ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)

Capítulo 112 - La venganza

Capítulo 112

LA VENGANZA

El Mazo Fernández culminó la llamada con un extraño brillo en los ojos...

-Debemos volver a Italia – Anunció a sus hombres.

-Nos costó salir de allí – Reprochó uno de los hijos que le quedaba vivo.

-Y volveremos, porque el bastardo va rumbo a la Bahía de Nápoles – Su mano se plantó afectuosa sobre la mejilla del joven de cabello oscuro.

-¿Te refieres a Simón Cazalis?- Frunció el ceño, sin comprender exactamente las palabras de su padre.

-De Simón no sé absolutamente nada. El maldito debe tener un pacto con el demonio, o definitivamente él es el Diablo en persona – Se desplegó, colocando sus brazos en jarra, imprimiendo un fuerte tono de voz en el siguiente nombre – ¡Al que vamos a cazar es al hijo de perra del Patrón!

Todos los que le rodeaban se congelaron al escuchar su nombre.

-¡Carlos Ignacio Restrepo, se dirige directo a su funeral!- Después del anuncio, introdujo un habano entre sus labios, con la vista fija en un punto ciego.

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Braulio Corona, compartió entre el multicultural grupo un rato de risas, como si los últimos acontecimientos no hubiesen ocurrido.

Era fácil congeniar con todos, una vez que se rompía el hielo de la primera impresión.

-¿Cómo se va a llamar el pequeño, por fin? – Preguntó Raúl, desde el mueble de dos plazas, en el interior de la habitación donde estaba recluida Celeste.

-Jose Andres- Respondió con una enorme sonrisa, Celeste, dedicando una mirada cómplice a Vicente – En honor a dos hombres que se esmeraron en cuidar a Vicente durante su vida adentro del orfanato, y fuera de él.

-Qué bonito gesto – Reconoció Shawn, sentado junto a Raúl.

-Yo le hubiese puesto, Jesus – Todos fijaron su atención en Rodrigo, que yacía en una esquina con los brazos cruzados- ...por lo del niño milagroso...

-Ignoradle – Recomendó Santiago – Siempre hace esta clase de chistes profanos que retan la fe...No terminas de crecer... -Le regaño.

-¡Jose Andres, el niño que estaba destinado a nacer! – Enmarcó Shawn.

Vicente, como siempre, escuchaba con atención, sin interrumpir el juego de sus amigos, disfrutando de estar en familia.

De repente, Braulio se alejó con el móvil en la mano, sus ojos fijos en la lectura de un mensaje importante.

-¿Sucede algo? – Preguntó Vicente.

-Nada importante. El deber me llama – Se excusó - Debo reunirme con Zavarce, así que continúen sin mí – Mintió.

Afuera de la habitación el jefe de la división hizo otra llamada, menos amena.

-Prepara un equipo. Es ahora o nunca...