Estoy ansioso de veras...

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—¿No puede ser una terapia menos erótica y más a distancia?—preguntó temeroso.

—Nop, esto lo diseñé única y exclusivamente para ayudarte. Porque a pesar de no conocerte, tú eres en cierto modo importante para mí.

—¿De verdad?

—No mucho pero si algo. Si te lo puedo mencionar, tú historia me conmueve. Nunca había conocido a una persona que haya pasado por ese tipo de cosas y no esté en un manicomio.

—Yo... No sé que decir.

—No digas nada, solo disfrútalo.—dijo el hombre al otro lado de la línea.

—No puedo evitar ponerme nervioso, ¿podrías explicarme de que se trata este asunto?

Mr. Pink rió, a Doppio le pareció que incluso su risa era bastante seductora.

—No es nada complejo, pero a mi parecer ayuda bastante.

—Vamos ¡por favor cuéntame!—se reclinó en su asiento.

—Bien, tras largas horas de investigación y pruebas por fin logre diseñar un método muy efectivo para combatir tu problema, este a la larga te dará confianza, seguridad en ti mismo y mucho éxito en las relaciones interpersonales.—comentó. Aunque en realidad aquella técnica solo se la había sacado de la manga.

—Ahh ¿si? Demonios, es lo que siempre he querido.—respondió el pecoso, sonaba genuinamente feliz.

—Bueno, básicamente tú me cuentas sobre tus problemas, yo te caliento cual bistec en la sartén y terminas dándote placer a ti mismo y todos felices.—explicó.

—¿Qué? ¿Seguro que eso funciona?—Doppio comenzó a dudar de la efectividad de la "terapia".

—Por supuesto, no volviste a tener otra crisis hasta hoy ¿cierto?

—Pues si... No me sentí tan mal y tan triste como en otras ocasiones así que quizá es efectivo tu método.

—¿Lo ves? Vale la pena probarlo ¿no es así?

—Su-supongo que estaría bien...

—Supongo que tendremos que empezar en la siguiente sesión. Es casi mi hora de terminar.

—¿No puedes quedarte un poco más?—preguntó Doppio con tristeza.

—Mi turno terminará en dos minutos, el tiempo pasa volando cuando hablo contigo, mi dulce Doppio.—respondió el mayor mientras miraba su reloj para verificar la hora, efectivamente, su turno estaba por terminar.

—Ya veo...

—No estés triste, Mami Mafia y Gorda Cachonda son muy divertidas y tienen mayor experiencia en esto, si quieres puedes continuar hablando con alguno de ellos...—en el fondo, Mr Pink no quería compartir a Doppio con sus compañeros de trabajo.

—¡No! Yo quiero hablar contigo, solo tú me das confianza, no me importa si debo esperar hasta mañana para poder hablar contigo.—respondió el pecoso.

—De acuerdo, te estaré esperando.—dijo con su sensual voz ronca.

—Adiós.—Doppio colgó el teléfono. Estaba impaciente por comenzar con ese extraño método. Pero debía esperar. Después de unos minutos de quedarse sentado viendo a la nada, se dirigió a la cuna de Trish. La nena estaba acostada con sus pequeñas piernas levantadas en el aire. Trish posó sus ojos verdes en él, lo escaneó con la mirada, cosa que al pecoso le pareció divertido. Doppio le sonrió con ternura y acaricio su mejilla regordeta.

—Papá.—dijo nuevamente.

—Papá estará bien, ya lo verás.—respondió el pecoso mientras se agachaba un poco para tomarla en brazos.

HotLine 【Doppio/Diavolo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora