CAPITULO 88

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Es algo muy extraño aceptar tu mortalidad cuando tienes todo por delante. Es una de esas cosas que siempre ignoras sin embargo, los días pasan y esperas que sigan pasando hasta que sucede lo inesperado. 

Siempre me imaginé a mí misma envejeciendo, con canas, con una hermosa familia y planeé tener el amor de mi vida y lo amo tanto que me duele.

Así es la vida. Es frágil, preciosa e impredecible y cada día es un regalo, un derecho adquirido.

Tengo todo por delante. No me quiero ir. Amo mi vida. Soy feliz. Se lo debo a mis seres queridos. Pero está todo fuera de mi control.

No empecé esta carta como 'una nota antes de morir' porque le temo a la muerte. Me gusta el hecho de que somos ignorantes de su inevitabilidad. Excepto cuando quiero hablar de ello y se trata como un tema 'tabú' que nunca nos pasará a ninguno de nosotros. Ha sido un poco difícil. Solo quiero que la gente deje de preocuparse tanto por las tensiones pequeñas e insignificantes en la vida y trate de recordar que todos tenemos el mismo destino después de todo. Así que haz lo que puedas para que tu tiempo se sienta digno y grandioso.

Dejo algunos de mis pensamientos a continuación. Tuve mucho tiempo para reflexionar sobre la vida estos últimos meses.

Sé agradecido por tener problemas pequeños y superarlos. Está bien reconocer que algo es molesto, pero trata de no seguir y no afectar negativamente a nadie. Una vez que hagas eso, sal afuera y respira profundamente una bocanada de aire hasta lo más profundo de tus pulmones. Mira que azul es el cielo y que verdes son los árboles. Es tan hermoso. Piensa en lo afortunado que eres de poder hacer eso: respirar.

Es posible que te hayas quedado atrapado en el tráfico o hayas dormido mal porque tus hermosos bebés te mantuvieron despierto o porque tu peluquero te cortó el cabello demasiado corto. Tus nuevas uñas falsas pueden tener una astilla, tus pechos pueden ser muy chicos o puedes tener celulitis y  tu panza se tambalee, pues creeme cuando te digo que  dejes que todo eso se vaya. Te juro que no pensarás en esas cosas cuando sea tu turno de irte.

Todo es TAN insignificante cuando miras la vida como un todo. Veo mi cuerpo perderse delante de mis ojos y no hay nada que pueda hacer al respecto. Todo lo que deseo ahora es tener un cumpleaños o Navidad más con mi familia o simplemente un día más con mi esposo y mis hijos. Sólo uno más.

Escucho que las personas se quejan sobre cuán terrible es el trabajo o sobre lo difícil que es hacer ejercicio. Sé agradecido de poder hacerlo físicamente. El trabajo y el ejercicio pueden parecer triviales hasta que tu cuerpo no te deja hacer ninguno de los dos.

Traté de vivir una vida sana. De hecho, esa fue probablemente mi mayor pasión. Aprecia tu buena salud y tu cuerpo en funcionamiento, incluso si no tiene el tamaño ideal cuídalo y acepta lo increíble que es...Muevelo y aliméntalo con productos frescos pero no te obsesiones con eso.

Recuerda que hay más aspectos para una buena salud que el físico y trabaja igual de duro para encontrar felicidad mental, emocional y espiritual. De esta forma, es posible que te des cuenta de lo insignificante y lo irrelevante que es tener un tonto y perfecto cuerpo en las redes sociales. Elimina cualquier cuenta que aparezca en tu timeline que te dé una sensación de sentirte mal contigo mismo, sea tu amigo o no, sé inflexible por tu propio bienestar.

Sé agradecido por cada día que no tienes dolor e incluso por los días en que te sientes mal con gripe, una lesión en la espalda o un tobillo torcido y acepta que es horrible  pero agradece que no ponga en peligro tu vida.

Bastó con mirarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora