Siento correr por mis venas tu respiración....
Nunca pensé que podría hacerse realidad una frase de apariencia tan hermosa pero a la vez de tintes utópicos.
¿Cómo creen que debería clasificar esta historia? A esta altura de las circunstancias no lo sé, así que dejaré que ustedes me digan, no sin antes contarles como comenzó todo...la primera vez que nuestras miradas se cruzaron hace ya tantos años, el día que conocí a Christopher Alexander Von Uckerman.
Yo, Dulce María Espinoza me encontraba cursando mi especialización en cirugía . Hacía 3 años que me había graduado de Medicina general en la Universidad Autónoma de México y hace uno había finalizado mis 2 años de residencia. Actualmente cursaba mi primer año de Especialización en Cirugía General de 4 años en total.
Mi vida se concentraba entre el trabajo en el hospital Ángeles México de la ciudad de México y la especialización. No tenía tiempo para novios ni citas ni nada que se le asemeje, aunque también pensaba que nadie iba a quererme por lo que soy, me veía en el espejo y solo veía dolor y fealdad la experiencia me delataba cuando ame no me amaron y cuando me amaron no ame.
Mi vida no había sido nada sencilla, por lo menos estos últimos años se había sentido más dura, mi papá había fallecido de cáncer 15 días antes de mi graduación y mi madre había fallecido poco después de mi graduación en secundario en el Instituto Asunción de México de un ataque al corazón.
Durante el tiempo que estudié medicina general me hice muy amiga de una compañera Anahí Puente, ella actualmente realizaba la especialización en Traumatología. Anahí Puente era muy distinta a mí, era una rubia de ojos turquesa, de cuerpo infartante, la mas hermosa de la universidad y, aunque podría pasar como modelo ella demostró claramente que no era solo un rostro bonito. No obstante cada vez que entrabamos al aula todos se volteaban a vernos, más bien a verla a Anahí. Nos hemos hecho tan buenas amigas que luego de la muerte de mi papá rentamos un apartamento para ambas.
Aunque nos queríamos mucho Anahí y yo teníamos normas de convivencia pues éramos bien diferentes, ella tenía su propio consultorio y salía con el chavo que se le antojaba, los usaba, los enamoraba y los tiraba es por ello que teníamos como regla no llevar chavos al apartamento y mucho menos que intentara ligarme con alguno de sus descartables amigos.
Era un sábado de primavera, pero ninguna de las dos estamos como para salir pues los exámenes se aproximan, aunque es agotador bien vale la pena.
Anahí: Debería presentarte a algún amigo mío Dul, lo único que haces es trabajar y estudiar...
Dulce: Tenemos reglas Ani, ya lo sabes...
Anahí: Es hora de que superes lo de Poncho y sus porqueras, tu sabes bien que...
Dulce: Ani! no quiero hablar de Poncho! -la interrumpí- El tenía en parte razón respecto a quien se iba a fijar en alguien como yo...
Anahí: Es un imbécil Dul!, tu eres muy bonita es solo que no haz explotado tu potencial... Tengo una idea, ¿me permites hacerte un cambio de look?
Dulce: mmm, no se, mejor sigamos estudiando...
Anahí: Por favor! libros y libros y mas libros basta de libros por hoy!
Dulce: mmmm, si lo sé, bueno esta bien...No sé por que me temo que me voy a terminar arrepintiendo de esto.
Anahí: Jajaja, para nada! vayamos a la madre nodriza!
Ani llamaba madre nodriza al salón de belleza...
Me dejé llevar por las sugerencias de Ani y su coaffeur Paul quien tiñó mi cabello naturalmente castaño a innaturalmente rojo y cortó mi cabello dándole otro estilo. Me sentía y veía extraña como si no fuera yo y tal vez era algo que necesitaba precisamente no ser yo. Ani y Paul decían que el color rojo había nacido para mi cabello.
Volvimos al apartamento y Ani se encargó de realizarme el contorno de cejas y maquillarme. Me prestó un bonito -aunque demasiado corto- vestido azul. Nos sacamos algunas selfies divertidas para que ella las subiera al Facebook y leer los tontos comentarios de sus amigos.
Se hizo la noche y realmente lo único que quería era mirar una película y comer una pizza. Así que me dispuse a llamar a la pizzería y hacer el pedido, revisé la nevera y había cerveza bien fría para acompañarla, así que no era necesario ir al mercado.
Anahí: Dul!, va a venir a visitarme un amigo, fan de star wars como tu así nos reímos un rato y nos distraemos que te parece? tiene 22 años es inofensivo.
Dulce: Sabía que algo te tramabas! que dijimos de las reglas? no quiero a tus sex toys!, me voy de Maite. - le dije muy enojada-
El timbre suena y seguro que no era el delivery, seguro es el niño inofensivo, imposible que el delivery llegue tan rápido.
Dulce: En cuanto note alguna jugarreta tuya me voy!.
Anahí: tú relájate Dul.
Ani se acerca al portero y dice ¿Quién es? Hola! si ya te abro, pudiste? subí.
Unos minutos después tocan el timbre de la puerta, Ani corre a abrir sonriendo como una adolescente y yo seria seguía sentada en el sillón mirando Star Wars episodio Vi.
Ani abre la puerta y veo que saluda y abraza a un chavo muy apuesto, con una carita tremenda de bebe, se lo veía muy prolijo pero también muy bebito. Si no fuera porque Ani me dijo que tiene 22 años pensaría que tiene 17 años a lo sumo.
Anahí: ven bebe, te quiero presentar a mi room mate Dulce María, Dulce María el es el bebé.
Christopher sonrió y me dijo: en realidad soy Christopher, Ani me dice bebé por más que le he dicho que no me llame así. Un placer Dulce María.
Me puse de pie y lo saludé, definitivamente soy una estúpida que me van a llevar presa en cualquier momento por quedar hechizada bajo los encantos de la sonrisa de ese niñito.
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Bastó con mirarte
RomanceDicen que la mirada es el reflejo del alma, de aquello que realmente sentimos. mi corazón late cada vez mas lento pero sigue ardiendo por él