CAPITULO 55

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Francisco: Hola hijo, ¿como estás campeón?

Alejandro se acerca en forma cautelosa mientras Francisco lo recibe extendiendo los brazos y esperando que se siente sobre su cama.

Alejandro: Estoy bien papá ¿Y tú?

Francisco: Ahora que tú estás aquí pues bien. Hola Dulce, ¿Cómo estás?

Dulce: Bien, aquí observando a mis dos amores.

Francisco: Campeón es hora de que tú y yo tengamos una charla de hombre a hombre ¿sale?

Dulce: ¡Está bien! sé cuando no se me quiere por aquí.

Alejandro: Solo necesitamos conversar con papá, pero te amamos

Francisco: Claro que te amamos

Sonrío levemente para retirarme de la habitación pero no puedo evitar irme a la habitación contigua que se encontraba vacía y colocar un vaso contra la pared y escucharlos.  Sé que no debería pero estos momentos únicos quiero atesorarlos en mis baúl de los recuerdos...

Un silencio rondó e invadió la habitación, eran esos silencios previos a tomar coraje y llenarse de valentía para lo que vendrá.  Francisco rompió el silencio:

Francisco: ¿Cómo vas en la escuela campeón?

Alejandro: Pues muy bien, he entrenado más de la costumbre y últimamente paso más tiempo allí que en casa.  Mamá ya me había anticipado que era probable que para mejorar mi desempeño era necesario que fuera pupilo y no semi como estoy ahorita, calculo que ha aprovechado para que empiece a practicar desde ahorita.

Francisco: Tu madre siempre busca lo mejor para ti... Ella te ama muchísimo, no lo olvides. Campeón, pronto tendrás que cuidarla.

Alejandro: ¿Es verdad papá?

Francisco: ¿Qué es verdad?

Alejandro: Que nos dejas...

Francisco: No hijo, no los dejo, es sólo que mi tiempo en la tierra se está terminando.

Alejandro: ¿Cómo lo sabes?

Francisco: Porque todas las personas antes de partir lo saben hijo.  Sucede que la vida y la muerte son hermanas siamesas. Una no puede vivir sin la otra, son inseparables.

Alejandro: Papá te quiero mucho.

Francisco: Yo también te quiero mucho y quiero que sepas algo que tú siempre serás mi hijo y te llevaré en mi corazón hasta que deje de latir.  Estoy tan orgullo de tí campeón, por favor no llores...

Alejandro: Papá, mis acciones siempre serán para que te enorgullezcas de mí...

Francisco: No hijo, a partir de ahora que todas tus acciones sean para que te enorgullezcas de vos mismo.

Alejandro: ¿y como tú lo verás?

Francisco: Lo veré desde donde esté, porque siempre te cuidaré a tí y a tu madre.  Serás un gran político y no dudo que hasta presidente no paras.

Alejandro: ¿Tú crees?, yo sólo quiero ayudar a hacer un mundo mejor como tú y cómo mamá.

Francisco: Si alguien hizo un mundo mejor es tu madre, ella ha hecho uno de los 50 inventos mas importantes de la humanidad, aquel que permite y permitirá salvar miles y miles de vidas.  Tu madre es un orgullo de mujer.

Alejandro: ¿La quieres mucho no?

Francisco: Sí, muchísimo, por eso debes apoyarla y cuidarla.

Alejandro: Lo haré, te lo prometo.

Francisco: Hay algo más hijo...

Alejandro: ¿Qué? 

Francisco: En algún lugar de este mundo está tu papá prometeme que lo vas a escuchar...

Alejandro: estemmm ¿y sino me quiere?

Francisco: Estoy seguro que te querrá y el será tú guía por el resto de su vida.

Alejandro: ¿Cómo lo sabes?

Francisco: Como todo lo que te sale sin pensar, porque simplemente será así.

Alejandro: Sigo teniendo miedo pero mamá también me dijo que él no sabe que yo existo.

Francisco: Por eso no debes juzgarlo, porque él no te abandonó.  No puedes abandonar lo que no sabes que existe.  Y sabes debes ayudar a tu mami a que lo perdone, ella sigue muy enojada con él pero tú debes cumplir con tu promesa y escucharlo.

Alejandro: ¿A tí no te molesta que tenga otro papá?

Francisco: No hijo, porque gracias a él yo he sido tu padre y pude ser mejor persona.  No podría tenerle resentimiento a alguien que lleva tu sangre hijo.

Alejandro: ¿tú lo has visto en foto?

Francisco: No, jamás. Tu mamá jamás quiso mostrarme algo de él, pero puedo imaginarme como es.

Alejandro: ¿Cómo?

Francisco: Pues se nota que tú eres igualito a él, ni siquiera eres chaparrito como tu mami.

Se escuchan risotadas...

Francisco: Hijo, ahora ve a buscar a tu mamá que ya la hemos dejado afuera demasiado tiempo.

Alejandro: sí tienes razón.

Inmediatamente me fuí corriendo al baño de la habitación para que no se diera cuenta de que estaba escuchando...

Alejandro: Mamáááá....Mamááá!

Dulce: Aquí hijo!.

Alejandro: ¿donde estás?

Dulce: En la habitación, en realidad en el baño.

Alejandro: ¿Que haces?

Dulce: ¿Tú que crees?

Alejandro: Papá dice que entremos...

Salgo del cuarto de baño, este niño es muy vivo, demasiado para mi gusto, caminamos hacia la habitación de Francisco y lo vemos mirandonos y sonriendo y de repente se escuchan las alarmas...Entran las enfermeras y Hernán.

Dr. Hernán: Dulce!, saca a tu hijo de aquí!

Dulce: ¡Ven Alejandro!

Alejandro: ¡No quiero! ¡que pasa con papá! ¡Papááá!!!!, ¡papááá!!!!





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