CAPITULO 62

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Un mes le costó recuperarse a Dulce para fortalecer su débil y frágil cuerpo...

Ani siempre me mantiene informado acerca del estado de Dulce, se me parte el corazón de saber lo que ella ha sufrido y sufre... Dicen que del dolor vendrá un nuevo amanecer y yo no pierdo la esperanza de que Dulce se recupere.

Tras un super operativo ultra secreto  Dulce fue trasladada a la Clínica Rosa, un espacio donde recibirá el tratamiento adecuado para su problema alimenticio y su profunda depresión...

Si bien siempre estuve detrás de bambalinas, ella jamás me vió, excepto aquella vez que despertó y me confundió con Francisco.  Aparentemente despertó pero la anestesia la hizo estar en un estado completo de desconexión...Dulce esta vez ha tocado fondo, pero dicen que una vez que lo haces luego todo es cuesta arriba, no pierdo la esperanza de que pueda finalmente superar todos sus trastornos.

Siento que poco queda del Christopher que partió lleno de sueños y con el corazón hecho añicos a Harvard pero este Christopher está dispuesto a ser lo que quiera que Dulce sea para ella, un amigo, un hermano, un compañero, un amor...lo que ella diga seré, pues el resto de lo que me quede de mi vida será para para decirle una y otra vez que no está sola.

Alejandro no ha visto a su madre hasta que ella recupere peso y tenga mayor estabilidad emocional, tanto Ani como Dulce consideraron que lo mejor es dejarlo disfrutar de su pre adolescencia y no hacerlo participe de problemas que son claramente de adultos.

Anahí me ha acompañado a cada acto de Alejandro en la escuela, a cada partido y gracias a ello puedo disfrutar de mi hijo.  Con Manuel nos hemos hecho cercanos y finalmente decidí contarle la verdad acerca de Dulce, Alejandro y yo, pues claro, yo siempre acompañaba a Anahí y la verdad es que no quería que dudara de mi honestidad y de mi amistad con Ani.  Recuerdo cuando le mostré una foto mía de adolescente y lo confundió con Alejandro...Así pudo darse cuenta que Alejandro era mi hijo. Lo bueno de Manuel es que no me pregunta más de lo que deseo hablar, por ejemplo, jamás me preguntó sobre mi historia con Dulce y tampoco sobre mis sentimientos por ella, Manuel simplemente es prudente y sabe jugar en política y, como durante la semana mi dedicación fue enteramente a cumplir con el objetivo por el cual se me contrató no objetó absolutamente nada.

Alejandro desea fervientemente conocer mi apartamento, pero por ahora he decidido que nuestros encuentros se limitaran a una reunión familiar en la casa de Ani y Manuel, o en su escuela.  Lo que más disfruto es cuando viene a la oficina de campaña, pues allí se queda horas para escuchar y prestar mucha atención a mis asesorías y a la planificación política regional.  Sin dudas algún día el podrá ser presidente de México. La última vez que vino estaba leyendo mi libro "Que nadie decida por ti" donde habla sobre el rol del político en estos nuevos tiempos de cambio.  

Alejandro: He leído este libro cada vez que he venido aquí y se ha convertido en mi favorito.

Christopher: Me siento alagado

Alejandro: Si puedo entenderlo entonces significa que has hecho bien tu trabajo.

Christopher: Eres una especie de geniecito.

Alejandro: Me gusta leer sin parecer un lelo.

Christopher: No serás lelo! Serás muy guapo y las mujeres caerán a tus pies.

Alejandro: Tú dices?!

Christopher: Pues si, ya lo creo!, la clave está en que bajes un poco tu cabeza y levantes tus ojos, se rendirán a tus pies, jajaja...

Alejandro: ¿Así de fácil? Lo pondré en práctica! jajajaja

Ambos reímos y Manuel me avisa que por favor lleve a Alejandro a la escuela pues se le ha hecho imposible llevarlo...Así que gustoso llevé a Alejandro a la escuela, extrañamente iba callado escuchando la música de moby...

Christopher: Pues bien!, hemos llegado campeón, que tengas una excelente semana!.

Alejandro: Tú también Christopher...

Alejandro baja del auto y se va caminando hacia la escuela... y, cuando aparco en la puerta del edificio del apartamento noto que se se le cayó su libreta en el asiento. La tomo y subo con ella al apartamento, la apoyo sobre la mesa ratona del living, la curiosidad me carcome pero sé que no debería leerla...

Me baño y me pido una pizza mi mente me dice que no debería leerla pero tal vez si le hechara un vistazo podría conocerlo más para ayudarlo...

Camino de un lado al otro hasta que suena el timbre, la pizza llegó...

Me siento a ver la televisión un poco mientras ceno, pero no resisto más y tomo la libreta... Me prometo a mi mismo que solo leeré lo último que escribió...

Alejandro:

"Papá, no hay un día que no te extrañe... 

Te he pedido muchas veces que me enviaras un ángel para que me cuide en la tierra mientras tú me cuidas desde el cielo... 

Mi deseo se cumplió ....

Mi Ángel se llama Christopher...

Gracias Papi, te amo"


Por primera vez en mi vida las lágrimas de mis ojos fácilmente se esparcieron sobre mi rostro...lo diferente era que eran lágrimas de felicidad...




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