HotLine 【Doppio/Diavolo】

Take me I'm yours

Diavolo Intentó ser lo más cuidadoso posible con el otro, lo mataban desde dentro las ganas de perder el control y dárselo todo de forma rápida y violenta, pero debía ser suave y paciente, muy paciente, no quería dañar de ninguna forma a su querido Doppio. Entonces continuó con ese sucio acto sexual, el pene erecto del menor entraba y salía lentamente de su boca, tocando lo profundo de su garganta y frotando con su lengua produciendo así sonidos húmedos que se combinaban con los gemidos de el pecoso.

Doppio estaba algo nervioso, nunca en su corta vida había cruzado por su cabeza recibir una mamada de otro hombre, pero ahí se encontraba, todo era real, esos seductores ojos que le miraban desde abajo, las deliciosas lamidas que Diavolo repartía a lo largo de su hombría, aquel cosquilleo que recorría su pelvis cuando el mayor lamia insistentemente el frenillo de su pene y el salado sudor que dejaba su blanca piel pegajosa y brillante, parecía un sueño del cual a pesar del miedo de ser la primera vez, no quería despertar.  En un momento comenzó a sentir que no podía más, el de cabellos rosados estaba lamiendo justamente ese lugar sensible donde le gustaba.

—Nn...Ahhhhh—tomó con fuerza las largas hebras rosadas del otro y empujó la cabeza de su amante hacia abajo mientras daba pequeñas estocadas penetrando su boca de forma más profunda.

Ese gesto en su rostro y aquella acción le fascinaron a Diavolo, había logrado ver ese lado oculto de su lindo e inocente Doppio. Se separó de la húmeda erección de su pecoso amante, dejándolo casi desmayado. El menor jadeaba sacando un poco la lengua  y cubría sus ojos con el antebrazo en señal de agotamiento.

—¿Qué sucede? ¿Ya no aguantas? Si apenas estamos comenzando.—besó con ternura su boquita entreabierta.

Doppio no respondió y solo se limitó a gemir un poco.

—¿Te gustaría seguir o quieres parar?—le preguntó mientras desataba aquellas complicada trenza de cabellos violetas.

—Quiero seguir, por favor—respondió el otro.

—Bien, esto quizá te duela un poco pero va a gustarte.—le dio la mano para ayudarlo a levantarse y en seguida lo recaegó de frente contra la pared. Miró su espalda, era ciertamente muy linda, ligeramente ancha y llena de pequeñas pecas en la zona cercana a los hombros. Siguiendo su deseo de portarse un pico más romántico para que Doppio lo disfrutara, comenzó a trazar un pequeño camino de besos y mordidas, sabía que a su amante le gustaba, pues la piel se le erizaba con cada beso, llegó entonces hasta su espalda baja y repartió un último beso, acompañado de una ligera mordida que le había dejado una pequeña marca.

—¿Listo?

—No mucho pero confío en ti.

Confío en ti. Esa frase se repitió en la cabeza de Diavolo como el eco. Por su parte Doppio estaba nervioso, sintió como el mayor separaba sus glúteos y en seguida una sensación extraña y húmeda en su ano, era sumamente extraño, nunca había sentido una cosa así, no era del todo desagradable. Su ano comenzaba a dilatarse de a poco con cada lamida, consideró que aquel acto era algo medio asqueroso, pero recordó que Diavolo ya le había comido la salchicha y superó esa idea. Lo estaba disfrutando mucho, pues gruñía levemente mientras arañaba un poco la pared.

Diavolo notó que ese pequeño orificio rosado ya estaba un poco más abierto e introdujo uno de sus dedos en él. Doppio soltó un quejido de dolor al sentirse violado por un dedo intruso que se movía trazando círculos dolorosamente en su interior.

—JAAAAHHH, AHHHHH.—literalmente le dolía el ano, entonces pequeñas lágrimas se hicieron presentes en sus ojos. Por su parte, Diavolo sintió como su dedo era atrapado entre las húmedas paredes de su amante.

—Tranquilo. Debes relajarte o te dolerá más.—dijo.

—El examen de próstata no se sentía tan doloroso como esto.—se quejó con una expresión de terrible dolor en su carita pecosa, estaba al borde del llanto.

—Cariño, relájate. Sólo suelta tu trasero un poco, deja que yo me encargue y mantén tu mente en blanco.—continuó moviendo su índice, pero esta vez de forma más lenta. Solo de este modo, Doppio pudo relajar los músculos del ano, no podía evitar el gemir de intenso placer después de algunos minutos. Después, Diavolo introdujo otro de sus dedos y ahora los movía imitando unas tijeras, su pequeño y pecoso amante abrió un poco más las piernas y aqueo la espalda.
—AHHHH... MÁS, ME GUSTA AHÍ—Su interior estaba ya bastante mojado y suelto, listo para ser penetrado sin piedad alguna.

—Antes de continuar, mi dulce bebé, quisiera utilizar el espejo que está en tu pared.—señaló el espejo de cuerpo completo frente al cual el pecoso se había masturbado la última vez.

—¿Para qué?—preguntó

—Nada en especial, solo me gustaría poder observar todo tu hermoso cuerpo mientras te follo y mirar la expresión de placer en tu rostro cuando te vengas. —le respondió.

—No. No, es que soy feo ¿por qué te gustaría verme así?—Diavolo lo tomó firmemente y dirigió su pecoso rostro al suyo para que le viera directamente a los ojos, Doppio se asustó un poco, esa mirada era algo intimidante y ahora Diavolo se hablaba con un tono autoritario en su gruesa voz.

—Deja de pensar así y métete en tu cabeza lo que te digo. Eres muy lindo, me encantas ¿de acuerdo? Y si vuelves a decir algo como eso, tendré que castigarte hasta que aprendas a valorarte ¿entendido?

—Me estás lastimándome, mi bracito duele.

Diavolo lo soltó.

—De acuerdo, no volveré a decir que soy feo.

—Te cogeré frente a ese espejo, te diré que eres hermoso y haré cumplidos hacia ti hasta que te quieras.—lo tomó de la mano y se dirigieron al espejo. Doppio miró su reflejo, el eritema sexual le cubría la pálida piel, había marcas de mordidas y otras más redondas y de color morado.
Volteó a ver a Diavolo y sonrió.

—Bien, entonces tómame.

Perdón por la hora x1000 :( escribo historias mecas de amor para llenar mi vacío existencial. Una duda, ¿cómo ven esto? O sea ustedes como toman esta pareja, ¿algo como love yourself o como masturbación? Leo sus opiniones xd

Pd ya duérmanse, a esta hora Trish quiere agua de Francia