Capítulo 125 - Tiempo

7 0 0
                                    


Capítulo 125

TIEMPO

La menguada hostilidad de Braulio suprimió sus ganas de dar la gran noticia a su hermano, que conocía, como todos, los hechos a medias. Su forzada estadía en la isla no estaba plagada de visitas turísticas, ni paseos náuticos de ensueños por cavernas azuladas. Técnicamente, debió aprontarse de paciencia haciendo acopio de fuerza por la gran declaración que haría libre a Celeste de las horrendas acusaciones que se le imputaban, por haber convivido durante dos años con el capo más buscado del narcotráfico.

La única persona que sabía la historia completa era su esposa, porque ni a su padre le contó la magnitud del logro alcanzado. Aquella noche el gran Patrón lo intentó, deseaba liberar a Celeste de toda culpa, sin embargo la prioridad era sobrevivir, y los médicos fueron reacios a cualquiera cerca del paciente. Para Braulio fue un alivio enorme la negativa, su mente estaba sumergida en una densa niebla de dolor transmutado, y ver al herido le infringía honda pena.

-No se lo digas a nadie – Le comentó a su esposa por teléfono – Carlos Ignacio, está hospitalizado en la Isla, debatiéndose entre la vida y la muerte.

Evelyn se mordió el labio inferior, conteniendo las ganas de contarle que tenía en su poder el famoso diario de su padre – Entonces, aun no volverás – Expresó bien afligida.

-No. Todo se complica. Vicente, está en Suiza con Celeste, a la espera de una respuesta política, no quieren regresar a Venezuela. Su hijo, demasiado pequeño para sobrevivir sin una incubadora, deberá estar en la clínica hasta que los médicos digan lo contrario. Evelyn, introduje una solicitud de acilo en Colombia. Quiero que Vicente vuelva conmigo. Quiero a mi hermano cerca.

-¿Y cómo crees que lo asumirá tu padre?

-Él no sabe nada de Vicente. No se lo diré hasta haber resuelto el trámite burocrático.

-Las elecciones son en un mes. Cuando regreses a Colombia, es posible que tu padre sea el nuevo presidente de la Republica – Evelyn, tragó seco - ¿Lo permitirás?

-Nada lo incrimina de forma directa. No tengo pruebas que lo asocien al atentado.

Era demasiada información que compartir. Evelyn, contaba los días. Demasiado tiempo para mantener oculta la verdad - ¿Y si te dijera que yo tengo en mi poder lo que necesitas para descubrir el gran secreto? – Sus ojos se cerraron, a la espera de un estallido emocional.

-¡¿De que estas hablando, mujer?! – Braulio, se levantó de un impulso.

-Del diario de tu padre. Yo lo tengo- Confesó tímidamente.

-¿Cómo lo conseguiste? ¿Qué has hecho? – La cara de angustia del joven era poética, sus manos comenzaron a temblar. La verdad era poderosa.

-Es complicado. Luego te cuento...

-¿Lo leíste?- Una pausa dramática le cortó la respiración por un segundo.

-No pude evitarlo. Sí, lo leí.

-¿Y?

-Tendrás que leerlo tú mismo – Evelyn, ceñida a la verdad, se negó a juzgar a su suegro.

Tiempo.

Insuficiente.

Precario.

Y la verdad, a un palmo de ser eternamente un secreto.

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora