Capítulo 106- La familia

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Capítulo 106

LA FAMILIA

Vicente, había vivido todo tipo de emociones en tiempo record, desde la frustrada incursión que planeó con sus amigos españoles, patrocinada por Shawn Haydeen, hasta el secuestro misterioso que lo enfrentó con su némesis personal, Carlos Ignacio Restrepo, el hombre que mató a su madre, el mismo que se adueñó de su mujer, veinticinco años después.

En ese corto tiempo tuvo contacto directo con Dios, a través de una vela.

De manera exclusiva, fue instruido para perdonar a sus agresores, dos individuos peligrosos, con un amplio historial penal. Uno fue liberado de la prisión del cuerpo del otro, mientras que el segundo se fugó hábilmente de la ley.

El mal fue contenido. La redención desató el nudo que lo relacionaba con el narcotraficante. Lo que sucediera con Carlos Ignacio Restrepo ya no era su problema.

Celeste estaba a salvo. Las plegarias habían sido escuchadas y atendidas. Vicente hizo un alto en pos de la cordura

-¡Dios santo, soy padre! – Clamó en voz alta, en el interior del baño de ese pequeño hotel – Esa era la recompensa... una vida nueva, producto del amor verdadero...

De nuevo sonrió, enfrentando su imagen en el espejo empañado de vapor. Su cabello largo estaba húmedo, y sus músculos impregnados de ligeras gotas de agua. Se veía como un muchacho común, no ostentaba ese brillo de chico millonario abandonado, ni era arrasador como su amigo australiano. Sus virtudes estaban basadas en su capacidad de superar la adversidad, sin perder su esencia sencilla.

-Un varón...- Dijo orgulloso- Soy padre de un varoncito, con Celeste- Mágicamente su estilo desenfadado, de cabello largo, no hacia juego con su nuevo rol. Salió con su toalla al hombro, y otra cubriendo la mitad inferior de su cuerpo, dispuesto a verse maravilloso para su familia.

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Braulio, le contó todos los hechos, con pelos y señales, a su mujer. En ella se soportaba ante las dificultades, y de ella no esperaba menos. Sí alguien era de confiar, era Evelyn. Aunque en los últimos meses su media naranja había tomado las riendas de la investigación, sin contarle a su esposo el hallazgo del diario, ni de quien fue la responsabilidad de encontrarlo. En Colombia reposaba la pieza faltante del rompecabezas.

-Dime que me crees – Le imploró Braulio a su esposa, con la pantalla del móvil en sus manos.

-Es una historia fantástica, pero sabemos que todo lo concerniente a Vicente es así...Por supuesto que te creo – Le confortó con una cálida sonrisa.

-Gracias, ya me estaba cansando de ser tomado por loco.

-Sin embargo, te recomiendo que mantengamos la historia entre nosotros. Aun debes enfrentar a tú padre y escuchar su versión de los hechos – Le recordó, Evelyn, ya consciente del contenido del diario.

-Me mortifica descubrir el grado de culpa del todopoderoso, Augusto Corona- Reconoció preocupado.

Braulio, temía lo peor.

Si Evelyn le confesaba su verdad estaba asumiendo otra carga de culpas que no fueron consideradas por su esposo. En palabras del propio Augusto Corona, había muchos implicados, con un triste final a cuestas.

No era tiempo de abrir esa ventana, después de todo, Braulio estaba trabajando, no de vacaciones por Europa.

-No te preocupes por cosas que no sabes. Mejor, despeja tú mente, y ve a conocer a tú sobrino- Le invitó- Aquí estaremos esperándote. Y de Diego no te preocupes, que se encuentra estudiando, además de ser la sensación del equipo de futbol del colegio – Evelyn, supo manejar la situación. Lo inmediato era solventar el estado legal de Celeste y Vicente, sin ese beneficio difícilmente podrían reconstruir sus vidas como una pareja.

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora