Infierno

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Los dos amantes disfrutaban de sus llamadas telefónicas diarias. Diavolo llamaba a Doppio para no extrañarlo y Doppio respondía las llamadas para continuar con su vida. Todos los días a media noche, los amantes hablaban sobre su día, otras veces se tocaban, dependiendo que animó tuvieran. Sin embargo esas llamadas afectaron mucho a Diavolo, él se sentía culpable pues había veces que Doppio se encontraba demasiado desanimado y triste como para seguir adelante y de tal modo, el de largo cabello rosado se sentía con la total responsabilidad de cuidar de la salud emocional de Doppio. No podía hacer nada. Estando tan lejos no podía abrazarlo ni besarlo. Poco a poco él también empezó a deprimirse. Aunque lo que sentía no era la forma clásica de un cuadro depresivo. No se sentía triste, pero tampoco estaba feliz, había empezado a perder el interés en muchas cosas. Despertar diariamente, ponerse su ropa, salir a la calle, eran cosas simples que cada vez le costaban más trabajo debido a las pocas ganas que tenía de hacerlas. Veía en todo un propósito muy inútil.

—Ahora comprendo... Entiendo a Doppio por fin. Este sentimiento me hiere, pero a la vez es como si no sintiera nada.—se decía a sí mismo una y otra vez intentando sujetar su corazón para que este no saliera de su pecho.

Las llamadas con Doppio eran lo único que lo mantenía en un buen estado para poder continuar, pero por otro lado, extrañaba también a Trish. Cuando él llamaba a su Doppio, la bebé se encontraba ya dormida, Doppio le enviaba fotos o vídeos que tomaba para documentar el crecimiento de su hija. Sin embargo, Diavolo extrañaba ver a la pequeña pelirrosa sonreír al verlo y extrañaba oírla diciéndole papá elote.

Uno de muchos días después de volver de la facultad, Diavolo explotó. Estaba cansado pero aún así decidió llamar a su novio, sin embargo el pecoso no respondió pues se había quedado sin batería y además había llegado tan candado que se quedó dormido con la dulce Trish entre sus brazos.

—No responde... ¿Acaso duerme o algo malo le ha ocurrido? Él siempre tiene su teléfono a la mano para cualquier cosa.—Diavolo se cuestionaba por qué Doppio no le respondía. Pero en un momento se usó a reflexionar un no necesitaba ser tan dependiente de su novio. Era verdad que lo extrañaba, pero sabía que su pareja era parte de su vida y no su vida entera.

Pensando así, decidió ir a dormir también, pues de igual manera se encontraba cansado. Se recostó en la cama y cerró los ojos perdiéndose del mundo totalmente en menos de diez minutos.

Un dolor en su pecho y dificultades para respirar lo hicieron despertar a alterado a eso de las tres de la mañana aproximadamente. Estaba asustado. Había tenido un sueño bastante inquietante. Diavolo respiró profundo varias veces para poder calmarse, llevaba años sin despertar de ese modo, es más llevaba mucho tiempo sin tener sueños extraños y perturbadores.

Tomó su teléfono y llamó a la primera persona que cruzó por su mente.

Turururu Turururu

El pecoso apenas pudo despegar los ojos al oír el sonido que producía su celular. Su teléfono tenía una nueva llamada entrante y eso había interrumpido su maravillosos sueño con Trish rodeada de ranitas.

El joven tomó su teléfono y contesto, quizá se trataba de una llamada importante y realmente le interesaba poco responder estando más dormido que despierto.

—Oh Doppio...mi lindo Doppio.—la voz ronca de su querido novio sonaba algo extraña, como si hubiera corrido varias calles, como si hubiera perdido el aliento. Era una voz bastante extraña, pero a Doppio aún así le fascinaba.

—Diavolo.—dijo en voz bajita—¿qué sucedió? ¿Estás bien?

—Mi dulce Doppio... Esto es... He tenido un sueño horrible y me siento atrapado. No sé qué más hacer.—respondió Diavolo.

—¿Por qué? Habla amor mío, quiero saber qué ocurrió.

—Estoy en el infierno.

—¿El infierno?

—El infierno... Para mí el infierno significa despertar a las tres de la mañana y no tenerte a mi lado.

Doppio no dijo nada, solo empezó a sentirse muy triste. No sabía qué decir pero quería ayudar.

—No... No sé qué decir  estos momentos. No sé cómo actuar ante esto, tú siempre me ayudas a sentirme mejor. Siempre tienes las palabras exactas para ayudarme... Pero no sé...—sus ojitos estaban desbordándose de lágrimas

—El solo escucharte me hace sentir mejor.—respondió el pelirrosado con toda sinceridad.

—Cuando mi corazón estaba roto y marchito, completamente vacío. Cuando mi alma era frágil y la soledad me consumía tú lograste ayudarme porque me amabas. Pero... Yo te amo pero siento que no podré ayudarte, cariño mío.

El de rosados cabellos comprendió a su amante. Sabía que Doppio no era bueno con las palabras y que le costaba decir lo que sentía, pero sabía que desde el fondo de su corazón quería ayudarle.

—No es necesario. Solo escucha lo que tengo que decir, mi amor.

—Lamento no poder ayudarte más. Soy inútil, pero si escuchar servirá para hacerte sentir mejor... Lo haré. Soy bueno escuchando.

—A veces me siento vacío, a veces no quiero continuar. Despierto por las noches muriendo de angustia, tengo pesadillas. Es difícil distinguir si estoy viviendo en un sueño desagradable o solo es mi horrible realidad. Sumado a esto...siento como si todas las emociones se hubiesen desvanecido de mi interior, solo me queda el miedo y la tristeza.—dijo.

Al oír eso el corazón de Doppio se partió en varios pedacitos.

—Me recuerdas a mí antes de conocerte. Tenía un sentimiento similar. Pero aprendí a superarlo gracias a ti... Yo soy alguien débil y me cuesta aceptar que tengo problemas. Pero tú te diste cuenta, cariño. Eres alguien inteligente y bueno, puedes superar tus problemas si te esfuerzas un poco, no te diré para nada que le eches ganas ni que esto solo es una etapa y que todo va a pasar. Yo viví en carne propia lo que sientes y esas falsas palabras de apoyo que todo el mundo te diría sé que no sirven... Así que... Tienes mi apoyo, sé que no soy bueno para dar ánimos, pero siempre contaras conmigo porque bueno... Eres mi novio. Esfuérzate mucho, tú puedes contra esto. Si yo puedo salir adelante tú puedes llegar lo haremos juntos ¿no?

—Me has dejado sin palabras...

—¿Ves cómo soy bueno?—el pecoso se sintió feliz. Su novio lo había ayudado cuando se sentía así de mal y ahora era su turno de devolver el favor.

Hola banda, ¿les agrada el desarrollo que lleva este desmadre? En pico tiempo, Doppio y Diavolo se van a convertir en licenciados 😫👌❤️ además... ¿Alguien se acuerda de un tal Solido Naso? No es como tal un spoiler pero... Tendrá  una pequeña aparición aquí.

HotLine 【Doppio/Diavolo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora