El aroma dulce y penetrante del alcohol de curación lo despertó súbitamente. El de cara pecosa abrió los ojos tan rápidamente que la brillante luz del Sol que entraba por las ventanas del lugar lo lastimó.
—Ahhh...duele—se talló ambos ojos con las manos entre confusión mental y el aroma a café recién hecho.
—Me alegra que estés bien, Doppio. Te daré libre hasta el viernes, supongo que dos días de descanso te harán bien para que mejores ese horrible golpe. La doctora dijo que estarías bien.—dijo Yoshikage mientras acariciaba el suave pelaje rosado de Killer Queen.
—¿Me revisó el médico y no me di cuenta? Oh Dios mío...—intentó incorporarse nuevamente.
—Muchas cosas pasaron mientras estabas inconsciente.—Diavolo puso una de sus manos sobre el pequeño hombro de Doppio. Él simplemente saltó del susto, detestaba el contacto físico con cualquier persona que no fuera Trish.—A decir verdad, la doctora estaba muy buena, debí haberle pedido su número. Menos mal que su enfermera acompañante me dio su tarjeta.
—Ehhh. Un momento, ¿sigues aquí?—Doppio volteó a verlo. Diavolo no hizo nada más que sonreírle como imbécil.
—Así es, se quedó aquí para ayudarme y te cuido un momento mientras yo iba por el alcohol a la farmacia.—respondió Kira.
Doppio continuó viendo a Diavolo, echándole varias miradas críticas e intentando analizarlo desde fuera. Logró concluir que si no se trataba de un pervertido alcoholico, quizá se trataba de un drogadicto con problemas matrimoniales.
—M-muchas gracias, señor Diavolo.—le dio tímidamente la mano y agachó el rostro sonrojado.
Una vez más el de largos cabellos rosados moría de ternura, solo quería tomar a Doppio entre sus brazos, salir corriendo y llevarlo a casa con su mamá. Pero no podía hacerlo obviamente, así que ese deseo solo se almacenaba en un rincón de su cerebro.
—No agradezcas, cariño.—Acaricio la cabeza del menor. Una vez más, Doppio contuvo un ataque de pánico que se avecinaba por dicho tacto.
—No me digas así. No te conozco y me das mucho miedo.—dijo en voz baja.
—¿Por qué?—preguntó Diavolo acercándose aún más y causándole mucha incomodidad al menor.
—Haaaaaaahhhh, aléjate, ayuda. Ahhhhh. Aaaaaaahhhh... ¡Señor Kira sálveme!
—No seas dramático o tendré que despedirte.—respondió desde el cómodo sillón al lado de la vitrina con café en polvo.
—Ya lo escuchaste, no te asustes ni hagas drama y cuéntame por qué tienes miedo. —una vez más, Doppio sintió el toque cálido y molesto de Diavolo sobre la piel desnuda de su mano derecha, los dedos del otro recorrían un simple camino en círculos en el dorso de la mano derecha del pecoso.
—Es que... Tú estuviste todo el tiempo aquí conmigo... ¡Solos! Y no te conozco muy bien, eso me da un poco de miedo en realidad, no puedo evitar sentirme nervioso cuando te acercas a mí.—su voz comenzó a tornarse un poco ronca al final.
—Tranquilo, cariño. Yo jamás te haría daño. No tienes por qué sentirte asustado o nervioso. Yo cuidé muy bien de ti, ¿no es así, Señor Kira?
Mientras tanto Kira le hacía mimos a su gato, quien ronroneaba fuertemente.—Si, si. Efectivamente.—respondió el de cabellos rubios un poco distraído.
—Entonces ¿No intentaste aprovecharte de mí en ningún momento?—preguntó un poco menos asustado que antes.
—No, para nada.
—Ahhh ¡Qué alivio! Pero de todas formas, aléjate de mi. Digo, no quiero ser grosero pero tengo ansiedad social y...
Diavolo lo abrazó antes de que pudiera terminar de hablar. Doppio sentía su redonda cara ser aplastada por los pectorales de el mayor, a su vez que los fuertes brazos de este lo aplastaban cada vez más. Moría de miedo, estaba entrando en pánico, pero no podía gritar ni apartarse ni siquiera moverse pues su cuerpo no reaccionaba.
Por su parte, Diavolo disfrutaba de ese forzado contacto físico. Doppio era tan lindo y además la fragancia que se había puesto olía delicioso.
—Apártate o lloraré. N-no me hagas alejarte a la fuerza, maldito pervertido.—dijo en medio del molesto abrazo con las pocas fuerzas que lo mantenían aún cuerdo.
—Tranquilo, ya te solta... ¡Hijo de puta! —se separó de él pues en un momento de descuido el menor le había mordido un pezón con tanta fuerza que sintió que se lo arrancaba.
—No me diste más opciones...—dijo. Se soltó el cabello y volvió a peinarse, pues se había despeinado y su cabeza parecía un nido de pájaros alborotados, recogió todo su cabello, pero fue inútil, un pequeño mechón de cabello se soltó cubriéndole la frente.
Diavolo le miró. Sabía que la había cagado por haberle hecho eso, pero no podía contener la emoción que sentía. Quería acercars a Doppio, pero no quería que este lo odiara.
—Perdón por haberte tocado. Es verdad, mucha gente que sufre de ansiedad social no soporta ni siquiera que las volteen a ver, y yo me excedí tocándote. Lo siento mucho.
—No te preocupes, solo no vuelvas a hacerlo jamás ¿de acuerdo?—Diavolo asintió.—Bueno, debo irme, dejé a mi nena encargada con un amigo, seguramente me necesita.
Doppio se dirigió a la sala de empleados, unos minutos más tarde, salía de la pequeña habitación sin uniforme, solamente con una camisa de cuadros color morada y unos pantalones oscuros.
—Nos vemos el viernes señor Kira. Hasta luego, Diavolo.—pasó a un lado de él y se dirigió a la salida.
—Yo iré con él, hasta luego.—salió del local y siguió a Doppio varios metros hasta que este notó que lo estaban siguiendo. Se echó a correr muy asustado por varias calles, el de cabellos largos le seguía. "Espera, Doppio detente" . No le hizo caso y siguió corriendo hasta llegar a un edificio enorme, de fachada blanca y con pequeñas jardineras llenas de flores en la entrada.
—AYUDA, SEÑOR POLICÍA.—llamó la atención de un albino uniformado que custodiaba la zona.
—¿Hay algún problema?— cuestionó con su gélida voz.
—Ese hombre me viene siguiendo y tengo mucho miedo.
Diavolo llegó casi patinando a alcanzarle. Estaba un poco cansado.
—Deje en paz a la señorita.—ordenó el oficial.
—N-no soy una señorita ¿qué no escucha mi voz y me ve plana?—Doppio se sintió algo molesto.—Lo siento—se disculpó el policía— este hombre refiere que usted lo estaba siguiendo desde hace algunas calles atrás.
—Ahhh es lo que trataba de explicarte... Te fuiste pero no te diste cuenta que se te cayó esto—le entregó su teléfono celular, el cual ya tenía rota la pantalla.— salí de la cafetería dos segundos después de que te fuiste, vi cómo se te caía de la bolsa trasera, así que decidí seguirte para poder dártelo. Pero te echaste a correr y no pude seguirte el paso.
Doppio lo tomó y revisó si aún podía encenderse, no había sufrido más daños.
Me dio la loquera e intente dibujar un Jojo muy Jojo, pero me salió como una prostituta cocainómana (aún no está listo)
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HotLine 【Doppio/Diavolo】
FanfictionDoppio tiene algunos problemas que le impiden seguir con su vida cotidiana, es entonces que un amigo le recomienda que hable sobre sus problemas en una línea de ayuda psicológica pero por error termina llamando a una línea erótica. Finalizada: 25...