Capitulo 60 - El Secreto

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Capítulo 60

EL SECRETO

​A escasas horas de haberse retirado el médico, un arrogante Simón Cazalis se posicionaba frente a la Joya, en el incómodo cuarto de reclusión.

-Ya sé tú secreto – Informó a Celeste con una sonrisa impertinente – Estas embarazada- Acortó la distancia acorralando a la joven en una esquina. La chica muda e impresionada evitaba la mirada juiciosa de su captor - ¿No vas a decir nada? Al menos dime si el padre de tú criatura es Carlos Ignacio.

​A más preguntas, mayor el miedo. La rubia se abrazó a sí misma, brindándose la protección que nadie le ofrecía.

-Seguramente el negro ya lo sabía. Lucha por lucir indiferente, ajeno a lo que te pueda pasar, pero lo hace terrible. Tú lo afectas. Dañaste a mi soldado – Simón tomó un mechón de cabello de La Joya, y lo llevó a sus fosas nasales, lo aspiró con ojos cerrados, emitiendo un suspiro de satisfacción.- Eres...demasiado...poderosa...

​Celeste se zafó de manera violenta esquivando a Simón que la miraba con diversión -¿Acaso eso importa? ¿Qué haría si digo que él es el padre? ¡Es usted el demonio en persona!-Los verdes ojos desafiaban al negro intenso.

-ja, ja, ja – Una sonora carcajada fue la respuesta de Simón. La niña indefensa ya no lo era tanto, incluso el tono de voz se había elevado de manera significativa. Así le gustaba más, era salvaje, aguerrida, su versión violenta se acoplaba mejor al entorno.-El padre de tu hijo debe ser ese muchacho musculoso, el tal Vicente. Con él te encontraste cuando huiste del Patrón...tu verdadero amor... ¡Que historia tan bonita! – Dijo con ironía. – Ya entendí que no vas a confesar...

-¡Haga lo que quiera! ¡No le tengo miedo! – Agregó resuelta y desafiante, con el mentón en alto y el pecho erguido, como un animalito que se hinchaba, aparentando una estatura superior.- Y su deducción esta errada, el moreno no sabe la verdad de mi embarazo. – Sonaba convincente. Tenía que serlo, si quería ayudar a Manuel.

-De acuerdo, hare que te creo, de todos modos El Mocho no es un ser peligroso. Dudo que mintiera abiertamente para protegerte – Era bueno saber que su colaboración hacia ella no lo ponía en riesgo.

​Simón jugaba con su apariencia gentil. No se amedrentó por la camaleónica actitud de Celeste. Se mantuvo en el mismo lugar, honrando la valentía de la joven por defender el ser que crecía en su vientre – Cuidaremos a ese bebe, sea quien sea su padre. Admiro que el saque la fuerza que lleves contenida, sin embargo bajaras el tonito de tú voz. Me respetaras. Aquí yo soy quien manda. En mis dominios soy tú amo y señor, y lo entenderás por las buenas o las malas, o haremos que obedezcas a la fuerza, golpeando algo que te duela. Y no me refiero a partes de tu cuerpo...

​De pronto la interrupción atropellada de Chinoabriendo la puerta detuvo la exposición del Infierno – Disculpa, Simón, pero he detectado una extraña actividad policial por los alrededores del pueblo que está a dos horas de acá. Tenemos que abandonar la villa, ahora mismo.

​La tensión se formó como una densa niebla en el ambiente – Avísale a todos que recojan el armamento y se preparen para escapar. Es posible que a través de los mejicanos dieran con nuestro paradero. – De nuevo enfocó su atención en Celeste – Tu vienes conmigo – La agarró del brazo y la sacó del cuarto sin demora.

-¿Y mi amiga? – Preguntó Celeste.

-Ella también nos acompañara – Respondió sin voltear. En la marejada de movimiento que produjo el descubrimiento, la hermosa Celeste pensó en Vicente. ¿Dónde estaba? ¿Cómo estaría?

​¿Se volverían a ver?...

​¿Se volverían a ver?

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ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora