Capítulo 22 - La prueba

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Capítulo 22

LA PRUEBA

Desde que Braulio pisó las instalaciones de la Embajada esa mañana supo lo que tenía que hacer. Lo primero, conseguir un colaborador discreto que le brindara apoyo logístico. Lo segundo, traer a Vicente sin despertar sospechas.

En efecto, ya tenía en mente al secuas perfecto. Dirigió su atención al joven de apellido Contreras, un buen empleado radicado en Roma, de origen colombiano, con un alto sentido del deber, portador de un vehículo asignado, con libertad de acción durante la jornada, para salir y entrar a su antojo de la Embajada.

-Contreras, necesito que me lleves a un lugar. Dime si cuento contigo porque es sumamente importante – Darle ese toque a investigación ultra secreta era parte del juego mental.

-Tengo ordenes de cubrir sus exigencias sin oponerme, señor. ¿Qué necesita? – Esas eran las palabras mágicas.

-Que no reportes esta actividad, porque perderíamos el factor sorpresa.- El gesto severo en el rostro de Braulio fue una advertencia que no pasó desapercibida.

-Cuente con mi discreción. ¿A dónde vamos? – Juntos se fueron al estacionamiento, en dirección al vehículo.

-Vamos a buscar a Vicente. No se ha sentido muy bien, por lo que se le practicaran unos exámenes de rutina. ¿Conoces un laboratorio, bien completo, cerca de la zona residencial?

-De hecho, puedo hacer que vayan a su domicilio y le practiquen los exámenes sin salir de casa. – Contreras era eficiente en exceso.

-Prefiero que hagamos los exámenes directamente en el laboratorio, yo también me los hare. Sospecho que sea un virus. No quiero alertar a nadie con tales suposiciones. ¿Tú me entiendes?

El joven sopesó la fuerza del riesgo. Su expresión era una total incógnita.-Yo he tenido contacto con Vicente ¿Cree que también debería hacerme unos exámenes?

-Haz lo que consideres necesario, Contreras. – Se caló sus lentes de sol y entró en el vehículo, tranquilo, sabiendo que su mentira era creíble.

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En el laboratorio Braulio tuvo que hacer maromas para ahuyentar a Contreras, que entendía ingles a la perfección. Si escuchaba el tipo de examen que se harían Vicente y el, estarían acabados.

-Contreras, mientras nos hacemos las pruebas ve por unos jugos, para recuperar las fuerzas. Cuando regreses tú te la practicas.- El joven dudó por un momento, para aceptar a último minuto la propuesta.

-De acuerdo, volveré en unos minutos.- y se marchó a gran velocidad.

-No tenemos mucho tiempo.- Dijo Braulio – Debemos apresurarnos. La enfermera tiene órdenes de practicarnos la prueba en completa confidencialidad. ¿Estás preparado?

-Realmente no, pero ¡Que carajos! Ya estamos aquí. Hagámoslo.- agregó Vicente con la incertidumbre reflejada en el cuerpo.

Ninguno estaba consciente de lo peligroso que era saber el resultado de su parentesco.

Nada que hacer, la suerte había sido echada.

                Nada que hacer, la suerte había sido echada

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ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora