CAPITULO 59

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Tres meses han transcurrido desde que murió Francisco.  

Finalmente me volví a mi baticueva (mi depa) que me llena de recuerdos, dejo mi equipaje a un lado y el apartamento me hace creer que fue hace poco tiempo que cerraba por última vez la puerta en vez de 15 años ... Aquellos días en el que viajaba a Harvard y mi mente estaba allá junto con mis sueños, aunque algo me decía que no debía irme, igual lo hice y el precio que pagué por ello es tener un hijo que no necesitó de su padre porque tuvo otro que lo cuidó y le dió todo lo que yo tendría que haberle dado...

¿y Ahora que?

Solo me resta mantenerme en silencio por respeto a la memoria de Francisco y a la espera de que Dulce y yo podamos hablar... Sé que este no es el momento, pero mientras tanto he decido no perderme más un momento con mi hijo.  Todos los domingos Ani me invita a almorzar a su casa (quienes también por cuestiones laborales de Manuel se instalaron en la Ciudad de México) y allí aprovecho para ir y jugar con él al ajedrez y hasta incluso pasear con Ani y Rini que suspira cada vez que lo ve a Alejandro. He comenzado a acercarme a él y extrañamente el se siente interesado por todo lo que le cuento...

Hoy nos hemos sentado en al patio de la casa y vemos como Rini juega a la mamá con sus muñecas y observa de reojo a Alejandro, quien apenas le presta atención. Rini es una bonita niña pero es eso una niña y Alejandro ya es un preadolescente y seguramente llegarán los amores.

Alejandro: Oye Christopher, sabes quiero ser político cuando sea grande y me gustaría que tú me enseñes.

Christopher: yo? que te podría enseñar?

Alejandro: Pues todo lo que le enseñas a tío Manuel.

Christopher: Digo y si en vez de hablar de cosas tan serias ¿jugamos a la play?

Alejandro: Aquí no hay play, Ani no deja a Manuel que tenga.

Christopher: Yo tengo pero en mi casa, tal vez algún día quieras venir.

Alejandro: Claro, me encantaría! donde vives?

Christopher: En colonia condesa, en un bello apartamento, al que lo llamo la baticueva.

Alejandro: Acaso te crees Batman?

Su rostro es serio.

Christopher: No, pero me gustaria serlo, luchar contra la injusticia.

Alejandro: ¿Por eso ayudas a los políticos?

Christopher: sí.

Alejandro: ¿Y por qué tú no quieres ser político?

Christopher: Porque no me gusta la exposición pública.

Alejandro: Mi mamá es igual, no le gustan las cámaras aunque su trabajo la ha obligado a aparecer en los medios públicos.

Christopher: ¿Y tú mamá por qué no viene contigo a almorzar?

Alejandro: Mamá está cambiada, prácticamente la veo por raticos y siempre está con ropa de casa y no sale nunca. La verdad que me preocupa, justamente eso iba a hablar con la tía Ani.

Christopher: Pero Ani ¿a donde te va a buscar?

Alejandro: A mi casa, pero mamá finge delante de ella. 

Christopher: Si quiere te acompaño a hablar con ella.

Alejandro: ¿y por qué tendrías que hacerlo? ¿Acaso eres amigo de mi mamá para que te importe?

Christopher: No, pero tú eres mi amigo y uno ayuda a sus amigos.  -Definitivamente este niño es muy inteligente-

Alejandro: Pues sí. ¿Te molesta que sea un amigo un niño?

Bastó con mirarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora