Capítulo 20 - Sin compasión

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Capítulo 20

SIN COMPASIÓN

En el interior de esa diminuta habitación los pasos angustiados de un hombre en conflicto con sus emociones alteraban el sueño de Constanza Puzo, que lo miraba sin emitir comentario alguno. Por su extensa experiencia con el personaje no valía la pena hacer las veces de una terapeuta amorosa. No en ese estado. Ella sabía en lo que se había metido desde el principio, nadie le puso un arma en la cabeza y la obligó a seguirlo por Italia. Fue su decisión.

El sonido de un vehículo adentrándose en la propiedad provocó gran conmoción en Carlos que sacó de la cómoda una Glow y la enfundó en su pantalón, oculta por la chaqueta que se colocó antes de salir escalera abajo al perímetro diminuto que funcionaba como sala principal, donde ya se encontraba el Potrillo preparado para acompañarlo, mientras hacía guardia nocturna.

-¿Verificaste la placa?- Indagó el Patrón, con la mano en el pomo de la puerta.

-Por supuesto, mi Patrón. Es el auto del italiano. De todas formas, por si las moscas, tengo a unos cuantos de mis hombres ocultos apuntando, así evitamos sorpresas indeseadas.- Se brindaron una mirada cómplice y salieron al patio exterior.

El siempre bien presentable Marco abandonó la seguridad del automóvil, con los brazos en alto en señal de rendición, armado únicamente con su intelecto peculiar y su capacidad de persuasión, sin embargo fue interceptado por un fornido joven que lo revisó minucioso descartando la posesión de un arma. Posterior a la requisa le permitió continuar.

-Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que requirió mis servicios. Supongo que mi trabajo no ha sido de su agrado. – Esa peligrosa afirmación vulneraba las defensas del elegante detective.

-Tienes razón, te encomendé encontrar a Sebastián y Nicole, y no cumpliste. Aunque debo reconocer que en esta ocasión es una bendición que fallaras, porque de haberlos puesto frente a mí ya estarían muertos como perros. – Su declaración no eliminaba la tensión reinante. Marcos suspiró aliviado. No sospechaba de él.

-¿Me está diciendo que arremetería contra su propio hijo?

-Te estoy diciendo que de ahora en adelante atacaré a quien me ataque. Tú más que nadie sabe que haber sido blando fue un error.- Los oscuros ojos de Carlos inspiraban temor.

-¿Lo dice por Vicente Angarita?

-Exacto. Subestimé al muchacho ¿Qué peligroso puede ser un bebe? Dejemos que el pequeño crezca...Yo te lo diré cuan peligroso será. Los niños crecen para transformarse en tus verdugos. Eso sin olvidar al pequeño Diego.-nombrar a Diego fue una extraña sorpresa que no se imaginaba el guapo detective.

-Es solo un niño defendiéndose.-Alegó a su favor.

-Vicente y Diego son el enemigo oculto. Yo sé que esperar del Infierno, somos ratas de la misma cañería, conozco sus instrumentos de ataque.- A partir de esas palabras Marco entendió que Carlos no tendría compasión, ni remordimiento, y que asumiría que cualquiera podía ser su enemigo.

-Es por esa razón que debe enfocarse en Simón Cazalis, ya que sus finanzas se han visto afectadas por la destrucción de sus depósitos. Lo primero es proteger la mercancía que aun tiene. Sin un piso financiero será difícil resurgir. –Los acertados consejos del italiano eran analizados por su interlocutor, que asimilaba el mensaje sumergido en sus extraños pensamientos.

-Cualquiera puede ser un traidor ¿Acaso puedo confiar en ti? – Y lo rodeó como si fuera objeto de culto, examinándolo con suspicacia.

"Yo también te traicioné, Carlos. No puedes confiar en mi", pensó - Por supuesto, Carlos. ¿Por qué no habría de hacerlo? Dígame que debo hacer.

-Bien dicho. Necesito hacerme invisible, salir de este país sin ser detectado y reconstruir mi imperio en otras tierras. Pero antes quiero que los encuentres. Busca a La Joya y a Vicente. Posiblemente vuelvan a Venezuela.

-¿Venezuela? – Marco estaba confundido.

-Vicente regresara a su país natal, así como mi hermosa Joya. – Carlos esbozó una maquiavélica sonrisa.

-Celeste, no puede volver a Venezuela sin ser puesta a las órdenes de las autoridades. Regresar a su país es condenarse en vida. A ella se le busca por lavado de dinero. Sospecho que la figura de refugiados políticos tiene un nuevo significado. Su joya necesita amparo de otro país latinoamericano.- Por suerte Marco, estaba bien informado.

-¿Y qué país le daría acilo a una persona inmersa en un escándalo de lavado de dinero? – El cuestionario de Carlos Ignacio, ponía en funcionamiento las habilidades de discernimiento del detective.

-Un país que este familiarizado con la droga. Uno que tenga todo un equipo al servicio de la lucha contra el narcotráfico... Colombia... -Marco se contestó con tal rapidez que de inmediato sacó su móvil, a fin de activar sus contactos en esa Embajada.

-No quiero entrar en Colombia. La DEA me tiene bien fichado en el país.- Su cara se descompuso.

Antiguos recuerdos vinieron a su memoria. El italiano se alejó con el móvil en la mano. Minutos después regresó con buena cara.

-Una vez que los encuentre ¿Qué quiere hacer con ellos?

-Quiero hacerlos pagar por el descaro de haberme retado. Esta vez no serán rehenes de lujo. No tendré compasión.

Marco Benedetti

Marco Benedetti

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ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora