Desde lo alto y mirando hacia el patio central de la redacción puedo contemplar como un pueblo despide a un gran hombre. Porque sin dudas ha sido un gran hombre cuyo legado es eterno, cuya lucha debe ser ejemplo.
Allí está ella, vestida de negro, visiblemente demacrada, algo delgada y aun así bella.
Sus palabras reflejan el gran hombre que la apoyó incondicionalmente, como tal vez debí haber sido yo para ella y no lo fuí, me siento una basura...
Veo su dolor, nuevamente se enfrenta a la pérdida, su familia rota y yo aquí sin poder hacer nada. Mis pensamientos me abstraen hasta que...
....Hola, ¿Que haces aquí?
Christopher: Estoy observando el acto desde aquí.
...¿ Por qué?
Christopher: Porque no me gusta estar con toda la gente allí.
... Me pasa lo mismo.
Christopher: Tú eres muy joven para estar aquí, en un acto así.
...Pues tengo que estar.
Christopher: ¿Por qué?
... Pues es mi padre al que entierran.
Christopher: ¿Cómo te llamas?
Alejandro: Alejandro. ¿y tú?
Christopher: Christopher. Oye, siento mucho lo que le pasó a tu papá.
Alejandro: Pues duele y mucho, pero me tengo que mantener fuerte por mi mamá. Ella es quien está leyendo, está muy triste, necesita de mi apoyo.
Ese niño es demasiado despierto para solo tener 14 años, hasta incluso pareciera que fuera mas grande. Es algo más bajo que yo pero denota que será alto.
Christopher: Comprendo, ahora tú serás su sostén.
Alejandro: Así es.
Anahí: ¡Alejandro!, ¿qué haces aquí? Tú madre me mandó a buscarte.
Alejandro: Perdón tía, tienes razón ya bajo.
Manuel: Christopher, ¿te has venido aquí a ver el acto?
Christopher: Me parecía imprudente acercarme, creo que la familia y los allegados deben estar más cerca.
Anahí: ¡Christopher!
Christopher: Hola Anahí.
Anahí: ¿Conoces a mi esposo?
Christopher: Sí.
Manuel: Ani, el es mi comunity manager y organizador de toda la nueva campaña del partido. El me contó que se conocen de la época de la universidad.
Anahí: Sí, nos conocemos de hace mas de 15 años. Que bueno Christopher que seas parte del equipo de mi esposo. Estarás en buenas manos querido.
Manuel: Eso espero amor. Ven Ale, bajemos que tenemos que decir unas palabras.
Alejandro: Sí, Adiós Christopher.
Christopher: Adiós Alejandro.
Tanto Manuel como Alejandro se alejan para bajar a la planta baja, yo, los sigo con la mirada pero la voz chillona de Anahí me interrumpe...
Anahí: ¡Qué haces aquí!
Christopher: Vine a despedir al hombre que fue excelente con Dulce y su hijo. No vine a ver a Dulce, quédate tranquila.
Anahí: ¿y si ella te ve?
Christopher: No lo hará porque no la buscaré y por eso me vine aquí arriba.
Anahí: ¿y qué haces con mi marido?
Christopher: Ya te dijo, soy el comunity manager.
Anahí: ¡pero!
Christopher: Shhhh!! que Alejandro va a hablar.
Ahí estaba de pie, con su uniforme escolar, tan formal para su edad...
Alejandro: Me cuesta mucho hablar en este momento la muerte de mi Papá me ha afectado demasiado, a pesar de que sé que él está mejor ahora. Mi papá siempre fue mi mejor amigo y mi maestro. Acaba de partir a un lugar mejor, a un lugar donde siempre perteneció. Sin embargo, no sé cómo haré para vivir sin su alegría, su optimismo, su sabiduría y su gran amor. Mi Papá nunca dejó de decirme cuánto me amaba, ni lo importante que era yo en su vida. No sé cómo haré para vivir sin sus palabras de aliento, de confianza y de orgullo. Cada día que me levantaré por el resto de mi vida le pediré a Dios me permita ser como mi Papá y creo que eso será para mí una gran bendición.
Todos los presentes quedaron estupefactos ante las palabras de este pequeño gigante, me incluyo. Definitivamente él ha venido para cumplir con una gran misión por eso tiene esta elevación espiritual, es un pequeño gran maestro y estoy seguro que ha venido a darnos una gran lección a su madre y a mí. Todos aplaudían con respeto, Dulce lloraba y lo abrazaba, solo ante los brazos de su madre el pequeño gigante se quebraba y lloraba como un niño, solo junto a su madre el se veía como un niño.
Sus palabras retumbaban en mi pecho y fue inevitable que unas lágrimas rebeldes se me escaparan, Ani junto a mí apoyó su mano sobre mi hombro, ella también lloraba, sus ojos esmeraldas brillaban por sus lágrimas.
Anahí: Oye Christopher, mira yo, no puedo...
Christopher: Ani, no te preocupes, lo sé, siempre lo supe y ahora más desde que lo acabo de ver.
Anahí: Lo siento.
Christopher: Lo hiciste para protegerlos y tenías razón.
Y así juntos despedíamos a este gran hombre llamado...
FRANCISCO ALVAREZ.
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Bastó con mirarte
RomanceDicen que la mirada es el reflejo del alma, de aquello que realmente sentimos. mi corazón late cada vez mas lento pero sigue ardiendo por él