Capítulo 129 - La retirada

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Capítulo 129

LA RETIRADA

Los buenos amigos, que hicieron la noble tarea de viajar a Italia, tenían que regresar a sus propias vidas y reconstruir lo que hubiesen dejado a medias. Shawn, sobre todo, hacía el seguimiento del caso para no ser un inoportuno viajero que irrumpiera en tierras extranjeras atrayendo a los enemigos de Vicente.

Caminaron por la ciudad de Bellinzona, recorriendo vitrinas, comprando piezas para el pequeño bebe que crecía rápidamente. Los dos amigos que nacieron en extrañas circunstancias se revelaban a pleno sol. Shawn era un intérprete excelso, y el venezolano se refugió en su comodidad de trotamundos.

-Dime que hacer, socio – Le consultó Shawn - ¿Vuelvo a Sidney o me dirijo a Venezuela? – Su expresión desesperada era contradictoria.

-No hagas estupideces. Yo te aviso – Vicente, que irradiaba felicidad en toda su atractiva humanidad, le dedicó un gesto reprobatorio.

-Los mejicanos están muertos, el mafioso colombiano está hospitalizado, no veo el problema de hacer lo justo. Ir por lo mío y reclamarlo- Su declaración cavernícola le causó gracia al joven heredero.

-Vas a perder el viaje si exhibes esa actitud dominante. Shawn, estás enamorado de una diva con el ego a mayor altura que la tuya. Enamorarla no será fácil – Le advirtió.

-A ti te resultó sencillo ¿Cuál fue tu secreto? ¿Qué vio en ti que te transformó en su obsesión? –Indagó perdiendo la sonrisa. Su clamor era genuino. La confianza de Shawn estaba desmitificada. Con Vicente los tabúes no existían.

-No la estaba cortejando. Sucedió naturalmente. Ella me revivió – Un semblante agradecido pobló su faz. Vicente, no tendría nunca como pagarle a Gulliana el favor de devolverle las ilusiones.

-Ella te cortejó a ti – Reconoció Shawn, con admiración.

Vicente asintió con una sonrisa. No era picara. Era ingenua.

-Yo no soy elegante, ni detallista. Me complace lo simple. Gulliana era demasiado glamour para este pobre cristiano, pero me sentía en deuda por todo lo que me brindó en la recuperación. Me esmeré por ir a su ritmo, darle el trato de niña rica a la que estaba acostumbrada...lamento no haber sido el indicado.

-Yo no – Se apresuró a decir Shawn – Me place que no seas el elegido. Desde que la vi en aquella playa supe que la quería. Verlos juntos era una tortura – Suspiró elevando la vista al cielo – Fue horrible la noche en que le pediste matrimonio... quería morir...

Vicente le palmeó la espalda – Es por esa razón que actuaras con calma. Gulliana, es una bella persona, pero tiende a ser caprichosa y retadora, mientras más la presiones menos conseguirás de ella. Muéstrale que no es un trofeo, que es una persona con derecho a amar y ser amada.

-Tranquilo – Se excusó – Sé lo que es amar a una mujer en cuerpo y alma – Sin embargo, la cita le provocó sed. Era inexperto en el amor verdadero.

-Sé tú mismo – Era un buen consejo de parte de Vicente. Levantaron sus bebidas en alto, y brindaron.

A los pocos días se marcharon. Raul volvió a Venezuela, los hermanos Alcázar a España y Shawn, a regañadientes, a su nativa Australia. En cuanto a Vicente, hizo contacto con Diego, a quien la llamada le renovó las fuerzas para resistir la ardua espera, olvidando a su Némesis, el inclemente candidato.

-¿Cuál es la sorpresa? – Le exigió Diego, exaltado.

-Lo sabrás pronto – Apaciguó Vicente, conservando el secreto del nuevo hermano – Si te lo dijera ahora, dejaría de ser sorpresa.

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora