Capítulo 107- El verdadero amor

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Capítulo 107

EL VERDADERO AMOR

Allí estaba ella...

...La chica rebelde que le ayudó a entrar en un bar.

... La reina de la noche, que bailaba con destreza en torno a un tubo.

...La mujer que miraba el amanecer a su lado, cada sábado.

...La elegante chica de rojo, en el lobby de un hotel.

...La primera en ser suya...

...La insaciable chica que se entregaba en un oscuro callejón.

...La madre con su hijo, en un parque de la zona.

...La repostera dedicada, en un pequeño quiosco del mercado.

...La novia que besaba a su mancebo príncipe, vestido con toga y birrete.

...La prometida que lloraba porque pensaba que la boda seria suspendida.

...La fugitiva que se entregó en sus brazos en cualquier lugar de Italia...

¿Quién dijo miedo? Pensó Vicente, al verla acostada en esa cama de hospital.

Karla fue la primera en verlo entrar, luego Celeste se giró suavemente, mirando hacia la puerta.

-¡Vicente!- Exclamó impresionada.

-¡Celeste, mi amor! – Proclamó en dirección a la cama, donde se detuvo a besarla una y otra vez.

-Por lo visto, estaré afuera con el resto de la visita...- Se excusó hábilmente, Karla.

Vicente la detuvo para darle un abrazo también-¡Estoy feliz por ambas!

-Lo sé, corazón- Le calmó- Dale amor a mi amiga. No tienes ni idea de las cosas que pasamos.

De hecho, lo que Vicente experimentó era digno de ser contado también.

-Gracias, por todo- Vicente no tenía con que pagarle a Karla su solidaridad a toda prueba.

-Lo haría mil veces de nuevo – Y se retiró dejando sola a la pareja.

De regreso a Celeste, se sentó en el borde de la cama a acariciarle el cabello, mientras su otra mano apretaba la de ella.

-¿Por qué no me dijiste lo del embarazo?- No era un regaño, era curiosidad.

-Tenía que afrontar el compromiso adquirido. Si confesaba que estaba en estado hubiesen declinado de enviarme como un cebo apetecible- Celeste bajó la mirada. Sabía que había sido irresponsable con su hijo.

-Nuestro hijo pudo haber muerto... incluso es conocido como él bebe milagroso – Vicente no tenía animo de hostigar a Celeste, pero la realidad le obligaba a reclamarle.

-Dicen que yo morí en el quirófano...pero... - Celeste, titubeó.

-¿Pero qué?- Le instó a continuar.

-Algo extraño sucedió...

Extraño era haber sido parte de un exorcismo, con el asesino de doña Amelia y su madre al mismo tiempo. Vicente era inmune a las sorpresas después de semejante experiencia sobrenatural.

-No temas, continua- Le dijo dulcemente.

-¿Y si no me crees?- Celeste hizo un puchero inconsciente.

-Ya veremos- Por supuesto que aceptaría lo increíble.

-Hablé...con Dios.... – Era lógico que tuviera miedo de hacer tal declaración- En sueños- Aclaró.

-Lo sé...- Le confesó, Vicente. Su voz fue suave, casi un susurro – Yo también lo hice.

-No en oraciones, lo tuve en frente. El salvó a nuestro bebe...

-Lo sé – Repitió Vicente- Era su destino nacer, así como era nuestro destino atravesar las dificultades y salir triunfantes.

Celeste le miró escéptica - ¿En realidad me crees?

-El mismo Dios que te salvó estuvo a mi lado, diciéndome que no temiera, que todo saldría bien- Vicente plantó un casto beso en su frente - ¿Ya viste a nuestro hijo?

-Está en una incubadora. No me dejan amamantarlo aún, y lo alimentan las enfermeras por vía venosa. Debe ganar peso, madurar sus pulmones, y crear inmunología – Celeste le sonrió- Es idéntico a ti.

-Tendremos paciencia- Ahora eran una familia consumada, la boda era un artículo pendiente que no definía su estatus.

-¿Atraparon al Patrón?- Celeste añoraba escuchar un sí.

-Escapó de nuevo – Apretó su mano- No debes temer por él, ya no somos su objetivo.

-¿Cómo lo sabes? Conocí su lado maquiavélico, él es un demonio...

Vicente le interrumpió calmado – Estuve con él... Carlos Ignacio Restrepo, me pidió perdón.

-¡¿Qué?!...- Expresó alterada.

- Celeste, desde que estoy en Italia, descubrí parte de la historia de mi infancia. No te lo conté por toda la locura de la DEA, y el bendito plan de atrapar a los malos usando a mi novia, pero te aseguro que estaremos bien.

-¿Qué tiene que ver tu historia con la mafia? ¡No me digas que Carlos Ignacio, es tu padre! – Era la locura máxima. Celeste agrandó sus hermosos ojos verdes.

-¡No, claro que no! – Repuso – Mi padre está vivo. No es un mafioso, eso creo, pero te aseguro que no tiene a la ley siguiéndole los pasos. Simplemente, confía en mí – Vicente la abrazó de nuevo, calmando su angustia.

-Todo esto es muy raro – Dijo suspicaz Celeste, entre los fuertes brazos de Vicente.

-No sabes cuánto – Liberó en un susurro, el gallardo príncipe de larga melena.

Tal vez el padre de Vicente no era buscado por la DEA, ni figuraba como el delincuente número uno del planeta, pero su oscuro pasado estaba en las tinieblas, clamando por salir a la luz. El inminente regreso a continente americano no estaba desprovisto de nuevas sorpresas. Vicente asumió, en silencio, que regresaría al lugar donde la historia comenzó para darle un fin decente.

La justicia divina no era suficiente. Las leyes debían alzar su bandera y dictar una condena justa a las personas que murieron por culpa de los crímenes de otros. 

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora