CAPITULO 68

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Mi corazón se iba sobresaltando, ni siquiera había bajado mi bolso que tenía mi arma de gas pimienta.

DULCE: AHHHHH!!! Joaquin!

CHRISTOPHER: Calma Dulce! soy yo!

DULCE: Christopher!, pensé que me iba a robar!

CHRISTOPHER: Discúlpame. Mira Dulce tú y yo tenemos que hablar.

DULCE: Sí, lo sé.  

CHRISTOPHER: No quise hacer otra actividad con ustedes antes de que podamos hablar, me parece que no es justo, ni para tí, ni para mi pero por sobre todo para Alejandro.

DULCE: Si, tienes razón.

CHRISTOPHER: ¿Quieres ir a tomar un café?

DULCE: Estoy con pijama, es un poco tarde ¿verdad?

CHRISTOPHER: ¿De veras Dulce puedes decirme que es tarde para hablar?

DULCE: No Christopher, tienes razón. ¿Quieres pasar? Puedo preparar un delicioso café.

CHRISTOPHER: ¿y Alejandro?

DULCE: No te preocupes, está durmiendo y cuando duerme no siente nada. Si estuviera sola con gusto aceptaría el café afuera pero no quiero dejarlo solo, aunque esté durmiendo.

CHRISTOPHER: Tienes razón, está bien Dulce.

Subimos al elevador en silencio, incómodos, evitando el contacto de nuestras miradas.  No sé ya que es peor si estos silencios que se producen o aquellas discusiones de juventud.  Tomo la llave y observo de reojo que Christopher apaga su móvil, seguramente será para no tener ninguna llamada de "su novia". Christopher me sigue y observa el apartamente de forma discreta.

DULCE: Siéntate mientras voy a la cocina a preparar el café.

CHRISTOPHER: ¿Te importaría si te acompaño y así platicamos?

DULCE: Está bien. Ven.

Ambos caminamos hacia la cocina, Christopher se sentó sobre la barra desayunadora pero no me observaba, su mirada se dirigía al piso y yo...pues yo trataba de observarlo lo mas discretamente posible. 

DULCE: ¿como quieres el café?

CHRISTOPHER: Como te lo prepares para tí.

DULCE: Está bien. ¿Quieres zumo de naranja?

CHRISTOPHER: No, gracias. Dulce, no me quiero demorar más con esto.  Quiero saber por qué.

DULCE: Christopher, por qué es muy amplio explícame por favor.

CHRISTOPHER: ¿Por qué no fuiste capaz de ocultarme por años que Alejandro era mi hijo?

DULCE: Ay Christopher, es una larga historia, pero quiero que sepas que me siento muy apenada por ello.

CHRISTOPHER: Apenada... Y eso me va a devolver la posibilidad de retroceder en el tiempo y verlo en una ecografía?, verlo nacer?, verlo comer su primera papilla?, verlo dar sus primeros pasitos? 

DULCE: No Christopher, no lo hará. Pero sí quiero que sepas que estoy arrepentida.

CHRISTOPHER: Arrepentida de que parte de la historia Dulce? Arrepentida de haberle inculcado la presencia paternal de otro hombre cuando su padre biológico desconocía la existencia de su hijo?

DULCE: No me ataques por favor, esto es difícil y tienes todo el derecho del mundo de enojarte pero por favor no nos lastimemos más.

CHRISTOPHER:  Tranquila, no voy a contestarte agresivamente ni a jugar a ver quien tiene la razón.  Después de todo ya esto no tiene nada que ver entre tu y yo. Te escucho.

Bastó con mirarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora