él también. Había aprendido a escuchar mejor y se había vuelto un poco más maduro y tales cualidades ayudaron al pecoso a formarse como un hombre capaz de dar buenos consejos.

—Doppio mío, estoy cansado.—se quejó Diavolo mientras con una mano sostenía su teléfono y con la otra lanzaba a la mierda un pesado libro que estaba leyendo.

—¿En qué sentido? ¿Física o emocionalmente?—preguntó el pecoso mientras en putiza se ponía a revisar las frases motivadoras que tenía.

—Ambas... No sé si pueda continuar. Quiero mandarlo todo a la mierda, volver allá contigo y con nuestra bebé.

—Mi querido Diavolo... El cansancio es temporal, esfuérzate por seguir adelante y la satisfacción será permanente.—respondió.

—Lo sé... Pero a veces tengo tantas ganas de meter mi ya sabes que por tu ya sabes dónde y...

—Ahh, este no... Ehhh... Lo sé, pero debes esperar.

—Eso es lo que me está matando mi dulce Doppio. Cada día que pasa es un infierno para mí. Quiero volver, quiero verte, quiero abrazarte y quiero ver a Trish, la extraño mucho.

—Pero si te acabo de enviar fotos de ella...—dijo Doppio.

—Pero no es lo mismo.

—En vacaciones puedes volver. Yo espero con ansias esos días.

—Sinceramente yo igual.

—Oye...

—Dime.

—Te amo.—las mejillas de Doppio se pintaron de intenso rojo, a pesar de no estar con él, Diavolo seguía provocándole esas reacciones.

—Y yo a ti.—respondió el otro.

Esa fue una de las últimas conversaciones completas que tuvieron antes de distanciarse.

En los días posteriores Diavolo había decidido que no llamaría más a Doppio y que no respondería a sus mensajes. Amaba mucho a su novio eso era verdad, pero lo desgastaba de forma terrible la falsa esperanza de encontrarse pronto y en realidad las llamadas nocturnas eran una "pérdida de tiempo" pues esos minutos (que podían prolongarse desde veinte minutos a una hora completa) podía usarlos para estudiar. Además de que cada llamada, cada foto, cada audio, cada vídeo, cada correo lo incitaban en lo más profundo a dejar todo y regresar, lo que se traducía a una constante lucha con sí mismo.

Por su parte el de pecas no entendía por qué su novio no le había llamado en meses. Había concluido su primer año, pero Diavolo no había regresado para vacaciones, no respondía a los correos y los mensajes los dejaba en visto o ni siquiera los abría. Esto mataba a Doppio por dentro.

—¿Y si él ya no me quiere?—se cuestionó una noche después de haber intentado comunicarse con su amante.

—Papi ¿por qué lloras?—le preguntó Trish, quien no comprendía absolutamente nada.

—No es nada, mi niña.—limpio rápidamente sus lágrimas.

—Es por papi elote ¿verdad? Porque no ha venido...

Doppio sintió y le dio un tierno beso a su hija mientras contenía sus ganas de explotar en llanto.

—Papi elote no pudo venir. Está ocupado... Haciendo lo que debe hacer.—explicó

—¿Ya no nos quiere? ¿Por qué no ha venido?

—Ya te dije que está muy ocupado, no tiene tiempo ni siquiera para respirar.

–Igual que tú. Estás casi muerto, papito.—Trish le dio un abrazo fuerte, el cual tocó nuevamente las fibras sensibles del pecoso.

—No te preocupes. Él nos ama, nunca lo dudes. Es solo que existen las prioridades.

A Trish le valían un pito las prioridades, ella solo quería de vuelta a su padrastro. Doppio le había comentado que Diavolo planeaba ir a visitarlos para el periodo vacacional, así que la nena esperó casi un año para que por fin llegara ese periodo. Sin embargo Diavolo no había regresado.

Por otro lado, el pelirrosa a veces se perdía. Había tomado una decisión muy importante. Fue bueno en cierto modo pues le ayudó a concentrarse en los estudios, y ya no se sentía con esas terribles ganas de volver (al menos ya no eran tan intensas como al inicio) pero cuando se sentía decaído, no tenía dónde apoyarse.

Son las 3:25 am...Doppio mío quisiera llamarte y decirte lo mucho que te extraño, lo mucho que me haces falta. Quisiera llamarte y poder decirte lo mucho que te amo, escuchar tu voz, escucharte reír, escuchar esa risa que hace que todo este sufrimiento desaparezca.

Sin duda esa era una época difícil, así comenzaba uno de los periodos más tristes de la historia de los amantes que se conocieron en una línea erótica.

Este capítulo es más corto ajajaj es que es necesario cortarlo hasta aquí para dar paso al siguiente. El que viene va a estar bien creisi, hay "infidelidad" ahí les aviso :b sale se me cuidan los kiero uwu

HotLine 【Doppio/Diavolo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora